Translucidez emocional

Crítica de Ghost, el musical ·

La adaptación de la historia que emocionó a toda una generación no llegó a erizar la piel del Kursaal

Carlos Rodríguez Vidondo

San Sebastián

Sábado, 23 de abril 2022, 09:19

Es la historia que emocionó a toda una generación de los 90, la del amor que no consigue separar la muerte, la del duelo que ... permite un espacio al humor. Pero esta adaptación no llegó a erizar la piel del Kursaal. Todo estaba ocurriendo en un único plano, el del escenario, y resultaba difícil entrar en él. Quizá fue por un sonido que no conseguía atravesar la cuarta pared y que, junto la música pregrabada, hacía las canciones y diálogos por momentos ininteligibles, obligando a los intérpretes a extremarse en sus dinámicas.

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Muy destacada la actuación de Cristina Llorente en el papel de Molly, con una sutileza vocal que acompañó su calidad interpretativa, siempre comedida. Pero que la gran estrella de la tarde iba a ser David Bustamante, nadie en el público lo dudaba. Sin embargo, se le notó algo sobreactuado en sus monólogos y más cómodo en las canciones como solista que en los dúos.

Los puntos fuertes los puso el humor. Escenas al estilo 'Broadway', como la del Fantasma del hospital, divirtieron y resultaron inspiradoras tanto en la música como en sus bailes, y los roles secundarios resultaron esenciales a la hora de sacar la carcajada del auditorio. Por el contrario, momentos como el asesinato de Sam o el duelo de Molly no terminaron de hormiguear en el pecho. A nivel técnico, la producción plagada de efectos especiales y luces trasladaron ese ambiente cinematográfico al teatro, aunque resultaran más efectistas que efectivos.

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