Elena Setién: «Antes no valoraba que lo que mejor hago es inventar melodías»
Elena Setién ·
La Sala Dabadaba recibe hoy a la donostiarra, que presentará su celebrado álbum 'Another Kind of Revolution' (2019)Desde la presentación de su tercer disco en solitario, Elena Setién (Donostia, 1977) ha visitado Dinamarca, Suecia, Finlandia y Gran Bretaña. También ha pasado ... por Madrid -incluidas dos apariciones en 'La2 Noticias' y el programa 'Late Motiv' de Buenafuente- y anoche actuó en Bilbao. Hoy, por fin, tocará en casa junto a Mikel Azpiroz a los teclados y Karlos Aranzegi a la batería.
- No han sido muchos los artistas vascos reseñados por la revista estadounidense 'Pitchfork': Delorean, Rrucculla, usted… Le dieron un 7 de nota. ¿Satisfecha?
- Respiré muy aliviada al conseguir el notable, pero me pareció que el contenido de la reseña sugería una nota mayor. Un periodista de Madrid que también es locutor de la NBA me entrevistó y me dijo que allí son más severos con los deportistas no americanos, que tienen que demostrar un poco más. Esto es similar, como si 'Pitchfork' me hubiera dado la bendición y yo tuviera que seguir demostrando mi valía como artista.
- Ese salto en repercusión es atribuible en parte a la discográfica Thrill Jockey. ¿Le sorprendió que la aceptaran en sus filas?
- Sí, porque estuve buscando en un montón de sitios. Recibí varias negativas y, lo que es peor, muchos silencios. Llegué a pensar en autoeditarme pero al final conseguí contactar con Thrill Jockey, que me gusta muchísimo porque sus responsables son supereclécticos.
- ¿Cómo definiría el momento actual de su carrera?
- Me veo en un momento artístico más maduro. Durante mis años en Dinamarca formé el dúo Little Red Suitecase junto a Johanna Borchert. Éramos jóvenes y no sabíamos qué queríamos, era una búsqueda total. Experimentábamos por experimentar, como esos niños pequeños que van tocándolo todo para descubrir el mundo. No había meta, era un proceso. Durante muchos años funcioné así y estoy muy contenta porque eso me aportó una riqueza de texturas, instrumentación y sonidos diferentes. Agradezco no haber tenido claras las cosas desde el principio: ahora las tengo más claras, pero atesoro ese bagaje como una paleta amplia de colores.
- El suyo ha sido un viaje desde lo experimental hacia un pop que, sin ser convencional, posee códigos más reconocibles…
- ...en incluso comerciales. Me he ubicado en un terreno más fácil de digerir porque en este proceso he reparado en que lo que realmente hago bien es inventar melodías que se pegan, algo que no valoraba y que ahora estoy cultivando: no todo el mundo tiene esa capacidad.
- Con todo, muchos siguen considerándola «cantautora de pop raro».
- A mí me gusta el término inglés 'art pop': pop porque hay elementos melodiosos o fáciles de reconocer, y art porque incluye recursos propios del arty: el modo de acentuar una palabra, la instrumentación, la forma de cantar…
- La suya es muy peculiar...
- Cuando miro atrás, veo que tengo mucho de cantante de jazz: mi voz tiene mucha dinámica, fluctuaciones no habituales en el pop… En mis años de conservatorio en Dinamarca me frustraba porque no lograba emular las voces de Joni Mitchell o Ella Fitzgerald, a quienes algunas compañeras imitaban muy bien. Yo ni me acercaba y me enfadada conmigo misma... Hasta que me di cuenta de que eso podía ser una cualidad.
- ¿Y cómo fue eso?
- Me costó mucho aceptar mi voz, sobre todo porque yo era violinista y no vocalista. Fue un proceso largo pero hubo una semilla que plantó en mí Sheila Jordan, una cantante de jazz que hoy tiene 90 años. Impartió una clase magistral en Barcelona y su sola presencia, su energía, me hizo cantar como llegaría a cantar diez años después. Me hizo ver de qué era capaz si creía en mi voz. Me hizo creer que podía cantar una canción a mi manera sin tener miedo de no sonar como una cantante supuestamente de verdad.
