Amistad contra el abandono

Sarah Gavron se había escorado a unas formas más convencionales y de una comercialidad más internacional en su anterior 'Sufragistas' (2015), que podía así difundir mejor su carácter didáctico e histórico. Ahora baja a pie de calle, en su propia ciudad, un barrio de Londres, y con una formas cinematográficas que se manejan muy bien entre el realismo casi documental, con cámara en mano, pero también con una construcción cinematográfica precisa y luminosa, que no preciosista, con el excelente trabajo de fotografía de Hélène Louvart.

'Rocks' es el seguimiento a una adolescente con una madre inestable que un día se va de casa sin más explicaciones, dejando solo un poco de dinero y una promesa de volver 'sine die'. Si Rocks lleva ese apodo es porque sus amigos siempre la han visto fuerte como una roca, además de grande y habitualmente sonriente, con una determinación que puede recordar a la de 'Precious' de Lee Daniels, aunque aquel filme era mucho más rebuscado en lo estético. Intentando hacer ver, incluso a sí misma, que no pasa nada, sigue adelante con su vida y la de su hermano, sin pedir ni aceptar ayuda, buscándose la vida.

En ese sentido 'Rocks' se suma a un género ya un poco visto, pero al que Sarah Gavron aporta un punto de vista interesante: se fija sobre todo en las relaciones de Rocks con sus amigas y compañeras, teje una red de amistad hecha de pequeños momentos cotidianos, de risas y miradas, de compañerismo y también enfrentamientos cuando las cosas se tuercen, de vídeos y redes sociales como parte del día a día de un tiempo de descubrimiento y confidencias. Y conmueve por esas vías, más que por la acumulación de grandes dramas, sin evitar la realidad cruda, pero dando una posibilidad a la esperanza.