Historia gráfica de un país que echaba chispas: Isabel Azkarate dona su archivo a la Fototeka
El fondo de imágenes de Kutxa Fundazioa recibirá 175.000 negativos y diapositivas que la fotógrafa donostiarra ha realizado en más de cuarenta años de carrera
¿Quién no ha visto la fotografía de Bette Davis, fumando de perfil, en su visita al Zinemaldia de 1989, pocos días antes de morir? ... Lo que no todo el mundo sabe es que su autora es Isabel Azkarate. Ahora, lo que de alguna manera suena lógico se ha consumado: los fondos de la primera fotoperiodista vasca se convierten en la primera colección de una mujer que la Fototeka de Kutxa recibe en donación. Son más de 175.000 negativos y dispositivas los que Isabel Azkarate (Donostia, 1950) ha acumulado en más de cuarenta años de trayectoria. Pronto saldrán de su domicilio, en donde han permanecido hasta ahora, para quedar bajo custodia del archivo de Kutxa Fundazioa, que ve así incrementado en su cincuenta aniversario su patrimonio con un fondo de indudable valor.
La donación coincide con la inauguración el mes que viene de la exposición 'Ella es su cámara' en el Kutxa Kultur Artegunea de Tabakalera, que reunirá más de 400 imágenes de toda su trayectoria a partir de 1978, y de la publicación de un libro coeditado por la propia Kutxa Fundazioa, Blume y la Photographic Social Vision. «Es un libro que cuenta mi historia», resume la artista.
«Es donde mejor va a estar»
De la Euskadi más lúdica a la más dura, de los conciertos a los atentados, de la cárcel de Martutene a los centros de desintoxicación, de los disturbios callejeros al mundo del circo y de Nueva York a Egipto, buena parte de la historia reciente de este país ha desfilado por delante del objetivo de Azkarate, cuya donación incluye otros materiales de archivo y varias cámaras fotográficas.
¿Por qué efectuar la donación ahora? «Siempre he pensado que quizás mis sobrinos seguirían con el archivo de todas las fotos que he ido haciendo, pero cada uno tiene su vida» y aunque una de ellas llevó durante un tiempo una página web e incluso organizaron una exposición en Alicante, la idea de darle continuidad a los fondos se diluyó.
¿Y por qué a la Fototeka? Fue la responsable de Arte y Patrimonio de Kutxa Fundazioa, Ane Abalde, quien propuso a Azkarate que donara sus fondos a su archivo y aunque desde el Departamento de Cultura del Gobierno Vasco también mostraron su interés por el archivo fotográfico de la primera fotoperiodista vasca, finalmente se decantó por la primera opción. «Abalde me insistió muchísimo y me recordó que no tenían a ninguna mujer en la Fototeka y al final me convenció porque preferí que todo estuviera en Gipuzkoa y ahí es donde mejor va a estar el archivo».
El acuerdo entre Azkarate y la Fototeka permite a la fotógrafa «seguir explotando mi archivo, de forma que si alguien quiere comprarme una foto –y suele ser el caso de la citada imagen icónica de Bette Davis–, o montar una exposición, mantengo el acceso a todo el archivo», que en cualquier caso conserva escaneado por completo. Admite que «le da pena sacar de casa mis negativos».
«Fotografía de calle»
El archivo de Azkarate, «básicamente, fotografía de calle», se estructura en diversos bloques temáticos que coinciden con distintas etapas de su vida. Por un lado, están sus fotografías del Nueva York de los ochenta, después el bloque de imágenes periodísticas conformado por su trabajo en La Voz de Euskadi. «Ese trabajo me entusiasmaba» y aunque incluía la cobertura de múltiples atentados, disturbios y episodios de violencia, «era tal la adrenalina que generaba llegar a la redacción con una buena foto que ahora la veo como una época muy interesante». La sensibilidad social ha cambiado e imágenes de atentados que antes iban en primera página, ahora resultan impublicables. «Tengo fotos muy 'heavies' de muertos por disparos que hemos evitado también en la exposición que inauguraré en la sala Kutxa».
No todo eran coberturas tan traumáticas. Su trabajo para prensa le permitió asistir a decenas de conciertos «en una época en la que por aquí pasaba todo el mundo: los 'heavies', los 'punkis', el rock radical vasco y todos los que actuaron en el Autódromo de Lasarte. Era la época en la que el público estaba todo el rato escupiendo a los cantantes». Y todo esto, combinado con el glamour del Festival de Cine.
