Senperena, el día de la grabación del disco en el Club del Victoria Eugenia, con el piano Steinway. J.G.A.

Joserra Senperena: «Quería soltar amarras con las leyes de las canciones»

El músico donostiarra presenta hoy en el Victoria Eugenia 'Existentzia minorrak', su tercer disco de piano solo

Viernes, 24 de enero 2020, 11:09

En plena etapa de madurez creativa, Senperena (Donostia, 1965) ha abandonado las giras como acompañante de otros músicos (Fito y Fitipaldis, Duncan Dhu, Lou Topet...) para centrarse en sus proyectos. Hoy presenta 'Existentzia minorrak' (2019) en el Victoria Eugenia, donde ha tocado antes con infinidad de grupos y donde prologó con un breve set de piano la zarzuela 'Adiós a la bohemia', urdida en colaboración con Rafael Berrio. Sin embargo, la de esta tarde será su primera actuación en solitario en el tablado principal del centenario teatro donostiarra.

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- ¿A qué se refiere el título?

-En una columna de Enrique Vila-Matas, escritor al que sigo de cerca, citaba un reciente ensayo del filósofo francés David Lapoujade, 'Les existences moindres'. Él se refiere a las existencias menores como aquellas que no están a la vista y desconocemos, y que, por tanto, tienen una potencialidad mucho mayor que las conocidas. También dice que el artista debe defender las existencias débiles e ir siempre buscando más allá de lo ordinario, porque si se queda en lo normal, no avanza.

- ¿Tienen esas ideas algún reflejo en el disco?

-Bueno, es una autoedición sin sello discográfico, no he hecho promoción ni he tenido mánager, productor ejecutivo o artístico... Lo he hecho yo todo, el álbum es una existencia menor y la mayor parte de la gente no lo va a conocer, pero no por ello las piezas que lo componen son menos importantes, sino que tienen una potencialidad desconocida.

- ¿Qué cosas estaban ocultas para usted cuando empezó en la música hace ya tres décadas?

-La liberación de ciertas ataduras. Yo siempre fui un músico de pop, estilo en el que el metrónomo, la precisión y el continuum rítmico, son imprescindibles. Una canción clásica tiene una serie de normas y hasta hace unos años yo componía atendiendo a esas reglas, pero luego traté de entender la música de modo más libre. En la música contemporánea o el jazz, si la melodía lo exige, se acelera, se retarda, se incluyen espacios de silencio... Todo fluctúa mucho más y hay mayor flexibilidad, tanto rítmica como armónica, y eso es lo que me ha atraído más últimamente.

- ¿Cuál fue el detonante del cambio?

-El primer paso fue empezar a hacer arreglos orquestales para La Buena Vida en los años 90: siendo un músico de pop, debía pensar en la canción no desde el punto de vista del piano, sino del de la orquesta: qué harían aquí los violines, qué harían las trompas... Supuso adentrarme en un mundo nuevo. Después llegó mi primer disco de piano solo, 'Mandarin dotore' (2003), que me obligó a tocar de otra manera, sin una base rítmica detrás: era yo quien podía ralentizar o acelerar el ritmo. Más tarde descubrí la música de Nino Rota, pero no la del cine, sino la de piano, que armónica y rítmicamente tiene mucha libertad y que influyó en mi segundo disco de piano solo, 'Cuentos para adultos' (2011).

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«Incluso en las partes más líricas y melódicas hay espacio para la disonancia y al revés»

- En esa trayectoria, ¿qué papel juega 'Existentzia minorrak'?

-He ido más allá. Quería esa libertad, soltar amarras con las leyes de las canciones, que están muy bien para lo que están, pero me apetecía desarrollar una vía en la que las leyes tuvieran menos importancia y la música fuera la protagonista.

- ¿Y qué leyes ha quebrantado?

-Bueno, lo que quiero decir es que he preferido no estar sometido al corsé del metrónomo y que, como decía antes, la melodía fluctúe. He tocado de modo más libre y en sintonía con la música contemporánea, he pensado más bien en paisajes sonoros, texturas y atmósferas que en una relación melodía-armonía que siga unas normas.

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- ¿Le condicionó el encargo de musicar 'El navegante' (1924), la película muda de Buster Keaton?

-El disco ya estaba compuesto cuando me llegó el encargo. Para acompañar en directo aquella proyección usé temas de discos anteriores y también los nuevos, a los que luego incorporé algunos desarrollos. Terminada la actuación, siempre que tocaba esos temas la asociación con las imágenes de la película era absoluta, así que acabaron adoptando títulos relacionados con ella: 'Keaton', 'Kanibalak!', 'Jostailuzko kanoia', 'Elektrizitate estatikoa'...

