Kukai dialoga con Chillida y Oteiza en la exposición de San Telmo

Ahora, la exposición 'Jorge Oteiza y Eduardo Chillida. Diálogos años 50 y 60', que se puede visitar en el Museo San Telmo hasta el 9 de octubre, sirve de pretexto para que los de Errenteria vuelvan a inspirarse en los dos escultores para una de sus últimas creaciones: 'Chillida eta Oteiza dantzan. Kukai'.

La coreografía ofrecerá al espectador la posibilidad de contemplar la exposición de una forma diferente, mucho más sensitiva y con una mirada. Está programada cuatro días: el próximo 14, el 10 de junio y el 8 y el 29 de julio. En cada jornada habrá dos pases y para el primera ya se han agotado las entradas.

Solo 20 personas en cada sesión seguirán a los bailarines en este recorrido especial entre las obras de los dos escultores. «Va a ser un espectáculo muy cercano, muy sentido. La gente puede ver la exposición, pero en este caso acompañada del movimiento y de la música», avanza el coreógrafo Jon Maya.

Kukai y San Telmo mantienen una relación constante desde hace años. En el museo se estrenó en 2017 del espectáculo 'Gernika, Guernica', en referencia al 75 aniversario del bombardeo y al cuadro de Picasso, antes de su presentación en el Reina Sofía, y la compañía realizó una de las primeras salidas tras la pandemia en julio de 2020 con la representación en la iglesia de 'Erritu'. «Los museos son espacios muy apropiados para la exhibición de otras disciplinas artísticas además de las plásticas», comenta Maya.

Tanto Chillida como Oteiza son dos artistas en los que Kukai apoya gran parte de su discurso. E incluso toman una frase del escultor donostiarra a la hora de explicar su manera de crear: «'Hay que trabajar con las raíces bien profundas para que las hojas estén lo más extendidas posibles'. Además, cuando trabajamos internacionalmente son dos referencias estéticas y discursivas sobre cómo hacer una creación contemporánea a partir de nuestra cultura de tradición».

El planteamiento de la pieza busca que sea lo menos intrusiva posible porque «la exposición es la protagonista y nosotros somos alguien externo, que venimos, hacemos una referencia, la visitamos y nos vamos. De ahí que la coreografía sea muy minimalista y el espectáculo es muy desnudo», explica su creador. Solo son tres bailarines de la compañía –Urko Mitxelena, Ibon Huarte y Alain Maya– los que recorrerán las distintas salas de la muestra, acompañados por la violinista hernaniarra Maite Larburu, encargada de la música y de la voz. Además, han renunciado a intervenciones técnicas respecto a la luz y el sonido para ser lo más respetuosos posibles.

En el trabajo conjunto entre el grupo de Errenteria y el museo donostiarra comenzó con la contextualización y optaron por centrarse en los años 50 y 60, periodo de la mayoría de las obras que se incluyen en la muestra. «Son referencias en común para los dos artistas que luego desarrollaron de forma diferente», apunta Maya que también señala que cobra especial importancia el vestuario que remite inmediatamente a esas décadas. Los diseños son de Goretti Elejalde, una estudiante de la escuela AEG.

Jon Maya y los tres bailarines que realizarán el recorrido visitaron este martes la exposición para 'impregnarse' un poco más del espíritu de los dos creadores y, desde un lado más práctico, estudiar detalles como la dureza del suelo o el espacio entre las piezas.

La entrada, con todas las piezas dedicadas al santuario de Arantzazu, lo ven como un espacio para una bienvenida desde la espiritualidad y con un carácter ritual. Después se pasará al tema de la experimentación, con las piezas elaboradas a partir del hierro. Tampoco faltará la referencia a Bach, y, por supuesto, al diálogo entre ellos e incluido el abrazo de Zabalaga, aunque fue en el año 2003.

Además de 'Chillida eta Oteiza dantzan. Kukai', la compañía de Errenteria prepara un ambicioso espectáculo que estrenará en Donostia a finales del próximo agosto.