Fermin Muguruza | Músico
«Sé que esto se puede hacer una vez en la vida»«Necesitamos vender 25.000 entradas para cubrir los gastos del concierto en Anoeta», dice el irundarra, que dentro de un año celebrará en el estadio 40 años de carrera
Fermin Muguruza (Irun, 1963) afronta su concierto del próximo año en el estadio de Anoeta inmerso en un tobogán emocional, entre la presión que supone ... una producción de estas dimensiones y la constatación de que las 16.000 entradas para sus dos conciertos bilbaínos del próximo mes de diciembre volaron en minutos. Después de un lustro de parón musical en el que Muguruza ha estado inmerso en proyectos cinematográficos que le ayudaron a superar la muerte de su hermano Iñigo, ahora retoma su carrera sobre los escenarios con una gira internacional que el 14 de junio de 2025 pasará por el emblemático recinto donostiarra. Las 28.000 entradas saldrán a la venta el domingo, a las 9 de la mañana en la web muguruzafm.eus a un precio de 39 euros más gastos. «Sé que esto se puede hacer una vez en la vida», afirma tras 40 años de carrera quien fuera líder de bandas como Kortatu y Negu Gorriak, e impulsara después varios proyectos en solitario.
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– Bueno, ¿qué se siente?
– Un vértigo terrible ante lo que vaya a pasar este domingo, cuando se pongan las entradas de Anoeta a la venta. Y ahí me empezaré a tranquilizar si hay esa respuesta que mucha gente me dice que espera. Pero con mucho respeto. El otro día fui a Ramm-stein para hacerme con 'el lugar del crimen' y ver los entresijos. Sentí mucha emoción y me impresionó mucho. Y aunque mi concierto no se llene, si vienen 25.000 personas me dará mucha emoción. Y sé que esto se puede hacer una vez en la vida.
– ¿Con qué cifra de venta de entradas al final del domingo se quedaría tranquilo?
– 20.000 sería la bomba y si llegáramos a 25.000 haremos una cena en Irun la víspera de San Juan porque las cifras de producción son de espanto. Sólo tapar el césped es una burrada. Necesitamos vender 25.000 entradas para cubrir los gastos. Los primeros días son los más importantes, según dicen los más entendidos.
– ¿Por qué ahora es el momento de actuar en un estadio?
– En 2019, con la vuelta de La Polla Récords, hay una serie de promotores que me piden hacer una gira con una parte de mi vida, es decir, con uno de los grupos que he tenido. Y yo a eso me negaba totalmente. Ya por verano pensé en hacer unos cuantos conciertos para reivindicar toda mi trayectoria, desde la autogestión y el mundo independiente. Pero en septiembre llega la muerte de mi hermano Iñigo y ahí se acaba todo. Llega la hecatombe. Después viene la pandemia y empieza a haber un distanciamiento mío respecto a los escenarios.
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«Hay un momento en el que haces 'crac' y te derrumbas»
– Y tanto. En enero de 2022 me dijo: «Veo mis conciertos y no es que no me reconozca, pero no me siento ahora con esa fuerza».
– Estaba roto totalmente. Ese año actuaba La Mala Rodríguez, que tocaba con mi hijo, y la gente de Irun me pedía que subiera al escenario a colaborar. Yo me negaba. No era pánico escénico: era distancia. «Yo ya no pertenezco a ese mundo», pensaba. Sin embargo, al final subí a cantar una canción y fue fortísimo. Hasta que no estuve ahí no vi que ésta es mi casa.
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– ¿Y después?
– Se cumplen ahora 40 años de la salida de la maqueta de Kortatu. Pensé que a mis 61 años o me animaba ahora o se acababa mi vida en el escenario. En diciembre hice una reunión con los de Mauka Musikagintza y al día siguiente les contesté que no estaba preparado. Y en febrero surgió lo del concierto de Huntza en el Pabellón de Miribilla y me pareció increíble el lugar. A partir de ahí, acordé el primer concierto, pero pedí unos días antes de anunciarlo. En ese momento, llega la denuncia por apología del terrorismo contra unos profesores de instituto de Valencia por lo del mural. Y dije: «A esta gente hay que responderle con más cultura». Después salió Itziar Ituño cantando 'Sarri, Sarri' y volvió a caerme más mierda. Hay que anunciar ya lo de Miribilla, decidí. Fue muy emocionante.
«Surgió cuandoen un minuto 6.000 personas agotan las 8.000 entradas para el segundo concierto en el Pabellón de Miribilla»
«Me lo dio Argomaniz. Muy pocos saben que somos muy amigos, aunque en un montón de cosas no nos pondríamos de acuerdo, y eso también es maravilloso»
– Pero, ¿en qué momento aparece en su cabeza 'Estadio de Anoeta'?
– Cuando en un minuto 6.000 personas agotan las 8.000 entradas para el segundo concierto. En ese momento anuncio que haré algo en 2025 y la gente empieza a pedir que actúe en San Mamés. Pero los de Mauka se reúnen con gente de la Real para tantear la posibilidad de hacer algo en 2025 y a mí me parece perfecto, en ese momento en el que estoy con el soufflé alto. El Ayuntamiento y Donostia Kultura también lo ven genial, subrayando el tema de que será la primera vez que habrá un concierto de un cantante en euskera en un estadio. Estamos hablando de un músico que canta en euskera, desde la autogestión... Un hito. Me emocioné mucho con la idea, pero si le digo la verdad luego se ha bajado la espuma y de repente otra vez me pregunto qué pasa si no lo conseguimos.
