El Atlántida Film Festival, en su salsa
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Un banquete cinéfilo entre la radicalidad de 'Last and First Men' y la sensibilidad de 'Those Who Remained' o 'Moffie'Fue pionero en la idea de llevar a la práctica un festival de cine 'online' y ahora que ha ido creciendo a lo largo de ... los años se ha encontrado en su salsa, con el público medio confinado y 'plataformateado'. El Atlántida Film Festival tiene lugar durante este mes en Filmin y permite por un módico precio ver un centenar de películas aún inéditas en las salas de cine españolas, que han crecido en prestigio en algunos de los grandes festivales tradicionales y que ofrecen propuestas a veces innovadoras o inusuales, pero también cine asumible por amplios públicos. Ya estamos inmersos en la amplia diversidad de cinematografías que ahí se juntan, ordenadas en sugerentes carpetas cruzadas, mientras en las redes sociales se intercambian opiniones y se cruzan recomendaciones. Es una de las ventajas de un festival 'online': uno puede empezar por donde quiera. En módicas dosis o en maratón.
Si empezamos por lo aparentemente más rompedor o insólito, recalamos en dos películas que tienen en común que están hechas en blanco y negro y que incorporan ese basto efecto de rayitas y manchas digitales para simular malamente una película vieja. La operación estética vuelve a ser más que nada una molestia, tanto en 'Last and First Men' como, sobre todo, en 'Bait'. La primera es una arriesgada propuesta formal acometida por el compositor Jóhann Jóhannsson, en su único largometraje como director. Un relato de ciencia-ficción, adaptado del novelista Olaf Stapledon, y narrado en 'off' por la siempre fascinante voz de Tilda Swinton. Un placer para los oídos, toda vez que la banda sonora del propio Jóhannson también es una pieza hipnótica, pero monótona y críptica en lo visual: todo el metraje es una sucesión de paisajes con esculturas de hormigón entre la abstracción y el enigma para hablar del destino de la humanidad. La pretenciosidad también lastra la británica 'Bait', premiado debut de Mark Jenkin, que ahoga en su capricho formal, sin la coherencia de 'El faro', un choque vecinal y fraternal entre la tradición y el turismo, las viejas y nuevas formas económicas y sociales.
Más convencionales en las formas, pero mucho más certeras y coherentes, resultan películas como la húngara 'Those Who Remained', que fue la representante de su país en los Oscar y narra con mucha delicadeza y apertura de miras el amor, en el sentido más amplio y reconfortante, que se brindan una adolescente y el hombre que la adopta, en las difíciles circunstancias del país después de la Segunda Guerra Mundial, y con la necesidad de superar ausencias dolorosas. Más sugerente que demostrativa, tiene en su jovencísima actriz Károly Hajduk uno de sus mayores valores.
La selección incluye filmes vistos en el pasado Festival de San Sebastián como 'Play' y 'Thalasso'
También muy cuidada y delicada en sus imágenes es la sudafricana 'Moffie', a pesar de que trata la dura entrada de un descendiente de ingleses en el ejército, en un ambiente de homofobia y racismo. La primera parte, con el torturador entrenamiento, recuerda inevitablemente a 'La chaqueta metálica', pero 'Moffie' (que viene a ser allí la palabra equivalente a 'maricón'), busca los sentimientos íntimos y la dolorosa supervivencia emocional, a través de unas imágenes a veces demasiado esteticistas pero siempre bien centradas en el proceso de búsqueda e identidad del protagonista.
Hay muchísimo más en el Atlántida, además de un par de títulos que se vieron en el pasado Festival de San Sebastián, 'Thalasso' y 'Play'. Las películas más vistas en la primera semana son 'La pintora y el ladrón', de Benjamin Reed y 'El hombre que jugó con fuego' de Henrik Georgsson, seguidas de las citadas 'Thalasso', 'Last and First Men' y 'Moffie'. Pues a ver.
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