Calor barroco

La música vocal de Vivaldi es un caramelo, tal y como lo demuestran las dos obras que Conductus ofreció este miércoles. El 'Magnificat' permitió descubrir a magníficos solistas y a un conjunto vocal que destacó por su empaste en figuras largas y mantenidas y por sus convincentes reguladores en números como 'Et misericordia ejus'. Sorprendió, asimismo, su dominio de la imitación en 'Sicut locutus est', equilibrado en todas las cuerdas.

La obra más conocida, el 'Gloria', sumó intérpretes al conjunto, con instrumentistas de alto nivel. Mención aparte merece la emisión, articulación y precioso sonido de la oboísta Laura Marcos en su diálogo con la soprano en 'Domine Deus'. Pero hubo muchos más números y solistas destacables, como el contratenor Gabriel Díaz en su 'Domine Deus, Agnus Dei' o el tenor Ariel Hernández, de bella voz, en sus intervenciones. El coro, una vez más, y bajo la sabia dirección de Andoni Sierra, volvió a regalar momentos deliciosos en una obra para disfrutar, coronada con una propina de Bach.