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El Museo Romano Oiasso homenajea a los 'gigantes' de la arqueología vasca
Una exposición con un centenar de piezas refleja el trabajo de investigadores en los últimos tres siglos
Irun
Sábado, 7 de mayo 2022, 07:38
«Somos enanos encaramados en espaldas de gigantes. Si vemos más lejos no es porque nuestra vista sea más aguda sino porque nos aúpan sobre ... sus inmensas espaldas». Esta reflexión, atribuida al monje y filósofo bretón del siglo XII Bernardo de Chartres, es la que ha inspirado el título de la exposición inaugurada ayer en el Museo Romano Oiasso, 'Sobre espaldas de gigantes. Historia de la arqueología vasca', un homenaje a los investigadores que precedieron a las generaciones actuales y cuyos trabajos han sido fundamentales para el estado actual de los conocimientos históricos y arqueológicos.
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Iñaki García Camino, comisario de la muestra, considera que «es una imagen muy bonita porque relfeja cómo se va construyendo nuestro conocimiento. Nosotros ahora podemos hacer interpretaciones históricas de base arqueológica mucho más exactas porque tenemos otros medios y otras técnicas. Nosotros somos porque ellos fueron gigantes».
LA EXPOSICIÓN
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Título. 'Sobre espaldas de gigantes. Historia de la arqueología vasca'.
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Contenido. Un centenar de piezas recuperadas en los últimos 300 años.
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Lugar. Museo Romano Oiasso.
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Fechas. Hasta el 25 de septiembre.
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Precio. 6,25 euros la tarifa normal.
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Visitas guiadas. Los sábados.
Los nombres de esos gigantes son, entre otros, José Miguel de Barandiaran, Telesforo Aranzadi y Enrique Eguren. También, de generaciones más cercanas, están María Ángeles Mezquíriz, una arqueóloga que en los años 50 impulsó las investigaciones y excavaciones en Navarra. Después siguieron otros nombres como Jesús Altuna, Juan Mari Apellániz, Armando Llanos, Ignacio Barandiaran... «Todos ellos han ayudado a forjar nuestro conocimiento», indicó ayer García Camino, también director del Arkeologi Museoa de Bizkaia, en la presentación de la exposición.
'Sobre espaldas de gigantes' es un recorrido, que no sigue un orden cronológico según la data de las piezas, sino cuando se hallaron, sobre la historia de la arqueología vasca cuyos orígenes se sitúan alrededor de la fundación de la Real Sociedad Bascongada de Amigos del País en 1765. «Sus inquietudes eran de tipo económico para mejorar el país y se miraba atrás para buscar documentos que lo permitieran, como por ejemplo el desarrollo de las ferrerías», explica el comisario que incide en varias ocasiones en que «en cada época se ha intentado dar respuesta a las inquietudes que tenía la sociedad en ese momento».
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Burgueses ilustrados
Hace trescientos años la arqueología estaba ligada al anticuarismo, con burgueses ilustrados que comenzaban a despuntar y se preocupaban de recuperar materiales, sin preocuparse por el contexto, «salvo algunos clérigos y eruditos que los incorporaban a sus discursos históricos, fundamentalmente de base bíblica porque interpretaban que los habitantes originales del País Vasco eran los descendientes de Tubal, que era el nieto de Noé».
El relato de la muestra sigue la fecha de los hallazgos para contextualizar lo que busca cada sociedad
En 1916 se abrió una segunda fase en la historiografía de la arqueología, marcada por el descubrimiento de la cueva de Santimamiñe en Bizkaia con sus pinturas. La localizó unos niños, entre ellos el músico Jesús Guridi, y dieron parte a Barandiaran. Dos años después comenzaron las excavaciones con un método científico que «en aquel momento era vanguardia hasta en Europa. No se recogían los materiales para coleccionar, pretendían sacar información histórica y los relacionaban con otros para construir un relato. Sus inquietudes eran antropológicas, descubrir el origen de los vascos y su evolución». Ese equipo trabajó hasta el año 36, cuando estalló la Guerra Civil. Concretamente Barandiaran en la cueva de Urtiaga, en Deba, cuando se tuvo que exiliar a Francia.
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La tercera etapa de la arqueología fue yerma, condicionada por el franquismo que tenía un control absoluto. Se mantuvo en algunos reductos, con excavaciones de baja intensidad, como dólmenes, y recogiendo materiales que podían desaparecer. Navarra, que no fue considerada provincia traidora, mantuvo los fueros y la diputación foral recibió la transferencia de las excavaciones. Así surgieron yacimientos importantes como el de la Edad de Hierro en Cortes.
Barandiaran implantó un método científico. No se recogía materiales para coleccionar, pretendía sacar información histórica
En 1956 Barandiaran vuelve del exilio y comienza otra etapa de bonanza en la arqueología porque llegó con ideas renovadas gracias a sus contactos con profesionales europeos. Creó un nuevo equipo con Apellaniz, Altuna y otros. García Camino relata que «desarrollaron una hipótesis siguiendo a Julio Caro Baroja que recogía que el País Vasco estaba dividido por la divisoria de aguas en dos partes complementarias. Al norte había una sociedad arcaica, ganadera, y al sur una sociedad dinámica, innovadora y abierta a corrientes culturales. Esta teoría tuvo mucho peso en los estudios arqueológicos y excavaban siguiendo esas premisas: al norte cuevas y al sur castros y ciudades romanas. El tiempo ha demostrado que la hipótesis no se sostiene».
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La última fase, a partir de 1980, no se centra solo en la prehistoria, se investiga hasta la época contemporánea, muy reciente y «la arqueología ya no se refiere solo al subsuelo, sino también a la arquitectura e incluso al paisaje».
En la actualidad la arqueología ya no se refiere solo al subsuelo, sino también a la arquitectura y al paisaje
En esa evolución del conocimiento y de las cuestiones sobre las que la sociedad quiere reflexionar, las investigaciones actuales, posibles gracias a técnicas como las pruebas de carbono o de ADN, están orientadas a incidir en la producción de bienes, la distribución de materiales, pensamiento sobre la muerte, medio ambiente, la alimentación...
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Una muestra para atraer a nuevos públicos
La exposición Sobre espaldas de gigantes. Historia de la arqueología vasca' es el fruto de la colaboración entre instituciones museísticas vascas. Arkeologi Museo de Bizkaia coordina la muestra en cuya gestación han participado el Museo Arqueológico de Álava-Bibat, Gordailua, la Dirección General de Cultura-Instituto Príncipe de Viana del Gobierno de Navarra y la UPV/EHU.
Eunate Encinas, directora del área de Cultura del Ayuntamiento de Irun, destaca el valor del trabajo en red porque «ha permitido traer una exposición de gran valor e interés dentro de la investigación del patrimonio. Se trata de una línea de trabajo que en Oiasso venimos reforzando todos estos años».
Sonia San José, técnica de Gordailua, también resalta la colaboración. «Nuestra labor es guardar, restaurar y conservar las piezas del patrimonio, pero también debemos apostar por divulgarlas, mostrarlas a la sociedad y es ahí donde entra el museo».
La muestra es la gran apuesta de este año del Museo Romano Oiasso. Su director, Juanjo Jiménez, considera que «va a gustar a nuestro público y va a atraer a nuevos visitantes, nos va a ayudar a mejorar nuestros resultados de afluencia. Estamos en una dinámica desde comienzos de año muy positiva».
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