Veteranos en la batalla del terror
Semana de Cine Fantástico y de Terror ·
Cinco espectadores habituales recuerdan sus mejores momentos en el 30 aniversario de la Semana. «El ambiente del Principal es con lo primero que se queda el que viene. Y engancha para siempre», afirmanSe han tragado casi todas las ediciones de la Semana de Terror, están curtidos en las mil batallas del Principal y que nadie les ... quite su sufrir: «A mí la Semana me da la vida», suelta Nuria, de entrada. Desde que cruzaron por primera vez el umbral de la Semana se quedaron para siempre, adictos y agradecidos.
La Semana de Cine Fantástico y de Terror de San Sebastián está celebrando su edición número 30 y reunimos a cinco de sus espectadores más veteranos en el familiar clan que habita las butacas del teatro desde que en 1989 el equipo que organizaba los primeros ciclos de cine en el entonces llamado Patronato de Cultura, con el impulso de José Luis Rebordinos y Sara Torres, decidió hacer una retrospectiva titulada 'Terroríficamente modernos'. El éxito fue tal que al año siguiente el ciclo se repitió, como 'De la B a la Z'. No fue en realidad hasta la tercera edición cuando se constituyó como festival en sí, con el nombre de Semana de Terror.
«La primera vez que vine se estropeó el proyector y se armó un jaleo increíble. Me encantó»
Jon Ruiz
Nuria Roa (25 años acudiendo a la Semana de Terror), Jon Ruiz (25 ediciones también), Maider Arozena (21), Imanol Murguiondo (20) y Manu Vidal (15), son tan habituales como el terciopelo de los cortinones del Principal. Todos les conocen. A Imanol por su chaqueta de chapas de todo tipo; a Jon por su implicación en todo lo que tenga que ver con la Semana y especialmente por la cabeza de Robertito que lleva a cada sesión del Principal, «lo compré para una noche de Halloween que quería disfrazarme de carnicero loco, y fue un flechazo»; Nuria dice que se le identifica por sus carcajadas, «he estado a punto de ahogarme varias veces de la risa».
Pero, ¿que tiene la Semana que engancha tanto? «La libertad que hay para expresarse», asegura Nuria. «Si la película es una mierda, lo dices y si es maravillosa, la disfrutas y ya está. Yo soy muy fan del terror, del cine gore, de los zombis y de películas 'vintage'. Para mí una película con final feliz es que acabe mal».
Jon recuerda bien su primera vez: «Fue una sesión doble con una peli de japoneses y luego 'Mortal zombie', de Brian Yuzna. Hubo un problema con la proyección y se armó un jaleo increíble. Me encantó. La risa y el cachondeo general que hay en el Principal es con lo que uno se queda desde el principio. Y a muerte con ello. Es que la Semana engancha». Lo puede certificar Manu: «He estado cinco años sin venir por motivos personales y ahora que he vuelto me he dado cuenta cómo necesito la Semana y cuánto la echaba de menos».
Son legendarios los gritos durante las proyecciones, algunos instaurados ya por los siglos de los siglos: «Cada uno tiene el suyo y se puede gritar de todo, aunque hay que saber hacerlo, tampoco se puede gritar de cualquier manera. Mi grito particular es 'palindrómico'. Y 'exactly', cuando algún actor lo dice en la película, yo lo repito a gritos». Un clásico.
«Lo fuerte es ver en el telediario a la señora que con la cabeza de su marido hizo croquetas, no esto»
Nuria Roa
Como los que ha inventado Jon. El principal es '¡Teléeefonoooo!', cada vez que suena una llamada en la película. «Hay gente que no sabe mi nombre y me llama Teléfono. Cuando empezaban los móviles, la gente no los apagaba y cuando sonaba uno en la sala yo gritaba '¡Teléeefonoooo!'. Pero luego la cosa se extendió a los timbrazos de las películas. Se hizo tan popular que un año me disfracé de teléfono. Y gané el concurso de disfraces».
