Personalidad y carácter

La personalidad y el carácter fueron constantes en el concierto de ayer de la Euskadiko Orkestra, y lo fueron en sus principales protagonistas: la agrupación, el violinista Augustin Hadelich y la directora Ruth Reinhardt como intérpretes y Mikel Urquiza en el plano de la composición. El bilbaíno se reafirmó como uno de los creadores más ingeniosos y originales del panorama actual. En el estreno de 'Mis monstruos marinos', segunda entrega de las piezas que forman el proyecto en torno a Elcano, Urquiza regaló una partitura sugerente que sin caer en la descripción permitió vivir ese pretendido viaje entre monstruos. Con un estilo propio y personal, irónico, mordaz, divertido y una estructura bien armada para una obra que mantenía el interés de principio a fin, nos hipnotizó con su rítmica en el primer movimiento, logró el pretendido ambiente de sueño en el segundo y nos hizo sonreír en el tercero, todo ello en una composición redonda en la que, una vez más, desveló un profundo conocimiento de la instrumentación y del poder sonoro de la orquesta.

Hadelich y Reinhardt formaron un intenso tándem en una lectura apasionada del 'Concierto' de Sibelius, en el que la directora dejó hablar al solista y llevó bien a la orquesta, ayer especialmente dúctil y dinámica. Estas cualidades, además de una evidente calidez y contrastrados matices, se acrecentaron en el Dvorak que completó el concierto y que también brilló por su carácter.