Bernardo Atxaga ha elegido este antiguo embarcadero de Deusto. Aitor Ortiz

Postales contra la clonación urbana

Creadores como Bernardo Atxaga, Norman Foster, Cristina Iglesias, Maialen Lujanbio, Esther Ferrer y Ruper Ordorika participarán en una exposición que reivindicará la diversidad a través de fotografías de Donostia, Bilbao y Vitoria

Alberto Moyano

San Sebastián

Domingo, 22 de noviembre 2020, 07:39

Las casi extintas postales serán las protagonistas de la nueva exposición del Instituto de Arquitectura de Euskadi, en un momento en el que ... el acelerado proceso de homogeneización de las ciudades amenaza con convertir a todas las urbes en la misma. Para reivindicar las diferencias y peculiaridades de Donostia, Bilbao y Vitoria, los fotógrafos Jon Cazenave y Aitor Ortiz, y el cineasta Oskar Alegria han retratado noventa rincones y parajes de las tres capitales vascas para que treinta personalidades de la cultura seleccionen su preferida y se la envíen a alguien. El resultado se expondrá en la propia sede donostiarra del Instituto de Arquitectura (c/Elvira Zipitria, 1) a partir del 17 de diciembre y hasta la próxima primavera.

Publicidad

Bajo el título de 'Hiru Hiri', la muestra reunirá las treinta 'postales de autor' escritas por los creadores invitados a esta iniciativa, y otras sesenta que se abrirán a la participación del público, que podrá rellenarlas y dirigirlas a una dirección. La escultora Cristina Iglesias, la artista Esther Ferrer, los escritores Bernardo Atxaga, Karmele Jaio, Iban Zaldua y Harkaitz Cano, la bertsolari Maialen Lujanbio, la historiadora Miren Arzalluz, el músico Ruper Ordorika, el arquitecto Norman Foster, el científico Pedro Miguel Etxenike y el periodista Ander Izagirre son algunos de los nombres que tomarán parte en esta muestra, en la que también estarán presentes Rocío Peña, Peio Agirre, Rikardo Arregi, Xabier Erkizia, Zuriñe F. Gerenabarrena, Ignacio Abella, Ramón Arambarri, Enrique Zuazua, Roberto Ercilla y Patxi Mangado.

Impulsada por el nuevo director del Instituto, el arquitecto José Ángel Medina, y llevada a la práctica por el diseñador Santos Bregaña, 'Hiru Hiri' «trata de cómo las ciudades se van pareciendo progresivamente unas a otras». Bregaña reconoce que las tres capitales vascas «son muy distintas entre sí «por sus paisajes y sus características diferentes», pero introduce un matiz en esta valoración: «Excepto cuando te vas al extrarradio, en donde misteriosamente empiezan a parecerse. Y ya no entre ellas -añade-, sino que hay un copia-pega que funciona lo mismo en Pamplona, en Zaragoza, en una ciudad francesa que en una italiana». En el caso de la capital donostiarra, destaca que esta inercia «amenaza la ciudad con un futuro incierto, en cuanto a que cuando se derriban edificios, los que se levantan en su lugar son atroces, como es el caso de Miracruz, 19».

Tres miradas peculiares

Santos Bregaña encargó a Jon Cazenave (San Sebastián, 1978) que retratara Donostia bajo su punto de vista, a Aitor Ortiz (Bilbao, 1971) que hiciera lo propio con la capital vizcaína y Oskar Alegria (Pamplona, 1973) que posara su particular mirada sobre Vitoria. Sobre el trabajo de Cazenave, el responsable de la exposición asegura que «me ha gustado mucho porque Jon es una especie de príncipe punk que se debate entre, por un lado, esta belleza del mar agitado que para los que hemos vivido aquí es una particularidad». Bregaña apunta que aunque «hay muchas ciudades que tienen mar, pocas lo comparten de esta manera tan extrema como Donostia» y en este sentido explica que algunas imágenes de Cazenave «son las panzas de las olas del Paseo Nuevo que difícilmente uno las encuentra en otra ciudad y aunque en la fotografía sólo se vea agua, es una ola de San Sebastián y de ningún otro lugar, y que de alguna forma, la identificamos con una situación tan nuestra que es más ciudad que muchos edificios».