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– Si sucede, ¿qué pasaría?
– Entonces habremos perdido pasta, eso es lo que pasará.
– ¿Con quién consultó antes de tomar la decisión de meterse en este concierto?
– Pues a la persona que más sabe de esto, que es Iñigo Argomaniz. Se vino a Irun, quedamos una tarde para que nos contara. Muy poca gente sabe que somos muy amigos y nos respetamos muchísimo, sabiendo que en un montón de cosas no nos pondríamos de acuerdo y esto también es maravilloso. Me dice: «Tienes que hacerlo», pero pasa un tiempo y empiezo a desanimarme. Quedamos en el concierto de Robe (Iniesta) en Irun y me insistió: «Lo tienes que hacer. Después igual viene otra gente, pero tú tienes que marcar ese camino». También influyó el tema personal de decir: «Vuelvo y a un estadio». Muchos me han animado, pero técnicamente fue Iñigo el que más lo hizo. Y por último, será un homenaje a la gente que ya no está.
– No le voy a pedir el setlist, pero ¿con qué criterio elegirá los temas del concierto?
– Una canción por disco cae seguro. De algunos, más. No será un repaso cronológico, saltaremos de una época a otra, con la banda de diez músicos. Y es muy emocionante elegir la canción más emblemática para mí de cada disco.
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– ¿Y qué ve cuando mira hacia atrás?
– Me da una sensación muy entrañable. Cómo le hablaría a aquella persona que fui de joven y le diría que con sesenta y pico tacos iba a estar ahí.
– ¿Y qué le diría a usted el Fermin de veinte años?
– No lo sé. Estoy muy orgulloso de esa dignidad de haber dicho: «Voy a hacerlo todo, voy a seguir adelante, voy a aprender euskera para cantar en ese idioma, no voy a fichar por una multinacional, sino que voy a crear un sello independiente y vamos a sacar discos de bandas que empiezan en euskera». En ese sentido, tengo mucho orgullo.
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«Entiendo esa búsqueda de la exclusividad que te dan los locales de aforo mediano, pero es algo con lo que nunca he estado de acuerdo»
– ¿Cómo convencería a alguien que prefiere verle en un recinto mediano para que acuda al concierto en el Estadio de Anoeta?
– Entiendo esa búsqueda de la exclusividad que te dan los locales de aforo mediano, pero es algo con lo que nunca he estado de acuerdo y eso que he actuado muchas veces en gaztetxes y salas en donde se han agotado las entradas. Yo vengo de ahí, ésa es mi escuela, pero ha habido una demanda popular: 16.000 personas han comprado entradas para Miribilla. No quería ir al BEC, que al final son 4.000 personas más. Es más de lo mismo. Aquí entran 40.000 personas, nadie se va a quedar fuera. Es un momento clave. Los de Mauka me dijeron: «No te vamos a organizar un concierto cuando te mueras, ¿eh? Te vamos a organizar uno ahora». Tendemos al homenaje al muerto. Haré un viaje musical a través de todo lo que he hecho y animo a la gente a que se compre una entrada este domingo para venir el año que viene a Anoeta y reventarlo.
– ¿Quiere que sea algo histórico, de lo que luego se diga «yo estuve ahí»?
– Ojalá pasen más hitos como éste con grupos en euskera, pero en este momento, sí. Además, ahora no voy a poder actuar en algunos lugares del Estado español, como Valencia o Extremadura porque gobierna el PP con Vox. Es también una forma de decir que basta ya con la censura. Hay una persecución y este concierto será una celebración.
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– ¿Es o ha sido espectador de conciertos de estadio?
– Sí, sí. Como espectador, ya no puedo estar de pie dos horas. Si me muevo, sí, pero si estoy quieto no, porque se me carga la zona lumbar y tengo hormigueo en los pies. Entonces, necesito estar sentado, como con Rammstein. Por eso era para mí imprescindible encontrar sitios en los que mis seguidores, que tienen 70 años, puedan sentarse. Pero respondiendo a su pregunta, he visto en estadios a los Rolling Stones, a Pink Floyd, dos veces a Bruce Springsteen y ahora, a Rammstein. Ese tipo de grupos no pueden tocar en sitios pequeños. Yo estoy en contra de la exclusividad. Voy a conciertos de todos los tamaños.
– Termino con una chanza: «Fermin Muguruza en el Estadio de Anoeta». ¿El capitalismo ha triunfado?
– No, todo lo contrario. ¿El Estadio de Anoeta es un símbolo del capitalismo? Ha triunfado la independencia, el euskera y la perseverancia. Eso es lo que ha triunfado porque en este concierto el protagonista soy yo, está organizado por una promotora independiente de Arrasate y sin logotipos de bancos, ni bebidas, ni hostias. Los esponsors son la gente de Elkar y nos volvemos a la vieja escuela de poner carteles en las calles.
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