Moraza se retrata con dos años de trabajo
El artista esboza en el Artium su trayecto artístico a través de las obras en depósito en el museo, de 1987 y 1988
«Un artista, a lo sumo, tiene tres ideas en la vida, en el mejor de los casos. Y transita en torno a ellas», reflexiona Juan Luis Moraza. Tal vez por eso los críticos o comisarios suelen hablar de las obsesiones de los autores. El pensamiento expresado por el creador alavés se puede aplicar a la nueva muestra del Artium que, bajo el título 'Gordailua 1987-1988 Depósito', presenta un buen número de piezas inéditas que el Centro-Museo Vasco de Arte Contemporáneo ha tenido bajo custodia desde finales de los años 90.
Como señalaba el comisario, Enrique Martínez Goikoetxea, aunque dos años es un tiempo corto, «la intensidad del trabajo en la sala, a la que suman textos y dibujos», constituye «un magma que muestra el trabajo» y las interrelaciones entre los diversos elementos presentes en la sala A3 del museo. En total, 80 objetos, obras de arte, elementos permiten contextualizar un momento que aparece enmarcado por dos piezas, en el inicio del recorrido.
Se trata de la pintura 'Cuadrado abierto', que servía ya en 1978 a Moraza para reflexionar sobre los límites del arte, que marcaron claramente los inicios de la siguiente etapa del autor vitoriano junto a María Luisa Fernández, como CVA. Y que se reflejaron en el uso de trozos de marcos y pedestales en diversas piezas.
«El arte no es reflejo del mundo. En todo caso, una refracción. Pero es activa, propone alternativas», reflexiona quien ha sumado a las piezas guardadas por el Artium algunas procedentes del MACBA o de Patio Herreriano, además de obras aportadas por una galería madrileña o a través de los almacenes del propio Moraza, que ve en este conjunto «un semillero de lo que de manera inconsciente he ido desarrollando después».