«La música que interpretamos necesita de emociones sinceras»
El intérprete portugués dirige este martes en San Telmo el programa de música barroca 'À l'Espagnole'
Ludovice Ensemble se estrena en San Sebastián con un concierto dirigido por Fernando Miguel Jalôto que reúne obras de compositores como Couperin, Lully o Charpentier ... dentro del Ciclo de Música Antigua.
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– Es la primera vez que actúan en San Sebastián. ¿Tienen referencias de la Quincena y del claustro del Museo San Telmo?
– La Quincena es uno de los festivales más prestigiosos y antiguos de España y Europa y es un honor presentar aquí nuestro trabajo. La calidad de la programación de Música Antigua es tradicionalmente muy alta y este año no es excepción. Yo he estado solo en la iglesia de San Telmo pero no conozco el museo.
– ¿Qué valoran a la hora de tocar en un escenario?
– El cambio de escenarios conlleva desafíos prácticos, sobre todo relacionados con la acústica y la colocación de los músicos. Es importante que el espacio no sea demasiado grande, porque nuestra música es muy camerística y vive de detalles sutiles. Pero además del hecho de escucharse bien, es necesario conseguir una relación cercana con el público. Nos gusta que el público se sienta como en su casa, y al mismo tiempo experimente el privilegio que es escuchar esta música, reservada en su momento a los ricos y poderosos y ahora accesible a todos.
«Es como cuando visitamos un restaurante gourmet y nos sirven una recreación erudita de un plato regional»
– ¿Por qué un concierto titulado 'À l' Espagnole'?
– El programa está conformado por obras francesas de los siglos XVII y XVIII que revelan la influencia de España y de su cultura o buscan una evocación de la Iberia. Es música que tiene muy poco de genuinamente española, pero que coincide con los clichés que existían del país y de sus pueblos allende los Pirineos: una mezcla de exotismo y romanticismo, una sociedad refinada pero austera, hombres muy enamorados pero muy celosos, mujeres ardientes pero discretas... Musicalmente las danzas y ritmos ibéricos están presentes pero muy sublimados y adaptados al gusto de la corte francesa. Es como cuando visitamos un restaurante gourmet y nos sirven una recreación erudita de un plato típico regional. Además, la gran sonata de Couperin que hace de nexo con el resto de obras se llama precisamente «L' espagnole'.
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– ¿Cómo fue aquella época?
– Si en el tiempo de Lully y Charpentier España (y, por supuesto Portugal) era otro mundo, en el de Couperin, Campra y Courbois la proximidad es mucho mayor. La literatura y la historia de España eran también bien conocidas y apreciadas.
«El cambio de escenarios conlleva desafíos relacionados con la acústica y la colocación de los músicos»
– ¿Qué tipo de música va a encontrar el público?
– El programa combina una gran Sonata y una Suite en trío de François Couperin, publicada como parte de su colección de trios 'Las Naciones', con diversas obras vocales. Reúne obras de los más importantes compositores franceses de la generación de Lully y post-Lully - Charpentier, Campra y el propio Couperin - terminando exactamente antes de Rameau, cuando se abrió un nuevo capítulo en el estilo musical francés. En estas obras se combina la sutileza expresiva típica del gusto francés con influencias españolas (discretas) e innovaciones venidas de Italia.
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– ¿Ese es el principal aliciente del concierto?
– Hay muchos: la belleza única de la música; la rareza de su presentación y escucha en España; el hecho de que seamos un grupo portugués haciendo música francesa, nuestra total empatía y pasión por el repertorio; la voz preciosa y rara de tenor agudo de André Lacerda y nuestra visión de gran sencillez y honestidad de ésta música, que creemos no necesita de muchos artificios, pero sí de emociones sinceras.
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