El último instante de 'Mendi', el artista que captaba sensaciones
Muere a los 91 años Juan Luis Mendizabal 'Mendi', pintor «impresionista» afincado en Zarautz
Le gustaba trabajar «bajo la lluvia, con el pincel en una mano y el paraguas en la otra». Ayer, un cielo encapotado de media tarde se despidió para siempre del pintor lekeitiarra Juan Luis Mendizabal, 'Mendi', a los 91 años.
Nacido en Lekeitio, con un año su familia se trasladó a Zarautz y en 1940, tras la muerte de su padre, 'Mendi' se trasladó a Donostia con su madre. Era muy frecuente verle en el malecón de Zarautz observando en el horizonte ese mar bravo que cada día, con el ratón de Getaria como protagonista indiscutible, pintaba con sus óleos.
Autor de numerosos cuadros que reflejaban el mar y las montañas vascas, de color amarillo, ocre y ultramar oscuro , Juan Luis Mendizabal se declaraba «impresionista» y «amateur» ya que a lo largo de su vida compaginó su faceta artística con otras actividades de ámbito cultural -trabajó durante años como director de acción cultural de la Kutxa-. Organizó conferencias, adquirió obras de arte, creó fondos bibliográficos y participó en la adquisición de los Fondos Fotográficos de Car y Marín, las firmas más importantes de principios del siglo XX en San Sebastián.
Sin olvidarse del omnipresente mar, sentía predilección por el paisaje y allí a donde iba, ya fuera Castilla o Perú, regresaba con nuevas imágenes. En sus cuadros de temática peruana transmitía fascinación por las cumbres andinas, los indígenas y las mujeres de negras trenzas. Pero la figura de 'Mendi' significó más que la de un pintor. Fue testigo de toda una época y a lo largo de su vida se topó con artistas como Oteiza, Chillida, Cobreros, Valverde o Martiarena, de quien fue discípulo y de quien recibió su manera impresionista de percibir la naturaleza.
«Observador de la vida», tal y como se definía, le gustaba pintar en cartones «para transmitir la sensación de cada momento y captar mejor» lo que veía. En 2005, la asociación cultural Ispilu editó sus cuadernos con los textos y dibujos que el artista recogió entre 1992 y 1993 en los que mezcló recortes de prensa con esquelas de amigos dibujos, referencias pictóricas como Goya o Zurbarán y la presencia constante de Oteiza. «La vida nos puso uno al lado de otro», solía decir este «jubilado que pinta».