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Aunque hoy es el día del lanzamiento oficial, Belako presentó ayer su disco 'Plastic Drama' durante una suerte de preestreno en el Euskalduna de ... Bilbao. Hoy repetirán en el Parc del Fórum de Barcelona y el 18 de septiembre 'asaltarán' La Riviera de Madrid. Son, de momento, las tres únicas fechas confirmadas de un grupo que ha visto dinamitados sus planes desde que en marzo tuvo que volver a toda prisa de su gira de EEUU. Allí cancelaron todas sus actuaciones salvo una y más tarde también se vieron obligados a retrasar la publicación del álbum, prevista para mayo, e ir adelantando singles.
«El anterior disco nos abrió muchas puertas internacionalmente y este iba a ser nuestro año. Teníamos actuaciones gordísimas como las del escenario principal del festival de Reading & Leeds en Reino Unido. Es duro ver cómo se cae una gira de unos 40 conciertos, pero ya lo hemos asumido y ahora sólo queda esperar a que el año que viene se recupere la vieja normalidad», desea el tolosarra Lander Zalakain, que forma el grupo Belako junto a Cris Lizarraga y los hermanos Josu y Lore Billelabeitia. El batería reconoce que igual peca de optimista pero prefiere fijar su mirada en 2021, el año en que, vacuna mediante, las aguas de la música en directo podrían volver a su cauce. Y aunque ahora no puedan presentar el disco con una gira en condiciones, disfrutan de la «buena recepción» que han tenido sus nuevos temas en los últimos meses, con loas de medios internacionales como 'NME', 'The Line of Best Fit' o 'El Universal'.
De algún modo, los de Mungia ponen en práctica lo que predican en un disco que arremete contra los 'dramas de plástico', esas quejas que en el primer mundo expresamos «desde la comodidad de una cama de sábanas blancas», como reza la canción 'Plastic Drama'. «Lo hemos planteado también como autocrítica porque nos comemos el tarro con dramas que son tonterías que deberíamos relativizar. Lo hemos visto nosotros mismos en la pandemia: nos quejamos desde el sofá de casa porque se nos caen los conciertos, la industria sufre, hay crisis laboral… Pero estamos sanos, nuestros allegados también y somos blancos, europeos y occidentales cuyos problemas no son nada en comparación con las atrocidades que la gente sufre en otras partes del mundo», opina el músico.
Cuarto álbum
«No tenemos un plan B»
Y de los dramas de plástico saltan «al drama del plástico», porque la preocupación por el medio ambiente también cabe en uno de sus trabajos más críticos y reivindicativos. Por ejemplo, en 'Profile Anxiety' censuran, también en clave autocrítica, el lado perverso de las redes sociales y «esa necesidad constante de aparentar que todo está bien». Y si en 'Render Me Numb, Trivial Violence' (2018) tenían una canción ('Over The Edge') contra la violencia machista, ahora publican dos ('Truth' y 'Truce') en las que abominan del amor romántico. Zalakain admite, «por supuesto», que hay romances sanos, pero en su disco rechazan las relaciones «tóxicas y dependientes» que nos han vendido desde pequeños a través de Disney y productos similares. «No es verdad que en el amor haya que sufrir si las cosas se llevan de forma madura», sostiene el batería, que reconoce la importancia que el feminismo, presente en temas como 'AKLR', ha ganado en Belako: «Empezamos con 17 y 18 años, ahora tenemos casi 30 y se tiene que ver esa evolución. Por todo lo que han vivido Cris y Lore en este tiempo, el feminismo siempre tendrá un espacio en Belako».
En lo relativo al sonido, han vuelto a grabar en el estudio Atala de Bera a las órdenes de Iñigo Irazoki, que ha dado «grano y suciedad» a un disco que incluye un «vals rockizado», algún tema de onda funk, piezas más pop o una melodía cantada por primera vez en francés… «Nuestra obsesión siempre ha sido no repetirnos y eso se complica a media que vas sacando discos. De hecho, al principio nos costó dar con las nuevas canciones, pero de pronto comenzaron a fluir. Al final hemos ido al grano, pasando de hacer temas largos en un disco en el que no hay paja: está lo que tiene que estar y es más directo, tanto en la música como en las letras», asevera.
De vuelta al tema de la pandemia, Lander Zalakain lamenta las restricciones que sufre el sector musical porque mientras el ocio nocturno, las terrazas y el turismo han permanecido abiertos, la cultura y las artes en vivo son más seguras pero «más fáciles de capar porque no dan tanto dinero». Así que mientras la situación no cambie, apuestan por «adaptarse al cambio o morir».
Por ejemplo, al inicio del verano hicieron una gira por autocines que el cineasta Koldo Serra registró para un futuro documental. «No tenemos un plan B. Estamos ilusionados con el nacimiento de nuestro cuarto hijo discográfico y nos vamos a tomar este parón como un drama de plástico, como una 'mentira' que dará paso a algo mejor. Igual tenemos que dejar temporalmente la música y volver a nuestros trabajos de antes como cuando empezamos en el grupo, pero desde luego, Belako no se ha acabado. Desconozco qué nos depara el futuro pero lo que venga, será en forma de reto».
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