Muere Oriol Bohigas, autor de la 'nueva' Barcelona y amigo y Tambor de Oro de Donostia
Su participación junto a Luis Peña Ganchegui fue decisiva para la creación de la Escuela de Arquitectura de la UPV
Las crónicas le despiden como el arquitecto que hizo posible la 'nueva' Barcelona y la revitalización de la ciudad desplegada con los Juegos Olímpicos de ... 1992, pero Oriol Bohigas, fallecido el martes, era también un decidido amigo de Donostia, lo que le valió ser reconocido con el Tambor de Oro en 1983, en tiempo del alcalde Alkain.
«La participación de Oriol, con su amigo Luis Peña Ganchegui y otros profesionales, fue decisiva para el nacimiento de la Escuela de Arquitectura de la Universidad del País Vasco en los años 70», recuerda Iñaki Galarraga, también arquitecto y también amigo del fallecido. «Su complicidad con la ciudad siguió y también fue importante su apoyo para algunos de los grandes y merecidos premios que recibió al principio el Kursaal de Rafael Moneo».
En 2003 la UPV tributó un homenaje a los fundadores de la Escuela al cumplirse los 25 años del centro, y el catalán recordó entonces que el centro universitario «nació en un momento importante para la cultura arquitectónica de Euskadi, en plena Transición política. Fue un momento tambien de transición para la arquitectura, en general. y también de mi ciudad, Barcelona, en particular». Bohigas manifestó entonces su alegría por el reencuentro con Peña Ganchegui «después de que durante años hayamos estamos en contacto casi a diario, no sólo en asuntos escolares, sino también en muchos viajes».
El arquitecto y urbanista falleció a los 95 años. Considerado como uno de los ideólogos de la 'Barcelona Olímpica, entre sus obras destacan algunas de las zonas icónicas de la ciudad catalana construidas en la última mitad del siglo XX, como la Vila y el Port Olímpic y el edificio del Disseny Hub. Destacó por su labor en el Ayuntamiento, donde en 1980 fue nombrado delegado del área de Urbanismo y, en 1984, concejal de Urbanismo. La cultura y arquitectura catalanas le despiden como el «gran transformador de Barcelona».
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