Karlos Arguiñano, en El Hormiguero: «Si estoy solo, desayuno en pelotas»

El Karlos Arguiñano más auténtico, en El Hormiguero de Pablo Motos. El simpático cocinero guipuzcoano visitó anoche el popular programa de Antena 3 y por un día dejó a un lado sus siempre socorridas recetas de cocina y esos trucos con las que ameniza a su numerosa audiencia en Cocina Abierta, el espacio de gastronomía que presenta a diario en la cadena de Atresmedia. Eso sí, las hormigas Trancas y Barrancas y la audiencia disfrutaron a lo grande de la dicharachera personalidad del chef de Zarautz, siempre tan natural y extrovertido delante de las cámaras.

Karlos Arguiñano comenzó a lo grande su intervención en El Hormiguero, explicando ese carácter gamberro con el que siempre comienza su programa. «Prefiero salir de payasete diez segundos, a la gente tampoco se le puede aburrir, y que vean que estás con buen ánimo. ¡Y que encima vamos a comer rico rico!», afirmaba antes de desvelar un secreto poco conocido: «Igual tengo, entre caretas, muñecos y gafas, más de quinientas».

Su programa de gastronomía, 'Cocina Abierta', continúa siendo un éxito de audiencia en televisión. Eso sí, Karlos Arguiñano continúa sin conquistar a una televidente muy particular: su mujer. ¿La razón? Su hijo Joseba Arguiñano tiene su propio programa de cocina en ETB ('Sukalerrian') y eso… es un problema en su propia casa. «Somos competencia. Estamos a la vez, él en una cadena y yo, en otra. Y la madre prefiere ver al hijo», reconocía entre risas.

El buen humor y las continuas bromas fueron las grandes protagonistas de la entrevista a Karlos Arguiñano. Eso sí, el cocinero de Beasain, de 75 años de edad, reconoció que hay alguna vez que se le han ido de las manos. «El día de los inocentes, en mi programa, hablé de que había un centro en San Sebastián de Inteligencia Artificial que querían hacer un estudio conmigo durante todo el mes de enero. Me iban a hacer cien preguntas al día y ellos iban a ir estudiando mis respuestas. Todo para que, dentro de dos o tres años, la gente pudiera cocinar las cosas pensando como yo. Lo que no me esperaba es que la gente me empezó a felicitar por la calle. ¡Y era una inocentada!», afirmó, despertando una sonora carcajada en el plató de El Hormiguero.

El chef de 'Cocina Abierta' también tuvo tiempo de hablar con Pablo Motos sobre su mujer («Tenía 19 años el día que conocí a Luisi. Ese día me tocó el Gordo»), y sobre su numerosa familia, a la que adora y de la que está muy orgulloso y feliz. «Todos los domingos nos juntamos en mi casa 18 o 20 y el momento en que vienen es una alegría inmensa, y el que se van, también», afirmaba tan guasón como siempre. Eso sí, aprovechó a lanzar al aire una reflexión sobre lo afortunado que se siente. «Entiendo que hay muchos padres y muchos abuelos que igual no tienen la oportunidad de verse con sus hijos y sus nietos con la frecuencia que yo les veo. Soy muy afortunado. Eso no tiene precio», aseguró sacando su lado más familiar.

Lo que no tiene precio es su despertar por las mañanas. Y es que el desayuno de Karlos Arguiñano es uno de los momentos más placenteros del día: «Es mi momento. Según me levanto, tiro de sartén. Lo del cafecito me parece de estudiantes. Voy al gallinero, cojo el huevo y me lo pongo frito o revuelto o en tortilla. Con un poquito de cabeza de jabalí, una cebolleta frita, etc. No me cuesta nada hacer eso, es más, lo hago en pelotas. Y si estoy solo, desayuno en pelotas», afirmó en El Hormiguero, entre risas.

Sea como fuere, Karlos Arguiñano cuenta con numerosos fans que no dudan en llenar autobuses para comer en su restaurante y conocerlo un poco más. «A mí me han hecho feliz los que me ven todos los días. Y vienen a verme y les querría decir que yo soy una persona tan normal como el que tienen en casa al lado. Estoy muy agradecido a toda la gente. Y sigo, no tengo idea de jubilarme, he firmado dos años con Antena 3», avanzó el chef guipuzcoano en El Hormiguero de Pablo Motos.

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