«Me identifico con Emily Dickinson, la reclusión es un refugio para el artista»
Elena Setién Músico ·
El nuevo disco de la artista donostiarra 'Unfamiliar Minds' bebe de la experiencia vivida durante la pandemia, en una oda a la soledadEl confinamiento de 2020 rompió todas las estructuras que había estado construyendo en su taller musical. De entre los escombros, Elena Setién (Donostia, 1977) pudo ... rescatar una sola canción y empezó a vagar por un desierto creativo del que salió gracias a la poesía de Emily Dickinson. 'Unfamiliar Minds' (2022) es el segundo álbum que publica con el reconocido sello estadounidense Thrill Jockey y que presenta durante esta primavera y el próximo verano. Volverá a cantar en casa este 30 de marzo en la Sala Club del Victoria Eugenia.
– Llevaba ya mucho tiempo fuera de casa y parecía haberse asentado en Dinamarca.
– Me fui con dieciocho años a estudiar violín clásico a Londres y luego cambié de derroteros. Pero ahí conocí a mi pareja, ahora padre de mis hijos, que es danés. Después nos movimos a Barcelona y más tarde fuimos a Copenhague, donde hemos estado trece años, que se dice pronto.
– ¿Y qué le hizo volver a San Sebastián?
– Volví hace seis años por mi familia. En nuestra cultura estamos mucho más enraizados a la familia que en otras y, teniendo niños pequeños, volver a casa lo vimos como algo muy natural. Mi padre murió al poco tiempo, así que los chicos pudieron disfrutar un poco de su abuelo.
– Estas ciudades, ¿ilustran de alguna manera su música?
– En general mis canciones son muy audiovisuales y no sé por qué siempre que escribo me salen cosas así. Mi hijo pequeño toca la batería y se inventa bandas sonoras en su cabeza, igual es genético porque siento la música como algo muy visual y táctil. Al conocer a Xabier Erkizia, que es quien me ha ayudado a producir el disco, me di cuenta de que él también es así porque sus instalaciones sonoras despiertan otros sentidos. Por ejemplo, puede evocarte una película, alguna fotografía o incluso texturas que se tocan con los dedos.
«Mi hijo se inventa bandas sonoras, igual es genético porque yo siento la música como algo muy visual»
– Y cuando compone, ¿se sitúa en algún lugar concreto?
– El lugar emocional de este disco es la respuesta a la pandemia. Recuerdo que con el primer cerrojazo había mucha gente que decía «¡qué bien, tengo tanto tiempo que puedo escribir un montón de canciones!». Pero a mí me pasó todo lo contrario, fue una especie de sequía en el desierto. Todo estaba tan parado que no lograba reemprender.
– ¿No escribió nada?
– Hasta aquel momento yo tenía nueve canciones ya preparadas con Joseba Irazoki y estábamos gestando el nuevo disco. Pero de aquellas solo ha quedado una, 'Water', porque el resto no las sentía relevantes después de todo este palo.
– En '2020', el tema que abre el disco, canta: «He roto todos mis propósitos de año nuevo». ¿Le sirvió aquel confinamiento para construir otros nuevos?
– Ese momento sirvió para hacer tabula rasa total y ver qué pasaba a partir de entonces. Ahora siento que se está alargando mucho y que esa normalidad ya no va a volver después de esta experiencia.
«Este disco inspira el mundo submarino y el frío de las profundidades. Tiene algo claustrofóbico, no es un sitio agradable»
– Pero también hay esperanza en el verso: «Curaremos los truenos de nuestras desconocidas mentes».
– Salíamos a la calle y no reconocíamos los sitios que antes nos eran familiares, puede que no nos reconociéramos ni a nosotros mismos. En ese tema hablo de que hay que reinventarse, de que ojalá esta pandemia nos lleve a hablar un idioma universal. Pero está claro que es muy idealista, porque ahora resulta que viene una guerra en Ucrania.
– Aunque de la que todos hablan es la del PP.
– Bueno es que eso me parece tal pequeñez que me aburre. Es todo una pose mediática y no se pueden asemejar.
– Ha musicado dos poemas de Emily Dickinson para este disco. 'In This Short Life' es una cura de humildad.
– Dice que no tenemos tanto tiempo para grandilocuencias y que debemos aceptar que no todo está en nuestras manos y que hay fuerzas mayores a nosotros. Como la pandemia, que nos ha dado una lección.
– ¿Se identifica con ese retiro desde el que escribía Dickinson?
– A mí primero me habló su poesía, su historia la conocí después. Pero sí me siento identificada con la idea de que la reclusión en soledad es como un refugio. A veces los artistas no conseguimos filtrar las emociones y hay algunas que se nos quedan ahí pegadas. Recluirse ayuda a limpiar un poco tantos estímulos.
– Y por eso se alejó de la gran ciudad.
– Sí, quería salir de la vorágine esa que te obliga a alcanzar el éxito y tener que hacer carrera porque no somos nada... Creo que esas ciudades hacen demasiado ruido.
– En cambio en este álbum ofrece mucho espacio, 'reverb', tempos lentos, instrumentación minimalista... Como quietud.
– Cuando me has preguntado antes por el lugar en el que ubico este disco me viene a la mente el mundo submarino y el frío de las profundidades. Tiene también algo de inquietante y claustrofóbico. No es un sitio del todo agradable.
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