Publicidad

Cristina Iglesias ha elegido este muro de La Concha, Maialen Lujanbio la escalera del Cementerio de Los Ingleses y Ander Izagirre el edificio más alto de Donostia. Jon Cazenave

Y por otra parte, destaca «la parte punk» del fotógrafo donostiarra, traducida en imágenes como la del dorso de la capa de la estatua de la reina María Cristina en Ondarreta, «que era un lugar en el que quedábamos los amigos. Para los donostiarras, es un lugar icónico y, a la vez, una escultura tan terriblemente fea, con esa capa pesada que parece una gran coño... Fotografiarla desde atrás me ha parecido muy divertido».

«Futuro incierto»

Considera que «el trabajo de Cazenave está entre esa poesía del mar, que todos identificamos como algo totalmente donostiarra, y la decadencia de una ciudad ambivalente en cuanto que alardea de su pasado y lo destruye simultáneamente». Y se remite aquí al declive del comercio local, previo a la pandemia. «Y ahí están esas persianas bajadas, que no sólo aparecen en las fotos de Donostia, pero que tienen un regusto dudoso sobre su futuro, confiado casi en exclusiva en el turismo».

Publicidad

En el caso de Bilbao, Aitor Ortiz ha sido el responsable de 'postalizarla' a través de treinta imágenes que en su conjunto conforman «un trabajo muy descriptivo y muy poco narrativo. Muestran una gran ciudad, una urbe cosmopolita, que impresiona porque el ejercicio de la arquitectura contemporánea ha sido en algunos casos espectacular, como en el del Guggenheim -que, por cierto, no aparece en las postales- y que se echa en falta en las otras dos ciudades. La apuesta que ha hecho Bilbao -apunta Bregaña-, se representa muy bien en el trabajo de Ortiz, que también incluye algunas postales más narrativas».

Aunque no tanto como en las que Oskar Alegria ha realizado en Vitoria y en donde se filtra su vocación cinematográfica. «Tiene una narrativa muy propia que se sitúa entre el periodismo de investigación y la poesía, porque sus películas también son así, con sus itinerarios y sus hallazgos de símbolos», asegura Bregaña. En este punto, recalca que «más allá de la arquitectura, la ciudad es también una construcción simbólica de lugares, de sucesos y de una especie de mitología que uno va creando desde su niñez y Oskar tiene buen ojo para ir encontrando esas cosas que otros no ven o a las que simplemente no les dan tanta importancia. Vitoria está retratada con ese ojo que no mira tanto la descripción de la ciudad como a cosas que abren una puerta a una historia».

Publicidad

En opinión del diseñador navarro afincado en Donostia, «esta exposición va a conectar con la sensibilidad, no sólo de los profesionales de la arquitectura, el diseño, el urbanismo o disciplinas más cercanas, sino con la de la ciudadanía en general».

En cuanto al texto que los treinta creadores y artistas que participarán en el aspecto más performativo de la muestra, reconoce su curiosidad por saber qué escribirán en sus respectivas postales y, sobre todo, a quién elegirán enviárselas. «Tengo mucha curiosidad por ver qué escribe la gente en un formato tan pequeño, que obliga a no excederse y a ser muy lacónico. Caben cuatro frases. Además, el género postal está en el límite de su existencia, aunque luego igual es como el vinilo, que resucita. En cualquier caso, todos los autores se han mostrado fans de las postales». En las otras sesenta serán los visitantes de la muestra los invitados a escribir sus quejas, reivindicaciones, reflexiones o lo que quieran y a quien quieran».

