«El lenguaje común de las distintas artes es la búsqueda de una emoción»
Silvia Pérez Cruz ofrece tres funciones en solitario en el Victoria Eugenia para presentar 'Farsa (género imposible)'
Cuatro meses después de su actuación con el pianista Marco Mezquida en el Jazzaldia, Sílvia Pérez Cruz (Palafrugell, 1983) regresa a Donostia para iniciar la gira de su nuevo disco. Lo presentará desde mañana y hasta el viernes en tres actuaciones (19.00 horas, 30 euros).
- Su actuación de julio no pudo ser más emocionante…
- Sí, era mi primer concierto después del confinamiento. No podía creer que hubiéramos pasado tantos meses sin vivir la emoción de subir a un escenario y hubo un momento en que me tumbé bajo el piano y, de modo simbólico, me sentí físicamente protegida, feliz dentro de la música. Fui plenamente consciente de su poder curativo.
- En esta pandemia se ha hablado mucho del poder sanador de la música, pero quienes la practican viven en la cuerda floja…
- Es muy preocupante, sí, pero hay dos cosas distintas: por un lado, la gente debe entender la importancia de la cultura, necesaria para sentirse libre y para emocionarse, y por otro, que es un oficio del que viven no sólo los músicos, sino los técnicos, los programadores, los promotores…
- En esta gira actúa usted sola…
- A mí me encanta el diálogo con otros músicos y también tocar sola: es mi música más sincera, más presente y actual, porque me permite cosas que con banda son difíciles: cambiar el tempo, la tonalidad, decidir dónde pongo los silencios… Actuar sola provoca vértigo y tiene una crudeza especial, pero permite una relación directa contigo misma, es una especie de reencuentro. Llevo algún tiempo haciéndolo y estoy más segura, más tranquila con la guitarra, entiendo más esa soledad…
«Actuar sola da vértigo y tiene una crudeza especial, pero permite una relación directa contigo misma, es como un reencuentro»
sola sobre el escenario
- En 'Farsa (género imposible)' ha reunido canciones inéditas creadas para proyectos de otras disciplinas artísticas: teatro, danza, cine, poesía… ¿Cómo se relacionan entre sí?
- Todas las artes se retroalimentan y todas ellas me nutren. Mi madre tenía una escuela de arte y desde pequeñita me enseñó a mirar una canción, una danza, un cuadro o una foto, y a entender que hay un lenguaje común, que consiste en la búsqueda de una emoción y en cómo transmitirla. Con el tiempo he aprendido cómo acompañar con la música a otras disciplinas y personas -porque no es lo mismo una coreografía de Rocío Molina que una obra de Lluís Homar- y también a no hacer más de lo necesario, sino sólo lo que se necesita.
- ¿Qué más habría querido ser si no se dedicara a la música?
- Pensé en estudiar Filosofía y Antropología, pero también me habría gustado ser dibujante, fotógrafa, viajar por el mundo para hacer documentales, ser comadrona e incluso cuidadora de gorilas, como Dian Fossey.
- Vaya, ¿y eso?
- He vivido experiencias maravillosas con mucha gente, pero a menudo el ser humano te decepciona, y siento una confianza especial en las plantas y los animales. En la naturaleza y sus ciclos hay mucha información que puede aplicarse a nuestras vidas.
- ¿Qué hay detrás de 'Farsa'?
- La palabra viene del francés 'farce', que significa relleno, cubrir algo que está vacío. Pensé en la diferencia que hay entre lo que mostramos y lo que somos, imaginé una superficie maravillosa por fuera pero vacía por dentro, algo que muchas veces tiene que ver con lo que ocurre en las redes sociales. Me interesa la imagen que puedes proyectar, ese robot de ti mismo que puedes construir y la distancia que existe con la fragilidad que nos representa. No he llegado a ninguna conclusión, pero he confirmado que el arte es libertad: me gusta cuidar esa fragilidad, buscar la belleza en la imperfección y reencontrarme en ese camino infinito que es el arte.
«Me gusta cuidar la fragilidad, buscar la belleza en la imperfección y reencontrarme en el camino infinito del arte»
«El arte es libertad»
- Pensaba que el título guardaría relación con la faceta del artista como farsante…
- También, pero eso vino después. A raíz del poema de Pessoa 'El poeta es un fingidor' reflexioné sobre el personaje, sobre la belleza de la máscara… Y luego está el subtítulo '(género imposible)', que puede aludir a la identidad sexual, al género líquido, o a esa pregunta tan difícil que me formulan siempre los periodistas y los taxistas: «¿Qué música haces?»
- Difícil responder en el caso de un disco que tiene flamenco, jazz, tango, ecos mexicanos…
- Es que muchas veces no se puede distinguir una cosa de la otra: habría que diseccionar la canción para ver qué viene del canto galego, de las percusiones ibéricas, del flamenco… Es casi algo celular. Por eso siempre digo que yo canto canciones y emociones.
- ¿Y se quedan tranquilos los taxistas?
- ¡La verdad es que no! (Risas)
