Injertos del Moncayo
Crítica de danza: 'Giselle' ·
Seis minutos de aplausos pusieron el broche de oro a la primera visita de la Compañía Nacional de Danza con Joaquín de Luz como director ... artístico. Después de siete años de ausencia en el Kursaal, la elección de un título clave del repertorio satisfizo a un público ávido de clásico. Siendo 'Giselle' (1841) la obra cumbre del Romanticismo del ballet, la dificultad de crear una nueva versión estriba en cómo actualizar un ballet decimonónico sin traicionar el espíritu de la coreografía original de Jules Perrot y Jean Coralli.
Aunque el intento de españolizar el clásico es loable, situar la primera parte en el Moncayo se asemeja a un extraño injerto. Más respetuoso con el canon es el segundo acto, el ballet blanco, donde se demostró la solidez que va adquiriendo la CND después de recuperar el clásico hace menos de una década. Gratificante reencuentro con los donostiarras Ion Agirretxe e Iker Rodríguez; la pareja protagonista –Giada Rossi y Alessandro Riga- lució más entre las fantasmagóricas Willis. Buen final de temporada para Kursaal Eszena.
'Giselle'
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Intérprete: Compañía Nacional de Danza
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Coreografía y dirección: Joaquín de Luz
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Música Adolphe Adam
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Lugar: Auditorio Kursaal
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Aforo: completo
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