Mikel Erentxun: «Me veo como un joven dinosaurio, pero con más energía que nunca»

«Algunos de esos jóvenes cantantes me dicen que empezaron a tocar la guitarra con algunas de las viejas canciones de Duncan Dhu. A veces me veo como un joven dinosaurio en la música, pero con más ideas y energía que nunca», dice en esta entrevista, la primera que da para promocionar el disco. La gira de presentación empezará en enero en casa, en el Kursaal, con invitados.

– ¿Qué es 'Amigos de guardia'?

– Es un disco que surgió para celebrar mis 35 años en la música, porque el primer disco de Duncan Dhu salió en 1985. El aniversario se cumplía en 2020, que era también una cifra redonda. Yo venía de grabar la trilogía de El Puerto de Santamaría, con Paco Loco, que tan buen resultado había dado, y hablando con Iñigo Argomaniz sobre futuros planes salió la idea de grabar un disco en directo, con invitados, para celebrar los 35 años. El proyecto era hacer solo un concierto, grabarlo y dejarlo así. Pero estalló la pandemia y hubo que cambiar. Grabamos en junio del año pasado en un estudio, como si fuese en directo, pero sin público.

– Y con más invitados de los previstos.

–Sí, la idea era contar con tres o cuatro, pero llegamos a 24. Todos a los que llamamos se apuntaron y hubo algunos que se ofrecieron. En total son veinte canciones y en algunas de ellas entra más de un compañero. El proyecto creció, la compañía cree que es un gran disco y queda un resumen perfecto de mi carrera. Si dejara de grabar discos y alguien quisiera saber qué he hecho a lo largo de mi vida, aquí lo tendría. Hay canciones que se separan 35 años entre sí, pero el productor, Ricky Falkner, ha unificado estilos. Nuestras referencias eran discos como 'The band', o 'El último vals', con idea de hacer un disco atemporal, que no envejezca. Espero seguir haciendo discos nuevos otros 35 años.

– ¿Cómo se eligieron las canciones?

– En la inmensa mayoría fueron los propios músicos invitados los que eligieron cada uno la suya. Santi Balmes, por ejemplo, tenía clarísimo que debía ser 'En algún lugar'. Bunbury eligió 'Veneno' enseguida. El repertorio no es un 'grandes éxitos' al uso. Hay unas catorce que sí están entre las más importantes de las mías, pero también figuran otras más raras, como 'Intacto', que escribí con Rafael Berrio y que elegió Quique González. Hay tres de Berrio, porque también está 'Sé libre, sé mía', de Miren Tulsa, además de 'Veneno'.

– Es la primera vez que trabaja con Falkner como productor.

– Desde el principio pensamos en él, porque conoce bien los sonidos clásicos y los actuales. Ha hecho un trabajo excelente, que unifica bien todo, las dos almas de mi carrera, el 'indie' y 'el mainstream'. Acepto todo mi pasado, me siento orgulloso.

– Parte de las grabaciones se han ido conociendo poco a poco, antes incluso de la salida del disco.

– Era tiempo de pandemia y todo era raro. Se grabó en junio de 2020, pero sale ahora en octubre de 2021. Había tanta calidad en las canciones que fue una buena idea ir sacando adelantos, que además nos han posicionado en plataformas o redes sociales. El primero fue con Quique González y el último con Santi Balmes, pero quedan muchas perlas por descubrir. Me parece uno de los grandes discos de mi carrera.

– ¿Tendrá gira?

– Empezará en San Sebastián, en enero y en el Kursaal, por todo lo alto. Habrá invitados en el arranque en Donostia y en el último de la gira en Madrid, más una posible participación en el Sonorama. Solo he actuado en el Kursaal dos veces, una en solitario con el disco 'Ciudades de paso', y la otra con Duncan Dhu.

– En estos 35 años ha habido muchos Erentxun.

– Sí, desde el principio, porque Duncan Dhu empezó como un grupo 'indie' antes de que llegara el éxito. Mi carrera en solitario también empezó para grandes públicos hasta que abrí una tercera etapa con 'Detalle del miedo', más independiente, que tantas satisfacciones me está dando.

– Es curioso, porque está recibiendo ahora las mejores críticas de su carrera...

– ...en el momento de menor éxito comercial. Pasó lo mismo con Duncan Dhu, al principio la crítica nos recibió muy bien y cuando llegó el éxito comenzaron a ponernos a parir. En mi última etapa me siento más cómodo, hago lo que quiero, he empezado a sonar en algunas emisoras y he dejado de sonar en otras. En este disco buena parte de mis invitados son más del mundo independiente. Me siento más cómodo con mis actuales compañeros de viaje.

