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JAIONE ALONSO
SAN SEBASTIÁN
Sábado, 1 de junio 2019, 11:35
. El mercadillo que se instaló en el voladizo de La Concha, enmarcado dentro del Festival Olatu Talka, brilló más que el sol que lució ayer en San Sebastián. Por quinto año consecutivo, Gaumarket volvió a ser un éxito al congregar a centenares de personas. Desde antes de las seis de la tarde y hasta medianoche, quienes se acercaron hasta este espacio pudieron recorrer los 40 puestos instalados, en lo que se exhibían cuadernos, pendientes, broches, ropita para bebé, cojines, bolsas de playa y objetos de madera. Hoy se celebra la segunda jornada, a la misma hora y con otros 40 artesanos diferentes.
Aún no habían dado las seis de la tarde y muchos curiosos merodeaban ya por el voladizo de La Concha. La playa estaba llena de gente tomando el sol, e incluso bañándose. Así es que algunos no dudaron en acercarse a los puestos en bikini y bañador. Ainara y Uxue, dos amigas hernaniarras de 16 años que miraban de reojo uno de los bolsos de Miquene Bitxiak, se lamentaban de no haber traído dinero «más que para el bus y un helado».
«Estoy de estreno absoluto. Es la primera vez que expongo en un mercadillo», reconocía nerviosa Helena Agell, catalana que lleva tres años afincada en Villabona. Helena hace cuadernos y álbumes serigrafiados y encuadernados a mano, además de pendientes con cianotipia. Su marca es su mismo nombre y aseguraba antes de que se abriera el mercadillo que «no me importa lo que venda, para mí es una oportunidad para darme a conocer». Dicho y hecho. Antes de las seis ya había vendido los primeros pendientes.
Juan Aizpurua, de Zarautz, y Claudio Rodríguez,de Donostia, de la empresa Flot, decidieron repetir por segunda vez en Gaumarket con sus «piezas únicas -barcos, submarinos y faros- hechas a mano con madera que trae la playa». «El sitio es muy agradecido, cerca del centro, en la playa, la anterior vez vendimos mucho y esta promete», auguraba Juan.
En efecto, la propia ubicación era en sí un regalo para los sentidos. Muchos de los asistentes que se acercaron durante la tarde noche de ayer al voladizo de La Concha destacaron la idoneidad del lugar para alojar el mercadillo. La música la pusieron 3 Djs: Asier, Ben y Gaultier. Cuando cayó la noche, unas boyas recicladas de colores iluminaron el espacio.
Desde Pamplona llegaron en bloque Benjamín, María José y Saioa. Padre, madre e hija. Ellas dos son las creadoras de Artisau, donde el ganchillo es el protagonista: muñecos, llaveros, pendientes, coleteros, diademas, broches... «Hoy hemos encargado el día», se alegraba María José, mientras recordaba que hace dos años tuvieron que cerrar a las diez por la tromba de agua que cayó. Es la tercera vez que acuden a este mercadillo: «Es buenísimo. La gente, sobre todo los extranjeros, valora mucho nuestro trabajo, siempre nos ha ido muy bien», explicaba Saioa. Su madre asentía y subrayaba que al tratarse de diseños originales, «cuando vendemos algo, es como si nos desprendiéramos de algo nuestro». Y ayer experimentaron mucho esa sensación porque fue uno de los puestos más concurridos.
En una de las columnas que soportan los bajos de La Concha descansaba la cestera Amaia Larrea, que se afanaba en terminar una pulsera. En su puesto, Zurjole, mostraba cestos de fibras naturales y alpargatas pintadas a mano. «No puedo competir con las tiendas de chinos así es que lo que más me interesa es transmitir mi conocimiento aquí y en mi escuela, cómo se hace un sonajero de junco o una pulsera de palmito», explicaba Amaia.
Para Dekosocial era su primera vez en Gaumarket. Se trata del programa 'Landuz' de la Diputación de Gipuzkoa que busca la inserción socio-laboral de personas en riesgo exclusión. Allí estaba Joseph Mayardit, de Nigeria, en cuyo puesto se vendían portavelas, percheros, cuadros, revisteros y juegos infantiles de madera reciclada. En el programa se les da formación y se les enseña a que fabriquen ellos mismos los productos.
Para Marilo Míguez, de Intxaurrando, es su segunda vez. Su marca es Analo y hace bolsos y carteras sostenibles de papel lavable. Fue otro de los puestos que llamó la atención porque tenía en el centro una muestra de cartera dentro de un jarro de agua. Al sacarla, se podía ver la cartera totalmente seca. «Me gusta venir porque es bueno conocer el feedback de quien te visita».
Los organizadores recibieron un total de 110 peticiones para participar en la Kontxa Gaurmarket. De ellas, se seleccionaron 80: la mitad se expusieron ayer, y hoy hará lo propio el resto de los puestos. Las altas temperaturas que se prevén para hoy invitan de nuevo a un baño en la playa y a un paseo por el mercado. El año pasado, dentro de las actividades de Olatu Talka, este mercadillo fue de lo más visitado, con más de 7.000 visitantes.
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