Miguel Martín: «Es imposible saber ahora qué va a pasar con el Jazzaldia de este año»
Miguel Martín, programador de música y director del Jazzaldia ·
Miguel Martín considera que «nada sustituirá ala comunicación que se produce en un escenario entre los músicos y con el público»Tuvo que empezar a cancelar conciertos en cascada en los días previos al confinamiento, y en eso continúa como programador de música de Donostia Kultura ... y Kursaal Eszena. Pero Miguel Martín ya está con las miras puestas en la reubicación de fechas a partir del otoño y en la otra gran preocupación, qué pasará con la próxima edición del Jazzaldia que dirige desde hace décadas, y cuyas fechas están programadas entre el 22 y el 26 de julio. Pero, como casi todo, esa 55 edición se presenta ahora mismo cargada de incógnitas.
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- ¿Cómo lleva el confinamiento en lo laboral?
- La mayoría de los trabajadores de Donostia Kultura de programación y administración estamos haciendo teletrabajo, y en contacto permanente entre nosotros. Resulta bastante más incómodo que con los recursos disponibles en la oficina, pero el trabajo se hace bien. Ahora casi todo nuestro trabajo, tanto en el teatro Victoria Eugenia como en Kursaal Eszena consiste en cancelaciones de conciertos, replanteamiento de fechas para los que se puedan reprogramar, devolver el dinero a los que han adquirido las entradas... Es un trabajo rutinario pero que hay que hacer, y en eso estamos, con el ordenador y el teléfono y quedándonos en casa, como todos.
- ¿Cómo va esa reprogramación de los conciertos que se han cancelado esta temporada?
- Nos estamos moviendo en fechas de otoño, porque antes del verano es evidente que no resulta razonable ni lógico. Pero casi todo se está yendo a noviembre y diciembre o a comienzos de 2021. Creo que también los músicos tienen asumido que salir de gira será posible solo a partir de noviembre o diciembre.
- ¿Es de los que aprovecha para escuchar discos que hace tiempo que no escuchaba o no hay tanto tiempo para esas cosas como parecía en estas semanas de confinamiento?
- Como básicamente estoy trabajando igual que siempre, escucho lo habitual, sobre todo música nueva, porque siguen saliendo discos que son accesibles en la red. Escucho música antigua en la misma medida que siempre, porque los que nos dedicamos a esto podemos estar escuchando música quince o dieciséis horas al día, trabajando, haciendo ejercicio o en cualquier otro momento. Y voy alternando clips que me llegan o que me envían los músicos, cosas que salen en Spotify... En ese sentido mi rutina no cambia.
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- ¿Aquel fin de semana del viernes 13 de marzo en que se cancelaron Tindersticks, Diego Vasallo o el festival Mojo Workin' era el momento adecuado o, con la perspectiva que tenemos ahora, cree que se debería haber hecho antes?
- Tengo que dar dos respuestas. Como trabajador público, del Ayuntamiento, todos los de Donostia Kultura seguimos las instrucciones que se nos daban y que venían de las autoridades sanitarias y del Ayuntamiento de San Sebastián y hemos actuado en la medida en que nos han ido comunicando instrucciones que doy por hecho que estaban evaluadas con todos los datos y de la mejor manera posible. Como ciudadano sí que entiendo que se han celebrado cosas que debían haberse anulado antes. No puedo valorar si el confinamiento se debería haber promulgado antes o no, no lo sé, pero sí sé que en las circunstancias en las que estábamos y con las perspectivas que teníamos, y que luego nos han superado por completo, debíamos haber tomado medidas antes todos, y en primer lugar la administración, para evitar al menos espectáculos de gran concentración de gente.
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«¿Vamos a tener en los próximos meses la seguridad de juntarnos miles de personasen un recinto?»
«La reprogramación de fechas de conciertos que se han anulado en estas semanas es ya a partir de noviembre o en 2021»
- ¿En qué medida van anunciando cancelaciones? Ahora se ha comunicado la anulación de la programación completa de música en mayo por parte de Donostia Kultura.
- Hay dos razones para cancelar. Una, que la fecha del concierto esté dentro del periodo de emergencia que promulga el Gobierno o que se nos transmite desde el Ayuntamiento de San Sebastián. Y la otra, cuando los artistas comunican que no van a hacer la gira o no se van a desplazar para actuar. Ya llevamos tiempo anulando las cosas de mayo porque hay artistas que nos han dicho que no vienen y ya tenemos buscada nueva fecha para ellos, y fuimos asumiendo que no se va a poder celebrar todo lo de mayo. Tampoco nos podemos adelantar a lo que vayan señalando las autoridades porque sería hasta cierto punto contribuir a un alarmismo que no nos corresponde crear.
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- Muchos artistas británicos o del resto de Europa que iban a hacer gira en estas semanas ya han recolocado sus conciertos en septiembre u octubre, o incluso en 2021. ¿Los que iban a tener lugar en San Sebastián ya están reasignados?
- Los primeros conciertos que tenemos reprogramados son ya en noviembre. Con Tindersticks estamos por decidir entre dos fechas, pero ambas en noviembre, y Derby Motoreta's Burrito Kachimba ya está para el 28 de diciembre. Tenemos cosas para abril y mayo del año que viene... se está reprogramando, pero ya en esas fechas.
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- ¿Todo el mundo está siendo prudente en estos momentos y dejando un plazo de meses o un año, por si acaso?
