El historiador Benito Bermejo, junto a los barracones del campo de Mauthausen.

Benito Bermejo | Historiador

«Las visitas escolares a campos nazis están muy bien, pero no tienen efectos mágicos»

El experto en Mauthausen y la deportación de republicanos españoles participa mañana en un curso de verano organizado por Gogora

Alberto Moyano

San Sebastián

Domingo, 13 de julio 2025, 00:25

Autor, junto a Sandra Checa, del 'Libro memorial. Españoles deportados a los campos nazis (1940-1945)' y de una biografía de Francesc Boix, Benito Bermejo ( ... Salamanca, 1963) es uno de los mayores expertos españoles en la deportación de republicanos a los campos nazis. Famoso por ser el primero en detectar los embustes del 'impostor' Enric Marco, Bermejo participará mañana en el Curso de Verano 'La deportación europea a los campos nazis', con una charla sobre 'Los «españoles rojos» en Mauthausen - Tiempos y métodos de un asesinato masivo - Los supervivientes y su testimonio como paradoja'. El curso está organizado por el Instituto de la Memoria, la Convivencia y los Derechos Humanos - Gogora, en el marco del 80 aniversario de la liberación de los campos nazis.

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– ¿Qué falta por conocer sobre la deportación de los republicanos españoles a los campos nazis?

– En lo primero que pienso es en algo que a todos nos gustaría averiguar ya que no lo hemos aclarado suficientemente porque no hemos localizado la fuente que lo deje claro y es el papel del franquismo en lo que pasó con esta gente. Es evidente que no hizo nada para sacarlos de los campos y es posible que hiciera algo más:que diera el visto bueno a que les hicieran lo que les hicieron.

– ¿No hay prueba documental de eso?

– Tenemos muchos elementos circunstanciales, pero no hemos encontrado un papel donde el régimen franquista diga explícitamente a los nazis:«Haced con ellos lo que queráis». Sabían que estaban en los campos, incluso que había algún menor de edad porque hubo algún caso puntual en el que el Gobierno de Franco intervino para que esas personas fueran liberadas. Yo he conocido a uno de ellos, cuyo tío consiguió. tras un año en Mauthausen, que lo devolvieran a España.

– Pero el régimen franquista despojó a los deportados de su nacionalidad y comunicó al nazismo que no estaba interesado en su destino...

– Documentalmente, lo de la nacionalidad no aparece en ninguna parte. En los campos los clasificaron como 'emigrantes', una categoría que prácticamente no se usó para otros colectivos de presos. Se ha dicho que terminaron como apátridas, pero la clasificación oficial es 'emigrante', sin que se supiera muy bien a qué se referían con eso. En Mauthausen, el triángulo azul se reservó para los 'rotspanier' –españoles 'rojos'–, que es como figuran en la documentación oficial. En otros campos, como Buchenwald –en donde estuvo Jorge Semprún–, o Dachau, el triángulo que llevaban era rojo. Otra cosa interesante es que hay un documento de la Gestapo en el que pone negro sobre blanco que los 'rotspanier kämpfer' – combatientes de la España 'roja'–, deben ser enviados a un campo de concentración en territorio del Reich. Es un documento del 25 de septiembre de 1940, emitido veinticuatro horas después de que terminara la visita de dos semanas de Ramón Serrano Súñer a Alemania.

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El documento más anhelado

«No hemos encontrado un papel donde el régimen franquista diga a los nazis:«Haced con los deportados lo que queráis»

– Como historiador, ¿qué es más fiable para usted, el testimonio de un testigo o un documento de los perpetradores?

– Depende. Hay cosas que nunca te las va a decir un perpetrador, a lo mejor porque no las supo, y otras que sólo un superviviente te las puede contar.

– La memoria flaquea y juega malas pasadas, pero los perpetradores tienden a poner por escrito lo que están haciendo y además, suelen ser los únicos que lo saben con precisión...

– Tienden, pero también engañan. En el caso de Mauthausen, a veces documentaron cosas para engañar. Muchas fotos eran utilizadas para eso. La realidad más habitual de los presos no aparece en las fotos, sino otras al margen. La mayor parte de la gente moría hecha un esqueleto y aunque hay alguna foto en la que aparecen, pero normalmente no. Hay miles de otras cosas. En cuanto a la documentación y las listas, en ocasiones directamente engañan:hay gente enviada de Mauthausen a un supuesto 'sanatorio' en Dachau que no existía. Eran enviados a las cámaras de gas situadas a cincuenta kilómetros de Mauthausen.

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¿Despojados de nacionalidad?