Publicidad

Ruper Ordorika ha elegido la imagen de un comercio cerrado en Vitoria. Oskar Alegría

«Por desgracia, hoy en día todas las ciudades parecen la misma»

El director del Instituto de Arquitectura de Euskadi, el legazpiarra José Ángel Medina, busca imprimir un nuevo impulso al centro desde que llegó al cargo el pasado verano, en sustitución de Javier Puldain Huarte. Y en este sentido, entiende que la apertura al público mediante diversas exposiciones es una línea de trabajo a reforzar. El Instituto está gestionado por el Departamento de Medio Ambiente, Planificación Territorial y Vivienda del Gobierno Vasco con la colaboración con el Departamento de Cultura de la Diputación de Gipuzkoa, propietaria del edificio.

Según explica Medina, «el punto de partida de 'Hiru Hiri' es el hecho de que por desgracia todas las ciudades contemporáneas parecen la misma. Nos propusimos buscar esos elementos que dan carácter y autenticidad a las tres que tenemos más cerca». Y este acercamiento se realizará en la exposición a través de las postales, «que surgen en el siglo XIX y tienen un éxito increíble».

A juicio del responsable del Instituto, «la ciudad que identificamos nosotros hoy en día tiene mucho que ver con las imágenes que aparecen en las postales, aunque ahora hayan cedido terreno en favor de Instagram». Medina considera que «la postal tiene una capacidad muy interesante de retratar la ciudad y también de construir su imaginario. Para cada uno de nosotros, Donostia es una mezcla de lo que cada cual aporta de su propia cosecha y de lo que se te ha dado ya construido».

Con 'Hiru Hiri' «intentamos hacer una reconstrucción del imaginario de estas tres ciudades a través de una performance» en la que Jon Cazenave, Aitor Ortiz y Oskar Alegria trabajaron «con total libertad» para «mostrar tres visiones alternativas a las habituales, lo cual da frescura a la exposición».

Medina considera que las fotografías de Cazenave son las que capturan «más propiamente el espíritu» del formato postal, «con la presencia de la naturaleza en esas imágenes maravillosas de San Sebastián vista desde el mar». Respecto a Aitor Ortiz, explica que «ha trabajado sobre la arquitectura de la necesidad, la inmediata, la superfuncional que, en el caso de Bilbao, ha traído grandes ejemplos de viviendas sociales o grandes empresas».

Finalmente, las imágenes tomadas por Alegria en Vitoria «tienen una característica más urbana, alternativa, quedándose con detalles pequeños. Se nota su faceta de cuentahistorias, su oficio de cineasta. Y presta atención a detalles más pequeños, con fotos más parciales que en conjunto tienen una gran potencia», destaca.

Sobre el proceso de uniformización urbana que padecen todas las ciudades, el director del Instituto cree que «el negocio inmobiliario es tan grande y potente que sería injusto decir que la responsabilidad es de los arquitectos» y en este sentido, indica que «existen cadenas, como Inditex, que ya homogeneizan las calles por este fenómeno de franquicias que se da en todo el mundo. Te puedes encontrar en la calle principal de Zurich con las mismas tiendas que en la Quinta Avenida de Nueva York. El comercio marca mucho y, por el lado de la arquitectura, sí hay más diferencias», aunque admite que hay «fenómenos que son terribles». En este punto, recuerda que frente a «tesis clásicas sobre las 'fachadas que hablan' que reivindican la arquitectura parlante que dice cosas a la calle, por desgracia, hay otra ultrafuncionalista que da siempre la misma respuesta a todas las situaciones. Es una seriación aplicada a la arquitectura pero en su sentido más vulgar porque debería servir para facilitarla y abaratarla». Así, lamenta la utilización de este método «para ejecutar rápido y barato, a la vez que sigues vendiendo igual de caro».

El Instituto de Arquitectura trabaja ya en la preparación de la siguiente exposición, que estará dedicada a la figura de la arquitecta y diseñadora irlandesa de los años treinta Eileen Gray y que «nos servirá para hablar de los valores de la vivienda», indica José Ángel Medina.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete los 2 primeros meses gratis

Publicidad