- También le han influido los consejos de la cantante y polifacética artista Laurie Anderson…
- Sí. Fue hace dos años en Copenhague. Dio una charla en la biblioteca municipal y nos invitó a cantar con ella canciones de Lou Reed (su fallecida pareja), de quien hablaba siempre en presente. Nos hizo sentir a todos muy a gusto y al terminar, le pregunté con preocupación cómo podemos ser artistas hoy en día. Se quedó callada un instante y, tras reconocer que es una tarea difícil, respondió: «Sólo tienes que hacer algo bello y libre». Se me ha quedado grabado porque aunque es una frase fácil de enunciar, resulta complicadísimo llevarla a cabo. ¿Cómo haces algo bello y libre en medio de esta hecatombe de industrias musicales, de redes sociales…? Al grabar el disco tuve muy presente ese lema e incluso me puse a tocar la batería por primera vez. Busqué una belleza y una libertad natural…
- El disco está dedicado a su padre, fallecido recientemente, y ha pedido posar para esta entrevista en una librería y con una de sus pipas.
- Me inspiran mucho las librerías, tienen un punto contestatario y revolucionario. También quería romper la imagen del intelectual con pipa asociada a los hombres y, sobre todo, hacerle un pequeño homenaje a mi padre, guiñarle un poco el ojo. Mi gusto por el surrealismo me viene mucho de él, que de pequeña nos ponía fragmentos de 'El perro andaluz' de Buñuel. Mi madre nos contaba cuentos y nos leyó en voz alta todo 'El mago de Oz'. Esas cosas marcan, esa ventana a la fantasía y al surrealismo siempre ha estado abierta.
- ¿A qué otro tipo de revolución alude el título del disco?
- Me gusta pensar en ella como una revolución interior e incluso me recuerda un poco a Mahatma Gandhi: tú sé lo que quieres que sea el mundo y el mundo será lo que quieres que sea. Primero tenemos que mirar en nuestro interior, trabajar, y entonces quizá podamos contribuir a un plan global. Es una revolución mucho más silenciosa, no de ir a la calle… La veo más bien como una evolución.
- ¿No es más difícil que una revolución silenciosa cambie las cosas?
- Es que hoy día hay tanto ruido… Invitar a bajar el nivel de ruido y decir algo puede surtir más efecto. Ahora hay demasiado ruido, demasiada información, y eso no es la vida real. Deberíamos hablar de tú a tú, intentar entender al que está a nuestro lado, volver a llevar las cosas a un tamaño más humano y tangible. Por ejemplo, 'Another Kind of Revolution', la canción, recoge las energías femeninas de mujeres que han estado olvidadas: grandes historiadoras, compositoras, místicas, alquimistas… Ha habido infinidad de ellas, y no en menor cantidad que los hombres. Ya es hora de que se las visibilice.
- También le preocupa el medio ambiente…
- Sintonizo mucho con Extinction Rebellion, un movimiento que busca forzar a los gobiernos a tomarse en serio el calentamiento global del planeta. Debemos obligarles a hacer algo por la Tierra, que se está muriendo, y también por gran cantidad de especies en peligro de extinción. Hay que desviar el foco del ser humano y del materialismo porque este planeta tiene muchas más especies que nosotros, y todos hemos de vivir juntos, en concordancia.
- Parece misión imposible, tal y como están las cosas…
- Pues yo conservo la esperanza porque, si no, apaga y vámonos. El otro día vi una charla del paleontólogo Juan Luis Arsuaga y me identifico mucho con lo que decía sobre la Ilustración. En su opinión, es un período histórico que deberíamos recuperar, un pensamiento optimista que tiene la convicción de que el mundo se puede cambiar a mejor. Y también hablaba de belleza y libertad, como Laurie Anderson.
El concierto
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Cartel: Elena Setién.
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Lugar: Dabadaba(Donostia).
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Día y hora: Hoy (21.30).
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Entradas: 10/13 euros.
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