- Cerrar una gira supone un trabajo enorme y no se puede asumir si no hay una cierta garantía de que se va a poder llevar a cabo. Para hacer algo antes de septiembre la cosa está complicada, y en los dos sentidos. Podemos pensar que aquí el mes que viene se pueda empezar a salir a la calle, aunque no se recupere la normalidad, pero si miramos al otro lado del Atlántico, la cosa da miedo. Después de preocuparnos de nosotros mismos, y desde la lejanía, los que organizamos conciertos con músicos americanos nos tenemos que preguntar qué va a pasar en Estados Unidos. Da la impresión de que han empezado más tarde y con un nivel de contagio enorme y que no se lo están tomando tan en serio como deberían, sobre todo viendo cómo nos ha ido a los europeos. Uno está pensando que en verano nuestro punto de vista igual es un poco más optimista y abierto en cuanto a los posibilidades, pero no tengo nada claro que en Estados Unidos vaya a ser igual. Y es una duda que afecta a la viabilidad de los festivales.
- Y ante ese panorama, ¿tenemos que empezar a pensar que el próximo Jazzaldia va a tener problemas para celebrarse a finales de julio como está programado?
- Empezar a pensar, sin duda. Certezas no tenemos ninguna. En este momento es imposible saber qué es lo que va a pasar con el Jazzaldia de este año, porque tenemos que ver cómo evolucionamos, con qué actitud salimos todos de esta. Se dice que después de una gran crisis todo el mundo se echa a la calle y tiene ganas de celebrarlo. Pero en este caso la salida de la crisis va a ser paulatina. Tendremos ganas de celebrarlo, pero ¿vamos a tener la seguridad de poder juntarnos muchos miles de personas en un recinto? ¿Lo vamos a tener claro? Lo primero es la posibilidad real, si nos habrán autorizado o no para entonces, no lo sé. Otra será la actitud del público: ¿Querremos tener ese tipo de proximidad con los demás? Ojalá que sí, pero no lo sabemos. ¿Y tendremos la posibilidad de traer músicos de un país que en este momento está al comienzo de una situación que parece enormemente alarmante? Son todo incógnitas, pero no solo respecto al Jazzaldia, sino a todos los festivales que se pretendían celebrar este verano. De hecho, algunos ya se están trasladando a fechas del otoño.
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«Va a ser muy complicado traer a músicos de Estados Unidos, que está al comienzo de una situación muy alarmante»
«Después de una crisis todo el mundo se echaa la calle a celebrarlo,pero esta salida va a ser muy paulatina»
- El Primavera Sound se ha pasado de principios de junio a agosto.
- Sí, y a mí agosto me sigue pareciendo un poco optimista, pero no lo sé. Dependemos de las posibilidades reales de celebrar los festivales, de la actitud del público y de sus deseos, y dependemos también de cómo evolucione todo esto en otros países. Y luego habrá que tener muy presente la capacidad económica de la gente. Porque a ver cómo salimos de esta.
«Habrá que adaptar los actos culturales a las posibilidades de la gente»
- ¿Van a necesitar ayuda los festivales y los programadores?
- Yo creo que a la Administración pública, si puede, le corresponde el esfuerzo de adaptar sus manifestaciones a las posibilidades de la gente. Pero no soy yo quién para decidirlo y evidentemente tenemos que esperar un mes o mes y medio para vislumbrar la posibilidad de todo esto.
- ¿En qué sentido sería esa adaptación a las posibilidades de la gente?
- Hacer que cueste menos para el público. Me parece importante acercar estas manifestaciones, en el sentido económico, al público. Igual hay que tener en cuenta que la gente va a salir tocada no solo en cuanto a valores y condicionantes sanitarios, sino también económicamente. La gente querrá ir a espectáculos pero, ¿va a tener dinero para hacerlo? Esa es la cuestión. El promotor privado lo tiene mucho peor, porque depende de sí mismo y no puede programar conciertos para perder dinero seguro. Sin embargo los programadores públicos, si se nos dan posibilidades, deberíamos acercar los conciertos al público desde el punto de vista económico. O al menos intentarlo, porque tampoco la Administración va a tener dinero para echar cohetes, todos vamos a salir perjudicados de esta. Habrá que establecer prioridades, igual la música o la cultura no es una prioridad como suele pasar en este país, pero si fuese posible, habría que hacer un esfuerzo para acercar la cultura al público una vez que vayamos saliendo de esta.
- ¿Cómo cree que va a afectar esta crisis a la música, se van a acelerar los procesos de consumir la música por internet, ahora que nos estamos acostumbrando a ver conciertos en Instagram y a discos que solo salen en digital?
- Contestaré basándome en parte en la observación y en parte en mis preferencias y deseos. Igual en el campo del cine todo esto sí está animando a que se vean las películas en casa y por desgracia se está alejando a la gente de los cines. Sin embargo en la música, siguiendo un proceso que ya está en marcha, todo el tema del 'streaming' se va ir imponiendo, y puede ser la puntilla a la venta de discos, pero eso ya estaba ahí y en todo caso esta situación puede acelerar el proceso. Pero el directo no puede acabar nunca, volverá y con todas las de la ley. Yo el cine lo quiero ver en el cine, pero entiendo que haya quien quiera verlo en casa o en el ordenador, allá cada cual. Pero un youtube de una actuación musical, y un concierto en directo son dos cosas absolutamente distintas. Es imposible sustituir una por otra. La grabación te puede dar mil pistas, lo puedes disfrutar, pero no tiene nada que ver con la música en directo. Y eso no puede acabar nunca. Es una serie de gente en un escenario que están haciendo música al mismo tiempo, que se están escuchando, que están reaccionando a la vez para producir un hecho musical, y la comunicación de esos músicos en el escenario se produce en el momento con un público que está presente y asiste a ese proceso. Y eso es insustituible. Así que entiendo que la música no puede acabar.
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