Perico y su cuadrilla en el camerino
El backstage ·
La soledad del saxo antes del concierto, las manos que llevan el 'streaming' a casa, la voz de Argi y muchas mascarillas: las emociones de un arranqueImpresiona ver a los grandes artistas en escena e impresiona también verles minutos antes, en la soledad y los nervios del camerino. El primer concierto ... oficial del Jazzaldia llegaba a mediodía de ayer al Victoria Eugenia con el valenciano Perico Sambeat y su quinteto, en homenaje a Charlie Parker. Mientras el público se iba sentando ya en las butacas Sambeat aún paseaba por los jardines de Reina Regente en un momento de concentración. Luego le hicimos una foto en el camerino, con sus cuatro compañeros, solo un minuto antes de salir a escena. Se gastaban bromas («posar serios, como los músicos del pop», les decía Perico) pero se respiraba la intensidad de quien va a enfentarse al público. Y nada menos que con los sones del abuelo Parker.
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El (no) efecto mascarilla
Era una mañana de pruebas. El público entraba al teatro ordenadamente con sus mascarillas, el personal de limpieza repasaba permanente cada barandilla y se guardaban las distancias entre butacas. «Creo que no podré acostumbrarme a esto», decía un veterano aficionado al llegar. Al salir, su opinión había cambiado: «Es increíble, en cuanto han empezado a tocar me he olvidado de la mascarilla», confesaba. Fue una reacción común, a juzgar por la ovación de los espectadores. El espíritu de Parker puede con el virus.
Cámaras y voces
Otra de las novedades de esta edición es la retransmisión en 'streaming' de los conciertos de la mañana en el Victoria Eugenia y de los nocturnos de la Plaza de la Trinidad, para que los aficionados puedan disfrutarlos a distancia. Los técnicos de Láser, empresa encargada de la tarea, se acomodaban ayer al nuevo marco: por la mañana, a un lado del propio escenario del Victoria Eugenia, el realizador dirigía las operaciones. En el otro costado de la escena Argi Dorronsoro, locutora oficial del festival durante más de 30 años, saludaba a los asistentes, como hace cada noche en la Trini. Esa voz en off recuerda que, pese a los cambios, es el festi de siempre.
Una mesa en la terraza
Hay que acostumbrarse a los cambios. El bullicio de las terrazas y la playa de la Zurriola es sustituido este año por las mesas ordenadas donde disfrutar de la música junto al Kursaal. Cuando el aforo se llena el público debe esperar en fila a que se liberen las sillas. El resultado merece la pena: una vez dentro se está tranquilo y se escucha a los artistas mejor que nunca. Aunque en un festival como éste seguimos añorando las mezclas de gentes más allá, o más acá, de las distancias de seguridad.
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Itsazzaldia, jazz en barco
La Plaza de la Trinidad vivió ayer su primera prueba de fuego y hoy registra una combinación de artistas vascos de los dos lados de la muga: Oreka TX abren la velada y Michel Portal, el amigo de Iparralde, trae su nuevo quinteto. La música se expande hasta los rincones más insospechados: el Catamarán Ciudad San Sebastián lanza el Itaszzaldia, que contará con la actuación en directo del grupo Szamana durante los tres últimos viajes (18:00, 19:00 y 20:00 h.), desde hoy hasta el domingo. El nuevo 'capitán' de esta empresa marinera, Gabi Sola, recuerda que será «una experiencia agradable con todas las medidas de seguridad».
En este año raro el patrocinio de Heineken no es tan explícito como en otras ediciones, pero la marca verde sigue presente en Donostia. Algunos de sus directivos comieron ayer con el alcalde, Eneko Goia, y los responsables del festival en el restaurante Narru. Ahí se recordó que la vinculación de Heineken con el Jazzaldia continuará adelante en el futuro, aunque la marca lleva este año en todos los lados un marketing más discreto por la pandemia y sus efectos.
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