Concha Velasco regresa a San Sebastián para estrenar un monólogo dramático. DV

Concha Velasco: «Me sigue ilusionando todo porque sin ilusión no se puede vivir»

El Victoria Eugenia es el escenario del estreno de 'La habitación de María', la nueva obra de Concha Velasco que puede ser su último trabajo teatral

roberto herrero

Domingo, 16 de agosto 2020, 07:49

Dice que la salud la va a retirar tras hacer este monólogo en el que interpreta a una escritora que cumple 80 años y padece ... agorafobia, el miedo a los espacios abiertos, motivo por el que vive encerrada en su lujoso ático. Pero un incendio en el edificio hace necesaria su evacuación del piso en el que lleva 43 años sin salir a la calle. Se niega a hacerlo, el motivo es un secreto que Concha Velasco se guarda para el escenario y para los espectadores de esta obra dramática de la que dice que quizás sea la más difícil de su carrera.

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- El Victoria Eugenia se va a vestir de gala porque Concha Velasco se trae el estreno hasta nuestra ciudad.

- Estaba ya previsto desde que empezamos. La obra se la encargué a mi hijo cuando estábamos representando 'El funeral'. Murió una escritora famosa con 90 años que también vivía encerrada en su casa, aunque no por agorafobia. Y por otro lado nosotros conocemos a una mujer que padece esa fobia a causa de un drama que le pasó en esta casa en la que yo vivo. Así que juntamos lo de estas mujeres, mi hijo escribió la obra y la guardamos en un cajón.

- ¿No era seguro su estreno?

- El productor Jesús Cimarro quería que yo volviera a participar en el Festival de Mérida tras el éxito que tuve allí el año pasado con 'Las metamorfosis', dirigida también por José Carlos Plaza. Pero no se ha podido hacer por todo lo que ha ocurrido y como el texto de 'La habitación de María' le había gustado nos propuso estrenarla y hacerlo también con Plaza como director. Pero tampoco estábamos seguros.

- Leyendo la sinopsis se entra en tensión ante lo que se avecina en esta función.

- Es una obra dramática porque la casa se prende fuego y ella no quiere salir. Hay que sacarla, todos intentan sacarla. Ocurre como en 'El coloso en llamas', que lo primero que arde es el ático. Ella no quiere salir, está escribiendo su última novela. Habla con mucho humor sobre todo ese proceso de la escritura, dice que si se muere se venderán mejor los libros. Pero el por qué esta encerrada y no desea salir no te lo puedo decir.

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«No tengo nada que ver con él, las funciones en las que pasa eso me cuestan mucho más»

El personaje

- Está escrita por su hijo Manuel que, supongo, la ha creado expresamente para usted. ¿Se lo ha puesto difícil?

- Quizás sea la función más difícil. ¿Te acuerdas de 'Olivia y Eugenio', que es la última que me dirigió Plaza? Pues esta me ha costado más. Aquella tampoco tenía nada que ver conmigo y tampoco yo estaba de acuerdo en cosas que decía el personaje. Es que las funciones que no tienen nada que ver conmigo me cuestan más.

- En 'Reina Juana' no le ocurría eso.

- En 'Reina Juana' no es que tuviera nada que ver con ella, pero sí estaba ese amor tremendo de Juana por Felipe, que nunca la quiso. Eso lo aprovechaba yo tirando de mi vida personal para usarlo en la interpretación. Cuando me ponía de rodillas y decía: «no sabes padre, cuánto llegue a odiar a Felipe». Siempre busco cosas mías en las obras, pero ahora no lo encuentro porque no me ha pasado nada de lo que mi personaje vive. Así que sí, mi hijo me lo ha puesto muy difícil. Y luego José Carlos Plaza ya sabes cómo es de perfecccionista. Anoche me ha tenido ensayando hasta las doce porque había que cortar unas partes para ajustar la duración.

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- ¿Estar sola en escena le inquieta de alguna manera?

- No, porque tengo una enorme capacidad para aislarme. Yo creo que me contratan por eso. ¿Has visto la última temporada de 'Las chicas del cable'? ¡Estoy maravillosa!, para qué te voy a engañar. Y eso que en la anterior temporada me habían matado, hasta me habían dado el finiquito en la productora. Pero me han resucitado y para esta temporada han escrito un personaje fantástico. Lo que me gusta es hacer personajes, si no sería directora.

- Y además obedece las instrucciones en los rodajes y ensayos.

- Me sorprendo cuando veo a un compañero comentarle al autor si en vez de 'hola' puede decir 'buenas'. ¡Di hola, que es lo que pone! Que estos señores llevan horas escribiendo, haciendo reuniones de guion y han decidido que digas hola. Soy una defensora de los textos y de la dirección. Eso sí, que sean buenos y que los directores sepan al menos tanto como sé yo.

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- ¿Le ha servido de algo el confinamiento real para interpretar el teatral de este personaje?

- No me ha servido de nada. He estado demasiado confinada. Para lo único ha sido para releer. Un amigo que era muy inteligente, pero soltaba unas tonterías muy gordas, me dijo que un intelectual no lee, relee. Yo los libros que tengo en mi casa los he leído. Algunos quizás de una manera 'solapera', ya sabes: lees el principio, un poco del medio, lees el final, luego te preguntan y quedas divinamente. Lo que pasa es que ahora tengo un poco mal la vista. ¡Es que tengo 80 años y estoy muy machacada!

