La despedida más alegre e irlandesa para Shane MacGowan
El funeral del legendario líder de la banda The Pogues llenó las calles de Dublín donde el féretro paseó por la capital entre vítores y brindes a base de whisky y cerveza Guinnes
Shane MacGowan falleció el pasado 30 de noviembre pero su legado quedará para siempre en la historia de Irlanda. El legendario líder de la banda The Pogues fue despedido el viernes en Dublín y en el condado de Tipperay con todos los honores: miles de personas salieron a las calles de de la capital irlandesa para decir adiós al poeta del punk.
El paso del féretro de MacGowan, a bordo de un carruaje de caballos y cubierto con la bandera tricolor irlandesa, se recordará durante mucho tiempo. Entre vítores y brindis de whisky y cerveza Guinnes, muchos entonaron sus canciones más emblemáticas: 'Streams of Whisky', 'A Pair of Brown Eyes' o 'If I Should Fall from Grace with God' se convirtieron en la banda sonora de su adiós.
El funeral del icono de la cultura irlandesa se celebró la iglesia de Santa María del Rosario de la localidad de Nenagh en el condado de Tipperary donde nació MacGowan nació un día de Navidad de 1957. Hasta allí por ejemplo se acercó el presidente irlandés, Michael D. Higgins.
El exlíder del Sinn Fein Gerry Adams, el actor irlandés Aiden Gillen leyeron varios textos en la iglesia católica donde también hubo una intervención grabada por Bono, de U2. Pero sin duda el que más expectación levantó fue su amigo Johnny Dep -productor del documental 'Crock of Gold. Bebiendo con Shane MacGowan' , Premio Especial del Jurado en el Festival de San Sebastián,- que ayudó a portar un féretro lleno de rosas rojas, junto a una foto en blanco y negro de un MacGowan joven. Tras el cortejo, amigos y componentes de The Pogues portaron un disco de Led Zeppelin, una copia de Finnegan's Wake, de James Joyce, un DVD de El Padrino, una estatua de la Virgen María y un Buda.
Una despedida a un personaje de su talla no podía terminar con una despedida lacrimógena. Y así fue, sus amigos y seguidores le tributaron el funeral más alegre e irlandés que podría tener el músico de la borrachera continua. Especial fue el momento en el que Nick Cave interpretó el emotivo 'A Rainy Night in Soho' con una iglesia totalmente en silencio. Pero la fiesta a la altura de MacGowan llegó cuando comenzaron los primeros acordes de uno de los villancicos más bonitos jamás escritos. Probablemente 'Fairytale of New York' sea una de sus canciones más conocidas y con un templo abarrotado los asistentes no dudaron en bailar y celebrar la vida cuando sonaron los primeros acordes a cargo de los músicos Glen Hansard y Lisa O'Neill.
