La artista iraní Kimia Kamvari saluda desde San Telmo la revuelta feminista
La artista iraní Kimia Kamvari reúne fotografías, dibujos y un homenaje a las mujeres de su país, en la exposción 'Alef'
Para empezar por el final: la artista iraní Kimia Kamvari aprovecha su exposición en San Telmo para saludar la revuelta feminista en su país de ... Origen. Kamvari, de nacionalidad iraní, aunque nacida en Colonia en 1986 y residente en el barrio beasaindarra de Astigarreta, aprovechó un pequeño lápiz de carboncillo que encontró en los fondos del museo donostiarra para rematar su exposición 'Alef' con un pequeño dibujo del sauce de la universidad Sharif de Teherán en torno al cual se manifiestan los estudiantes en contra del régimen islámico, desde que Mahsa Amini muriera el pasado mes de septiembre, cuando estaba detenida por la Policía del régimen. «Una de las pocas revoluciones feministas a las que desde un primer momento se han unido los hombres
En contexto, este pequeño dibujo forma parte de la exposición que la artista presenta en la sala Laboratorio de San Telmo, dentro del programa de colaboración del museo y Kutxa Kultor, Artea abian, y recogiendo el testigo de Nagore Amenabarro y Oier Iruretagoiena. En la muestra 'Alef', Kamvari indaga las dualidades entre tierra y agua, aridez y humedad, luz y oscuridad vida y muerte, y lo hace en una exposición con una estructura doble: por un lado, bajo el título de 'Negavite Landscape', 73 fotografías en blanco y negro de paisajes iraníes desertizados por la industria, las centrales térmicas y la minería. Son imágenes de hundimientos en un terreno que cede por falta de agua, tomadas con una cámara estenopéica.
Por otra parte, casi una veintena de dibujos de sauces llorones, «poco representados en el arte, pero muy frecuentes en la literatura, en donde se les asocia con el duelo y el luto», explicó la artista. Una montaña de 80 kilos de carboncillo, que vendría a representar los restos de un sauce calcinado, acompaña esta parte de la muestra.
Y en la pared, el citado dibujo reivindicativo, surgido mientras Kamvari preparaba la exposición, y que fija un dibujo a lápiz en un fotograma sobre una base de polvo de hueso. A modo de curiosidad, la artista explicó que «aunque cuando lo dibujé era negro, al fijarlo la reacción hizo que cogiera un color morado», el de la lucha feminista, si así se quiere ver esta casualidad.
La muestra, que estará abierta al público hasta el 5 de febrero, habla de «un colapso silencioso y esta catástrofe es bella», indicó Kamvari. En cuanto al título de la exposición, 'Alef', trae ecos, señaló la artista, tanto de la primera letra del alfabeto persa como del cuento de Jorge Luis Borges en el que un punto del infinito concentra todo el universo.
El programa Artea Abia, que llega con esta exposición a su tercera edición, tiene como objetivo respaldar y apoyar la primera exposición individual de artistas emergentes en algún espacio expositivo institucional o museístico.
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