Nuevo museo en Ámsterdam con sello donostiarra

Zubiria no duda en calificar como «increíble» la oportunidad que le han brindado los artistas de Studio Drift al elegirle para diseñar el museo que van a abrir en Ámsterdam. «Es un estudio de arte internacional muy reconocido por sus obras de arte móviles que combinan naturaleza y tecnología. Hace poco presentaron un espectáculo con drones luminosos que sobrevolaron como una bandada de pájaros el Central Park en Nueva York», explica. «Para mí siempre fue un sueño trabajar con ellos, ya que su obra me parece mágica», admite.

Fueron los fundadores de este prestigioso estudio, Lonneke Gordijn y Ralph Nauta, quienes se pusieron en contacto directamente con Javier Zubiria, con quien ya habían trabajado antes. «Creo que contactaron conmigo por la sensibilidad común que tenemos hacia el arte, la arquitectura, la moda... y tenemos referencias muy similares en mente sobre cómo deben de ser los museos del futuro», confiesa. En el momento de recibir la llamada Zubiria estaba residiendo temporalmente en México, pero no dudó en reunirse con ellos. «A principios de este año me invitaron a ver el edificio y me explicaron lo que querían hacer. Me convencieron y decidí trabajar en el diseño de su museo».

En palabras de los artistas de Studio Drift, esperan que el museo se convierta en un lugar «que despierte la curiosidad y las respuestas emocionales» de los visitantes, y donde se sientan «más conectados» con nuestro planeta y la naturaleza. Para el arquitecto donostiarra está siendo «verdaderamente enriquecedor» el proceso de crear la arquitectura que albergará su arte. «Estamos trabajando para poder mostrar su obra en una forma única. Estamos creando espacios que en algunos casos, conecten visualmente las obras de arte, y en otros, generen un silencio necesario alrededor de una pieza concreta».

Pero lo que al principio iba a ser sólo el diseño del museo, al final se ha convertido en un proyecto mayor, ya que el estudio de Zubiria diseñará la rehabilitación de todo el edificio Van Gendt Hallen, un complejo de 25.000 metros cuadrados, formado por cinco naves. El museo ocupará dos de ellos –un espacio de unos 8.000 metros cuadrados–, y el resto albergará otros usos como oficinas o espacios destinados al ocio y la gastronomía. «Al propietario del edificio, Eduard Zanen, le gustó lo que hago y me encargó hacer todo el edificio», relata Zubiria. El proyecto incluye dependencias a las que se accederá en barco, o un gran espacio público que presidirá un árbol que se iluminará, diseñado por Studio Drift .

El complejo fue una fábrica dedicada a la innovación y creación de trenes a vapor, y está protegido como monumento nacional. «No hay mejor forma de homenajear un edificio que volver a dotarlo de vida», asegura el arquitecto donostiarra. Un espacio a preservar, aunque esto no signifique «mantener todo como estaba», sostiene. «Debemos ser conscientes que todo evoluciona. La gente que lo habilitó hace 100 años no es igual a la que lo habilitará dentro de 50 años». Por eso cree que «lo más importante es interpretar de forma inteligente qué elementos son importantes de mantener y cuáles no».

En los últimos meses Zubiria vive volcado en este proyecto, aunque sin abandonar otros que acaba de culminar o que tiene entre manos. Está trabajando en una instalación de gran formato que se instalará en un espacio público de la ciudad de Nueva York en mayo, aunque de momento, no quiere adelantar más detalles. También acaban de iniciar la construcción de una casa «muy especial» en Costa Rica, cuyo diseño está inspirado en un «pájaro local que observa detenidamente el horizonte antes de volar», asegura.

Desde su fundación, zU-studio está trabajando en muchos proyectos de diferentes funciones y dimensiones, desde casas privadas –algunas de ellas en San Sebastián–, hasta instalaciones en espacios públicos de ciudades, showrooms –acaban de terminar una en Shanghái y ahora proyectan otra en Hong Kong–, hoteles o museos. «Tratamos de interpretar cada situación de forma única y responder a cada contexto de forma consciente», asegura.

En paralelo a estos proyectos el estudio también reflexiona sobre los usos futuros de proyectos. «Nuestra mayor motivación es crear ciudades y edificios que aproximen más a los seres humanos a su naturaleza real y puedan experimentar eudaimonia (palabra griega inventada por Aristóteles) o plenitud humana. La pregunta que constantemente tenemos en mente es si nuestros proyectos van a elevar emocionalmente a las personas que los van a habilitar».

Zubiria sostiene que «la arquitectura es un instrumento importante para manifestar las ideas potentes de una sociedad en un periodo de tiempo concreto» y también «de anticipar cómo vivirán las futuras generaciones». La aceptación que están teniendo sus propuestas cree que se debe a la visión que tiene sobre lo que debe representar esta disciplina. «Lo que más nos importa como estudio es que el proceso creativo y la creación en sí nos haga vibrar a nosotros, porque de esta manera hará vibrar al resto. Porque en el fondo, «la arquitectura tiene el poder de sorprender, seducir y activar a las personas».