Ciclismo, material literario

«En España ha habido un auge de la narración del ciclismo», explica el periodista y escritor Ander Izagirre, autor de Plomo en los bolsillos (Libros del K.O.), la epopeya de los pioneros del Tour de Francia. «Es un deporte lleno de historias. Antes era épico, un mundo de pícaros y aventureros que se buscaban la vida, con momentos rocambolescos, divertidos, trágicos. Ahora tenemos también grandes atletas, las últimas tecnologías, el dopaje... Hay gente noble y gente traidora, hay tantos comportamientos humanos que es un reflejo de la vida», sostiene Izagirre.

Grandes autores como Miguel Delibes, Bryce Echenique, Álvaro Pombo o Manuel Alcántara, que croniqueó la Vuelta y el Giro, han escrito sobre ciclismo, pero posiblemente, el primer gran libro en español fue El Alpe dHuez (1994, editorial Planeta), de Javier García Sánchez, la locura de un corredor desahuciado en el puerto más conocido del mundo. «El ciclismo tiene mucho de mundo antiguo, de ética y estética que debemos conservar», cuenta García Sánchez. «El propio pedaleo es una novela, una manera de ver nuestro mundo interior, un modo de sentir cómo se distorsiona la realidad con el esfuerzo, un dolor en el alma», continúa el escritor, que también publicó una biografía de Miguel Indurain, Una pasión templada.

La edición de ciclismo ha dado un paso de gigante en los últimos años. Libros de Ruta, La Biciteca y Cultura Ciclista son tres editoriales que han nacido en los últimos años para cubrir la demanda de los lectores. El responsable de Libros de Ruta, Eneko Gárate, cuenta que la idea de publicar fue «un calentón». «Vi que aquí había pocos libros de ciclismo en castellano y decidí hacer lo que me hubiera gustado que hicieran otros», recuerda.

Gárate asevera que la relación entre el ciclismo y la literatura es una historia de amor que se remonta a los orígenes de las grandes vueltas. «Fueron los diarios los que fundaron el Tour, la Vuelta o el Giro. Los periodistas, en aquella época, no podían seguir las etapas y se tenían que imaginar lo que había ocurrido. El ciclismo lo inventaron los periodistas», subraya el editor. «Ahora, con la televisión, parece que lo vemos todo, pero el aficionado de verdad sabe que hay muchas historias por detrás: es un mundo cerrado, con supersticiones, con códigos privados, con el dopaje... Un día, Froome empieza a correr; otro, Dumoulin se baja de la bici para hacer sus necesidades. En el ciclismo puede pasar cualquier cosa».

Igual que el boxeo es el deporte que mejor se lleva con el cine, el ciclismo encaja perfectamente en el formato libro. «El escenario es amplio, un país entero; las carreras duran semanas; hay batallas en los puertos, hay caídas; los corredores sufren, y ese sufrimiento se les ve en las caras», señala Manu Iron, responsable de La Biciteca, que augura una edad de oro de la literatura ciclista que acerque al mercado español al nivel del anglosajón, «donde este género vende miles de ejemplares».