Artista ante todo
Crítica de música ·
Sigue siendo sobrecogedor asistir a un Kursaal ocupado por menos de 400 personas cuando tiene un aforo de 1.800, y más si como en ... el caso de ayer se trata de un concierto de los que no hace demasiado tiempo habría habido, probablemente, entradas agotadas. Pero no fue sólo la ocupación lo que nos recordó ayer que vivimos en una situación que se aleja de la normalidad: ya no hay toses, el silencio en las pausas se puede cortar con cuchillo y se mastica un ambiente incómodo e inquietante. En este contexto, Arteta, que sabe mucho de espectáculo y de conectar con el público, optó por un concierto muy breve, de corte íntimo, recogido, en el que combinó canciones con dos arias de ópera, todas ellas con un cierto carácter dramático. Haciendo gala de lo gran actriz que es, actuó de principo a fin, no solo dando a cada obra la carga teatral que requería, sino también dotando a todo el concierto de un tono entre nostálgico y trágico, como corresponde a estos tiempos de pandemia. Este acertado diseño le permitió justificar la elección de un repertorio que si bien hizo alusiones a momentos de éxito de su carrera, resultaba menos exigente en el plano vocal que en el actoral. Un espectáculo, por tanto, diseñado con inteligencia y conocimiento del momento artístico que vive.
Ainhoa Arteta
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Intérpretes: Ainhoa Arteta, soprano y Javier Carmena, piano.
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Programa: Obras de Guridi, de la Torre, Guastavino, García Abril, Donostia, Cilea y Puccini.
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Lugar: Auditorio Kursaal.
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Fecha: 22-4-21.
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Asistencia: Unas 350 personas (sesión de las 17 horas).
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Propinas: 'No corté más que una rosa' de la zarzuela 'La del manojo de rosas' de Sorozábal y 'Aurtxo polita'.
De esta forma, las piezas más complicadas técnicamente hablando fueron las menos lucidas. No se le vio cómoda en el inicial 'Goizeko eguzki argiak' de 'Mirentxu' de Guridi. Con la voz aún sin templar, anduvo justa en los agudos. Completó la presencia del compositor alavés con dos de sus melodías vascas, en las que se mostró más solvente en el plano vocal y muy expresiva. Tras un 'Pámpano verde' en el que regaló un hermoso timbre y la sentida 'La rosa y el sauce', ofreció lo que, sin duda, fue, lo mejor de su recital: las 'Canciones de Antonio Gala' de García Abril, muy seguras en aspectos técnicos y acertadas en su interpretación.
Preciosas. El pianista Javier Carmena, seguro consorte, le dejó descansar con un expresivo 'Oñazez' al piano, tras el que Arteta abordó dos arias de óperas: 'Io son l'umile ancella' de 'Adriana Lecouvreur' y 'Vissi d'arte' de 'Tosca' con más pasión y experiencia que instrumento, coronando un recital de una gran artista.
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