«No veo las tertulias políticas, pero me gusta lo que dice Revilla, son verdades como puños»

La actualidad

- La salud.

- Duermo mal y me pongo películas en blanco y negro. Acabo de ver en la 2 'El ladrón de bicicletas', maravillosa. Lo que no veo son las tertulias políticas, la gente opina demasiado. Es muy fácil ir a la tele y opinar sobre lo que está pasando. Lo que ocurre es terrible en todo el mundo y los gobiernos han hecho lo que han podido. La gente habla como si supiera. Yo hablo de lo que sé. Estoy mucho con el presidente de Cantabria, Revilla, que me encanta cuando habla.

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- ¿De verdad?

- Sí, sí. Es un señor mayor que dice verdades como puños. Yo siempre he sido más lista que inteligente y ahora trato incluso de ser inteligente y mejorar. No se puede opinar de todo. Por eso no veo esos programas.

- Dígame que no es cierto eso de que esta es su última obra.

- Pues tiene que serlo porque tengo 80 años. Siempre cuento la broma de mis hijos, que me decían que haciendo una media yo iba a llegar a los 82 porque mi madre murió con 74 y mi padre con 86. Ya sabes que soy creyente, no he cambiado de nada en la vida. No me gusta decir lo que soy porque no tengo por qué contar. Esa manía que tiene ahora la gente de salir del armario, de entrar. Que hagan lo que quieran, pero hay una intimidad que no debemos contar a nadie.

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«Soy católica. Me gustaría morirme en mi cama, despacito y sin molestar a nadie»

Un deseo

- Pero es una mujer abierta.

- Soy como soy. Soy católica. Cuando le preguntaba a mi madre, que es mi ejemplo de vida, si Dios existe, me decía que no lo sabía, pero que prefería pensar que sí porque le daba consuelo. A mí también me lo da. Me gustaría morirme en mi cama, despacito, sin molestar a nadie. Y nada más. Hasta aquí lo personal que te voy a contar. Bueno, hay una cosa más.

- La escucho.

- Que quiero ser mejor persona. He hecho una cosa que no me quería morir sin hacerla. Estoy muy contenta por haberlo realizado. ¡Y ya está! No quiero quedar como que soy la mejor persona, ni nada de eso. Lo que me importa es que cuando me muera mis hijos y mis nietos tengan un buen recuerdo de mí.

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- El público la adora, ¿lo sabe, verdad?

- Lo sé. Bajo a comer, con mi mascarilla, y se me acerca la gente. Mi hijo intenta que no lo hagan porque tiene mucho miedo a que me contagien. No dejan a nadie que entre en mi casa sin mascarilla, ni el portero. Lo que llevo peor es no ver a mi nieto, que tampoco va a poder ir conmigo a San Sebastián esta vez. Siempre iba y le encanta San Sebastián. Me preguntaba el otro día si no vamos a ir a la casa del terror ni a comer sardinas.

- ¿Qué es lo que más le ilusiona ahora mismo en la vida?

- Me sigue ilusionando todo porque sin ilusión no se puede vivir. Yo cuando era pequeña siempre pedía ser feliz y siempre he protestado porque no era feliz. Y quizás la felicidad la he vivido sin darme cuenta. Tengo ilusión por la vida y por mi trabajo, aunque lo esté pasando mal por salud y también por la situación económica que se viene. Ya sé que no soy la única y que mucha gente lo está pasando mal. No me gusta aparecer en las entrevistas contando estas cosas, pero tampoco quiero que parezca que me sobra. Aquí estamos con los 50 euros al día para comer cuatro personas, no coger taxis y que me vengan a buscar. Estoy como todo el mundo, aunque un poco mejor porque tengo trabajo. Pero de 'Cine de Barrio' no me han vuelto a llamar. Estoy disgustada. Salvo con la productora Bambú, el productor Cimarro y mi familia.

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- Por lo que estamos viendo estas semanas en San Sebastián, la gente tiene ganas de teatro y acude en buen número. ¿También esta batalla la va a ganar el teatro?

- Me ha dicho Echanove que le ha ido muy bien en San Sebastián. Echanove, por cierto, que es el que le dijo las verdades como puños al ministro de Cultura, porque siempre tenemos un ministro de cultura rarito, sea de donde sea, para que nos vamos a engañar. No son muy afines a la cultura. Y Echanove le leyó la cartilla y le cayeron por todas partes, pero tenía razón. ¡Hombre!, lo primero es la sanidad y la gente que está sin cobrar. Cada uno habla de lo suyo como si fuera lo más importante, pero la cultura es siempre…

«Los actores siempre estamos pidiendo, pero parece que seamos los únicos»

La situación económica

- ¿Polémica?

- Y eso es por culpa de todos esos que salen siempre pidiendo. Cuando estuve enferma un señor me dijo en el pasillo del hospital que nosotros los actores siempre estamos pidiendo. Por eso no quiero hablar más de política. Tienen razón, siempre estamos pidiendo, pero parece que somos los únicos que lo hacemos.

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- ¿Hay temor de los espectadores a volver a las salas?

- La gente se asusta para ir al cine o al teatro, pero no pasa nada si se siguen las medidas que se han tomado en los teatros. Que haya unos cuantos bárbaros que salen a la calle y hacen tonterías no significa que todos seamos así. Son el diez por ciento. Como siempre los malos son pocos, no más de ese diez por ciento, pero se les ve mucho.

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