«En los campos los clasificaron como 'emigrantes', una categoría que apenas se usó para otros colectivos de presos»

– Los programas escolares de visitas a los campos, ¿sirven realmente como vacuna contra las ideologías de ultraderecha o directamente nazis, o es más bien una superstición?

– Es una experiencia importante y pienso que pueden tener valor si están apoyadas previamente en un conocimiento histórico, pero como en todo, no hay soluciones mágicas. Estoy seguro de que habrá gente que ha visitados los campos y, sin embargo, se ha creído afirmaciones negacionistas. Es perfectamente compatible haber pasado por uno de estos lugares, haberlo visto y después... pues bueno. No es mágico, las visitas están muy bien, pero por sí solas no producen efectos eternos, ni infalibles.

Testigos y documentos

«Hay cosas que nunca te las va a decir un perpetrador y otras que sólo un superviviente te las puede contar»

– Lo que ya parece una batalla perdida es la diferenciación entre 'campo de concentración' y 'campo de exterminio'.

– Efectivamente, pero es que a veces las cosas no son tan tajantes. Por ejemplo, Mauthausen es un campo de concentración, pero con elementos que para determinados colectivos le aproximan a uno de exterminio. Para la mayor parte de los que pasaron por allí es lo que es, pero hay colectivos, como los prisioneros de guerra soviéticos de finales de 1941, que son prácticamente eliminados en su totalidad. Yhasta 1942, los judíos también. La propia administración de los campos denomina lo que se hace allí con la expresión «exterminio mediante el trabajo». El 65% de los españoles que estaban allí los dos primeros años murieron. Casi todos los que llegan vivos al verano de 1942 sobreviven porque la 'lógica' nazi cambia y su interés en ese campo es más tener mano de obra que eliminarla.

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Campo de concentración y de exterminio

«Mauthausen es un campo de concentración, pero para prisioneros soviéticos y judíos se aproxima a uno de exterminio»

–¿Por qué es tan controvertida la figura de Francesc Boix, el deportado español que ocultó los negativos fotográficos que luego se utilizaron como prueba contra los nazis?

– Controvertida, no tanto. Aquí principalmente hay ciertas afirmaciones, nada justificadas en mi opinión, de un autor inglés, fallecido hace algunos años, que se autoconvenció de que debía desmontar la historia de Boix porque creía que era un falso héroe y una fabricación de los comunistas. Llegó a dar por buenas las afirmaciones de una persona que acusó a Boix de ser más un 'soplón' de los nazis que otra cosa.

– Me refiero más bien a las acusaciones de que acaparó el protagonismo de lo que fue una acción colectiva...

– Yo he estado metidísimo en ese tema y por supuesto que contó con la colaboración de otras personas, pero principalmente fue la decisión de alguien de arriesgarse a esconder ese material fotográfico. Hubo quién se lo tomó como una locura. Hay que decir también que Boix tuvo una situación particularmente favorable porque trabajar en el laboratorio fotográfico del campo durante años hizo que sus condiciones de vida no tuvieran nada que ver con las habituales. Boix fue bastante avispado a la hora de darse cuenta de lo que podía hacer, con bastantes posibilidades de que no le descubran. Es Boix quien decide jugársela y si hubo otros presos que colaboraron fue porque él se lo propuso. De los otros dos españoles que había en el laboratorio, a Antonio García le dio por dar en los años setenta una visión negativa de Boix en el sentido de que fue un 'vendido', pero no tenemos constancia de que lo dijera antes. En los setenta, Boix lleva muerto veinte años. El otro español, José Cereceda, me dijo:«En mi opinión, García hizo lo mismo que yo:ver, oír y callar. Lo que no sé es por qué dijo esas cosas de Boix».

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– ¿Cómo puede afectar a la transmisión de la Memoria Histórica la desaparición por razones de edad de todos los supervivientes?

– No sé... Lo que no hayamos podido aprovechar del legado de esta gente a estas alturas, eso ya no lo vamos a recuperar. Pueden quedar escritos, documentos, que no hayan aparecido todavía, por eso lado, sí. Si hablamos del cambio de percepción que supone la ausencia de supervivientes, pienso que eso pasa en tantos otros episodios históricos, con una diferencia: posiblemente el legado de toda esta gente es muy superior al de otras parcelas de la Historia. Incluso cuando había supervivientes, hay aspectos muy difíciles de saber. Todo el sistema de cámaras de gas estaba concebido para que no hubiera testigos ya que ése era el objetivo. Incluso Himmler viene a decir que «lo que estamos haciendo es muy duro porque asesinar tanto deja consecuencias, pero encima, toda esta labor heroica vamos a tener que callarla para siempre, no se va a poder contar nunca».

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