– Mikel Erentxun es de los pocos que ha aguantado tanto tiempo en la profesión. Algunos músicos jóvenes le ven como un patriarca de la música.

– Así me siento, como un pequeño y viejo dinosaurio, o más bien joven. Hay artistas que salen en el disco, como Amaia, que tienen la edad de mi hija. A lo largo de mi vida he llenado estadios y he actuado en bares pequeños a los que he viajado con mi furgoneta. Viví el fenómeno fan con Duncan Dhu, he sonado en las grandes radios masivas y también en los programas más especializados.

– Así ha sido también en Donostia: se le ha visto en el Kursaal o en Anoeta, pero también en el Doka ante unas decenas de personas, que algunos recordamos como uno de sus mejores...

– Siempre feliz. He reventado el polideportivo y gocé en el Doka. Cuando me cuelgo la guitarra disfruto muchísimo, ante 20.000 personas o ante veinte. A veces pienso que incluso disfruto más en el segundo caso. Este año de pandemia y transición he hecho más de cuarenta conciertos de acústico yo solo, con la gente sentada y con mascarilla, y he disfrutado muchísimo. Los hago porque tengo que comer pero también porque es donde mejor me lo paso. Durante la pandemia he ido practicando más con el piano y ya me atrevo a tocar más canciones al teclado. Así que los conciertos, aunque sean en solitario, resultan más variados con guitarra y piano.

– El éxito multitudinario de Duncan Dhu les llegó siendo ustedes apenas unos críos. Podían haberse vuelto idiotas...

– Sin duda, pero no ocurrió. Los tres tuvimos los pies en el suelo en todo momento, aunque el éxito llegó cuando teníamos 19 años. Había fans, dinero... pero Donostia era poco 'glamurosa' en ese sentido. Éramos estudiantes, vivíamos con nuestros padres... Nunca se nos fue la cabeza.

– Cuente el proceso de grabación de este disco.

– Todo fue como la seda. Las veinte canciones que grabamos sirvieron, todas con buen nivel. En el estudio solo entrábamos los seis músicos por seguridad anticovid, primero grabábamos la base y luego iban entrando los invitados, sucesivamente. Grabábamos en directo con su voz y la mía. Hacíamos dos o tres tomas de cada canción por si acaso. Lo hicimos seguido en dos o tres días y grabamos en vídeo todo por si un día se puede editar un documental. Bunbury grabó desde Los Ángeles, Santi Balmes desde Barcelona y Calamaro desde Argentina.

– Hay un 'invitado' que es más que un invitado.

– Sí, Diego Vasallo era una pieza fundamental. Para mí era básico que apoyara este proyecto y desde el principio se apuntó.

– Ahora, promoción y ensayos.

– Ahora llega una semana de pequeña promoción y luego a preparar la gira. Cuento con la banda que me ha acompañado en los últimos tiempos más algunas incorporaciones. Marina Iniesta, Fernando Macaya y Karlos Arancegui siguen, pero recupero a Mikel Azpiroz como teclista y a Fernando Neira como bajista. Será una banda grande, con seis personas en el escenario, como en la última gira de Duncan Dhu. Desde que estoy en solitario nunca he salido con unabanda tan potente.

– ¿Y después?

– Tengo un repertorio acumulado que ya me está quemando, pero espero grabarlo el año que viene para que salga en Navidades del 2022. Lo de «sacar disco» es ya un acto de fe. Agradezco a Warner que me siga sacando discos porque el negocio está en otra parte, pero para mí es importante tener los discos físicamente.

– Por terminar, ¿qué ha aprendido en este tiempo?

– Ya son 36 años, camino de 37. Está siendo una carrera intensa con 27 discos, algunos dobles, y unas 300 canciones. ¡Ni las tengo contadas! Tengo la sensación de no haber parado nunca. Solo la pandemia me ha hecho parar, pero no por decisión propia. Todo el mundo me dice que estoy en uno de los mejores momentos de voz y de escritura, y así lo creo. Hago los discos que yo compraría. El día que sea una caricatura espero que alguien como Diego Vasallo, me lo diga. Bob Dylan, los Rolling y McCartney siguen haciendo discos, pero el peligro de los que llevamos mucho tiempo es vivir del pasado. Este disco es una parada, pero sigo mirando hacia adelante. Esto es solo una celebración.