- Algunas de ellas son, quizá, las que puedan resultar más áridas para el oyente menos avezado...

-Sí, ese tipo de música puede resultar árida si no tienes costumbre de escucharla, aunque todas son composiciones breves. Además, en directo el contacto es más cercano y se hacen más accesibles. A mí me sorprende mucho ir a conciertos de contemporánea y ver la reacción positiva del público. Me atrae mucho lo inesperado de propuestas de ese tipo.

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- Esos temas contrastan con otros más líricos y románticos o con alguno de los valses incluidos. El disco le ha quedado muy ecléctico...

-Lógicamente, las piezas melódicas son más fáciles de escuchar que las disonantes, y a la gente le extraña que haya tal variedad de tonos en un disco. De todos modos, yo imagino este y otros trabajos míos como un libro de cuentos: cada tema narra una historia en un espacio determinado y con unos personajes concretos, cada uno de los cuales necesita su propio desarrollo. Y al final, yo encuentro afinidad entre todos ellos y no me parecen tan diferentes: incluso en las partes más líricas y melódicas hay también lugar para la disonancia y al revés.

- ¿Impone respeto debutar en solitario en un espacio como el Victoria Eugenia?

-Tengo muchas ganas de este concierto. Voy a disponer del mejor piano que se puede tocar, un Steinway de cola que conozco bien: es el mismo que he usado desde que grabé el disco en directo con Duncan Dhu en 1994 y lo he vuelto a utilizar en este último álbum y en otros. Respecto al teatro, es una maravilla. No va a haber micros ni amplificación, lo cual quiere decir que el público va a escuchar el sonido tal y como yo lo toco, sin interferencias de cables, monitores, técnicos...

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- Lo preguntaba porque habrá 900 butacas para una propuesta que no es para todos los públicos, especialmente en estos tiempos de déficit de atención.

-Hay conciertos más amables, sí, pero vimos en el Victoria Eugenia a Sokolov y también eran él y su piano. Fue de una sobriedad máxima y salimos todos maravillados. En este caso la diferencia es que en su mayoría, el público no conoce la obra que va a escuchar, pero para mí, ir a ver un pianista de tu gusto en un lugar como el Victoria Eugenia es un acontecimiento. Espero que también lo sea para quienes asistan.

- La grabación, realizada en el Club del Victoria Eugenia, fue en una misma mañana. Apenas repitió usted tomas y tampoco ha hecho excesivos cambios posteriores...

-Es que un disco así no se puede tocar porque enseguida se nota. Al no haber metrónomo, si haces dos tomas de una misma pieza, a nada que la velocidad varíe un poco -y siempre varía-, el tempo es diferente. A una grabación así hay que ir como a un directo, concentrado para que suene lo mejor posible: no puedes cometer errores. Además, tocar muchas veces la misma pieza no quiere decir que la vayas a hacer mejor. De hecho, lo más seguro es que suene cada vez peor porque pierdes la fuerza del primer impulso y la magia.

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«Hoy todos los discos de pop suenan igual: supereditados, afinados y pasteurizados»

- ¿Defiende la idea de que en la imperfección reside la autenticidad?

-Mejor que no haya imperfecciones, pero es verdad que los discos del pop de hoy en día suenan igual: todo está supereditado, afinado, robotizado y pasteurizado. No suena a gente tocando... Los álbumes de hace 50 años sonaban mucho mejor: al cantante se le iba un poco la voz, un músico patinaba con la guitarra... Nos encanta escuchar a los Beatles pese a que sus grabaciones están llenas de errores... ¡Y qué más da! Lo importante es la canción, pero con el afán por la perfección y las posibilidades que da la informática, hoy perdemos la dirección y la magia que a veces surge en las primeras tomas.

- Fito lanzará nuevo disco este año. ¿Le acompañará usted en la gira?

-No tengo intención de hacer más directos como músico profesional. Fueron muchos años, aprendí muchísimo, una pasada, especialmente en la época de Duncan y Mikel Erentxun. De joven, mi obsesión era ser un buen músico, tocar muy bien, pero luego empezó a interesarme más componer: hoy prefiero mil veces escribir mi música que tocar la de otros. Eso sí. Si me llaman Fito u otros músicos para grabar unos teclados en un disco, iré muy a gusto.

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EL CONCIERTO

  • Cartel Joserra Senperena. Lugar: Teatro Victoria Eugenia (Donostia).

  • Día y hora Hoy (20.00).

  • Entradas 12 euros.

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