Un corto sobre De Pablo precederá mañana a la entrega del León de Oro al músico vasco
El compositor, que sigue en activo, destaca su larga vinculación con Venecia y lamenta no estar presente
Luis de Pablo (Bilbao, 1930) visita Italia con frecuencia desde hace décadas. Le sobran las razones para ello: es miembro de la Academia de Santa Cecilia en Roma, ha sido jurado en numerosos concursos y allí ha estrenado varias obras. Una de sus óperas, 'La madre invita a comer', se escuchó por primera vez en Venecia. En la capital de la antigua Serenísima República debía estar ahora mismo, porque hoy recibe el León de Oro dentro de la Bienal de Música. Allí, en la apertura del certamen, se proyectará el cortometraje 'Déjame hablar' de Samuel Alarcón, que gira en torno a su figura. Pero el acto se realizará a través de vídeo, porque la maldita pandemia impide al compositor moverse de su casa. «Quiero mucho a esa ciudad y lamento profundamente no poder ir», confiesa en conversación telefónica con este diario. Serán el cortometraje y su música los que lo representen.
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«Es muy extraño esto de no poder moverse de casa. Son cosas absurdas», explica. Pero que lo sean y que viaje mucho a Italia no significa que no le moleste la prohibición. Sobre todo por su gran vinculación con Venecia. Tanta que entiende que el premio se entiende entre otras razones porque allí consideran que De Pablo es casi uno de los suyos. De hecho, su obra ha recibido más reconocimientos en Italia, –«y en Francia», añade–, que en España. «Han sido muchos y desde hace mucho tiempo».
Ahora, desde la atalaya de sus 90 años, contempla los galardones con otra perspectiva. «Esto significa que me queda poco de vida». La frase es solo una pequeña concesión a la melancolía, porque enseguida aparece la personalidad recia del compositor. «Eso sí, lo poco que me quede voy a aprovecharlo lo mejor posible».
El cortometraje de Samuel Alarcón es una aproximación a su música y a sus vínculos con la imagen.
Como dice el mismo compositor en unas imágenes de archivo con las que comienza el filme, siempre estuvo interesado en la síntesis entre el arte de los sonidos y la imagen. A partir de ahí, 'Déjame hablar' es una sucesión de fragmentos musicales combinadas partituras, discos de vinilo, pinturas y detalles de elementos de la naturaleza que habitan la casa madrileña del compositor y su esposa, la artista Marta Cárdenas. Y ahí está Luis de Pablo escribiendo en un pentagrama con un lápiz, escuchando, descansando o mirando fijamente a la cámara sin decir nada.
«Para entender, oír»
Mientras, suenan fragmentos de cinco obras: 'Zurezko olerkia', 'Tombeau', 'La señorita Cristina', 'Frondoso misterio' y 'Pensier: rapsodia para flauta y orquesta'. Cuenta el director del corto que su idea inicial era hacer un reportaje clásico, que repasara su vida y su obra, con declaraciones del compositor. Pero después de varias largas sesiones cambió de registro. La idea se la dio De Pablo: «No hay que hacer nada para entender mi música, simplemente oírla». Y así lo hizo: el espectador escucha esa música, se introduce en ella.
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Bromea Luis de Pablo sobre el León que le entregarán y el material del que esté hecho. Y concluye con ironía, citando una frase que dice Fígaro al final del primer acto de la ópera de Mozart con libreto de Lorenzo da Ponte: «Molto honor, poco contante».
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