Nuevo punto de encuentro

Estamos de enhorabuena en Donostia gracias a la apertura de 'Hondalea'; una nueva obra rompedora y contemporánea. Una obra que nos conecta no solo con temas tan actuales como la protección del medio ambiente, sino también con la recuperación de espacios abandonados, tendiendo así puentes entre el pasado y el futuro, entre el porvenir de los donostiarras y sus raíces, su historia. El nacimiento de 'Hondalea' dice mucho de esta ciudad, que apuesta con valentía para seguir siendo pionera en el mundo del arte. La Bahía de la Concha es un lugar magnético para los donostiarras, que les apela, les confronta diariamente con su propia esencia y sus señas de identidad. También lo hace con aquellos que hemos encontrado en esta ciudad un hogar.

Gracias al amor que sentía por Donostia Eduardo Chillida soñó hace más de medio siglo con el Peine del Viento. Hoy Cristina Iglesias, movida por el mismo sentimiento, sueña para los donostiarras una nueva experiencia que nos conecte con esos mismos elementos que movieron a Chillida: un espacio entre las rocas y el mar, donde el oleaje, el viento y la luz son protagonistas. 'Hondalea' está sobre un arrecife natural, dialogando con los escarpados acantilados de San Sebastián, un área antes inaccesible que ahora todas las personas que queramos visitarlo podemos hacer nuestro.

Miramos alrededor, desde el mirador en que se ha convertido el Faro de la isla de Santa Clara, y tenemos una nueva visión de la ciudad: otra perspectiva a estrenar, una visión a la que antes no teníamos acceso. Un lugar desde el que, como Chillida e Iglesias, podemos soñar con nuestro amor a Donostia y, enraizados en ella, preguntarnos ¿qué nos deparará la isla de Santa Clara? ¿qué recuerdos creará? ¿Qué se gestará a su alrededor? Disfrutemos de este nuevo punto de encuentro para Donostia; lo más apasionante todavía está por venir. Dejémonos llevar por 'Hondalea'.