«Confío en que Touré no cambie demasiado al pasar a la pantalla»

«Llevábamos un tiempo con amagos, para ver si el proyecto podía salir adelante en euskera, pero al final la oportunidad ha llegado de la mano productora muy potente, y estoy encantado de haber pasado de las palabras a los hechos», afirma Jon Arretxe, adelantando que «en 18 meses ya habrá un primer episodio» de una serie que inicialmente tendrá seis.

Todavía no se ha hecho público el nombre de la productora que lidera el proyecto -que tiene en su haber grandes éxitos en el campo de la ficción televisiva-, pero el calificativo empleado por Arretxe le cuadra perfectamente. Por el camino se ha quedado la posibilidad de que Touré -cuyas novelas edita simultáneamente Erein en euskera y en castellano- cobre vida audiovisual en la lengua en la que fue creado hace más de una década.

Cuando dio vida a Touré, el polifacético Arretxe -doctor en Filología, Vasca, licenciado en Educación Física, viajero, cantante de ópera, escritor...-, creó un personaje que también tiene numerosas facetas y está en constante evolución.

«Al principio era un africano ilegal sin papeles que vivía en un piso patera del gueto de San Francisco, en Bilbao. Empieza haciendo de adivino, de gigoló, de extra de ópera, de cabezudo, de lo que tercie, pero las circunstancias le llevan a convertirse en una especie de pseudo investigador privado», relata Arretxe.

Touré, al principio, «es un buen tío, un poco inocentón, pero la vida le va maltratando, y en las últimas novelas es un tipo sin escrúpulos. Se convierte en chivato de la policía, llega a unos límites que nunca había imaginado». Y por mucho que intente huir de las circunstancias que le han llevado a una situación que no es precisamente la que soñó cuando subió a la patera, parece que el infortunio le persigue.

En la última novela se quedó en París, aunque la serie se centrará en las primeras, que se desarrollan en la 'pequeña África' bilbaína. «Ya se ha empezado a correr la voz, y anda la gente preguntando si se pueden apuntar para hacer de extras», apunta el escritor. Le gustaría que la serie recalara, «aunque sea una parte», en un barrio que reconoce a Touré como uno de los suyos, pero eso no está en su mano.

Tampoco depende de él determinar el aspecto y el carácter que tendrá el Touré de carne y hueso. «Confío en que no cambie demasiado al pasar a la pantalla», afirma, aunque tiene perfectamente asumido que donde seguirá evolucionando 'su' Touré es en las novelas que le seguirá dedicando.

Intuye también que la plasmación audiovisual de la azarosa vida de Touré será un poco menos negra que la literaria. «Ya me han dicho que algunos episodios son demasiado duros y que los suavizarán un poco», admite, reconociendo que, aunque siempre procura dejar espacio para el humor, «son novelas negras muy negras» que, previsiblemente, darán el salto a la pantalla en una versión un poco más 'estilizada'. Y con unos personajes -el peculiar entorno de Touré también será importante- que espera que no se alejen en exceso de los que le acompañan desde hace tantos años.