Su siguiente etapa le permitió «conocer toda Gipuzkoa de una forma estupenda»: acompañaba en sus desplazamientos por el territorio al diputado general de turno, que en su caso fueron Imano Murua, Eli Galdos y Román Sudupe. «Aprovechaba los viajes por Gipuzkoa para buscar siempre cosas que iban surgiendo, como fotos de personajes que encontraba a mi paso». Además, aprovechaba sus estancias de fin de semana en el caserío familiar para hacer «mis fotos particulares». Este trabajo lo combinó con viajes por todo el mundo, de Perú a Egipto, de donde también volvía con cientos de registros fotográficos.
En estas cuatro décadas, la fotografía se ha revolucionado, básicamente a lomos de los teléfonos móviles que han convertido en algo cotidiano lo que antes era tan insólito como llevar encima todo el día encima una cámara. «Yo ahora hago las fotos con un smartphone muy moderno que directamente las envía al ordenador», lo cual supone un alivio para alguien que se ha pasado media vida cargando con cámaras y objetivos. «Por ejemplo, las fotos de Bette Davis las hice con dos cámaras, una con un tele y la otra con otros objetivos que iba cambiando porque quería tomar imágenes de todo el tiempo que estuvo posando. Era agotador», reconoce.
Y aunque admite que esta democratización por la vía rápida de la fotografía, a la vez, la ha vulgarizado, considera que «las 'vintages' siguen teniendo un valor, sobre todo para coleccionistas. Además, cada hay más gente que vuelve a la fotografía analógica», como lo demuestra el hecho de que los carretes vuelven a estar disponibles en las tiendas del sector, tras unos años desaparecidas. La donación de Azkarate incluye varias de las cámaras con las que ha trabajado durante estas cuatro décadas, pero no las Leicas y menos aún la Nikon F2 que adquirió en 1977 y que 'sobrevivió' a varios robos en su domicilio durante su estancia neoyorquina. «A lo mejor estaba sin el objetivo y la dejaban ahí tirada», comenta con humor.
Isabel Azkarate asegura que «la fotografía me ha dado una forma de vida maravillosa y también una mirada. Yo ahora no puedo dejar de hacer fotos con el móvil» Y tras cuarenta años de profesión, ¿qué llama la atención de la fotógrafa donostiarra? «La gente. Nunca he pedido permiso para hacer una foto y si alguien me recriminaba que le fotografiara, le decía: 'Oye, te estoy haciendo una foto a ti y no al de al lado porque tú me resultas interesante'».
Fototeka supera los dos millones de archivos fotográficos
La responsable de Arte y Patrimonio de Kutxa Fundazioa, Ane Abalde, considera que la donación del fondo de Isabel Azkarate «es muy importante para nosotros, no sólo porque incorporar a alguien que tiene una voz autoral supone un salto para Fototeka, sino porque el hecho de que su obra represente la Gipuzkoa y el País Vasco desde los años ochenta rellena un hueco que teníamos». Además, «es el primer fondo que recibimos de una mujer fotógrafa, lo cual después de cincuenta años resulta bastante significativo». El traslado del fondo se hará efectivo a finales de año, una vez inaugurada la exposición el 30 de noviembre.La donación del archivo de Azkarate coincide con la del fallecido Luis Otaegi (1952-1991), que trabajó con la propia Azkarate. De esta manera, la Fototeka supera los dos millones de archivos fotográficos.
La responsable de Arte y Patrimonio de Kutxa Fundazioa, Ane Abalde, considera que la donación del fondo de Isabel Azkarate «es muy importante para nosotros, no sólo porque incorporar a alguien que tiene una voz autoral supone un salto para Fototeka, sino porque el hecho de que su obra represente la Gipuzkoa y el País Vasco desde los años ochenta rellena un hueco que teníamos». Además, «es el primer fondo que recibimos de una mujer fotógrafa, lo cual después de cincuenta años resulta bastante significativo». El traslado del fondo se hará efectivo a finales de año, una vez inaugurada la exposición el 30 de noviembre.
La donación del archivo de Azkarate coincide con la del fallecido Luis Otaegi (1952-1991), que trabajó con la propia Azkarate. De esta manera, la Fototeka supera los dos millones de archivos fotográficos.
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