Lo más surrealista vino con otro de sus habituales gritos que lanza a muchos de los directores que salen a presentar una película, '¡Imita a Chiquito!'. En una ocasión el director era francés y Jon gritó desde arriba a pleno pulmón '¡Imité le Chiquité!'. «El hombre le pedía a Lourdes que le tradujera, y ella tuvo que decirle que era imposible, claro». Pero como casi todos los activistas de la Semana, «me suelo dejar llevar por lo que inspire la película».
Pero, ¿no es un poco fuerte que toda la sala aplauda a rabiar cuando a un personaje le cortan la cabeza o lo descuartizan? «Perdone, ¿lo fuerte no es que en el telediario salga una señora que ha hecho croquetas con la cabeza de su marido, previamente cocida?», salta Nuria. «A mí me parece más fuerte la vida real».
«Nosotras también gritamos 'Métele el pito', aquí se puede, es un juego, no hay machismo»
Maider Arozena
Con todo ese cachondeo, hay que deshacer equívocos: «No somos frikis, cada uno es como quiere y se respeta a todo el mundo», sentencia Nuria. «Aquí viene gente muy entendida en cine de todo tipo, somos muy cinéfilos, no es solo diversión», advierte Manu. Imanol corrobora: «Cuando pusieron un clásico del cine mudo como 'El hombre que ríe', todo el mundo estuvo calladito, y al final hubo unos aplausos tremendos. Porque se aprecia el buen cine». Y Jon apunta que «muchos de los que venimos aquí estamos luego en todas las programaciones de cine, en el Zinemaldi, en Bang Bang, en Nosferatu... pero siempre digo que la Semana es el mejor festival del mundo. Es único».
Mujeres adelantadas
Cuando empezaron Maider y Nuria había pocas mujeres, «sí venían parejas, pero muy pocas mujeres solas, como nosotras. La Semana se veía como algo turbio». Maider recuerda que sus padres no le dejaron ir al Principal hasta que cumplió los 18 años, «no sé qué pensaban mis aitas que había aquí, pero yo estaba encantada. Desde entonces mis aitas me regalan el abono todos los años en mi cumpleaños. El mejor regalo».
Entre los gritos habituales a la pantalla, cada vez que hay alguna aproximación sexual en la película, están '¡Desnúdate!' y '¡Métele el pito!'. Pero las chicas de la Semana aclaran conceptos: «Nosotras también gritamos '¡Métele el pito!', por supuesto. Aquí se puede, es un juego, no hay nada de machismo», afirman. «Nunca jamás me he sentido ofendida, ni como mujer ni como persona», declara Nuria. Incluso piden «más pitos y culos de hombre. Desde que se fue Rebordinos no hay porno. Que vuelva el porno».
«Aquí viene gente muy entendida en cine y muy culta, no es solo diversión, somos cinéfilos ante todo»
Manu Vidal
Rebordinos dirigió 21 ediciones, y Josemi Beltrán las nueve últimas. Pero los espectadores rechazan de pleno decantarse por uno de ellos. «Cada uno tiene su estilo y sus gustos cinematográficos, y los dos lo han hecho muy bien». Reconocen que a priori temían que con Rebordinos se perdieran las esencias de la Semana, pero eso «duró muy poco. Josemi es más tímido que 'Rebor', pero enseguida le dio su propia personalidad a la Semana. Y es tan cercano y tan buena gente...». Y eso que el rito iniciático para Beltrán fue «tremendo. Era su primer año, en La Noche de Halloween, iban a poner 'Red State' de Kevin Smith, estábamos todos a tope de ganas de verla y de pronto se estropeó el proyector. Todo el teatro se puso a gritar al unísono '¡Josemi dimisión, Josemi dimisión!'. Pobre hombre, en su primer año...», recuerda Jon aún estremecido.
Locuras y emociones
Los momentos gloriosos son muchos: «Pedro Tembury con el disfraz de Jocántaro, mezcla de pulpo y centollo, cuando se cayó del escenario al foso, creo es el gran momento de la historia de la Semana», opina Jon. Para Imanol, «Guillermo del Toro, cuando aún era poco conocido, tirando latas de cerveza a los espectadores desde el escenario». También los ha habido emotivos: «La última vez que vino Chicho Ibáñez Serrador, primero salió Paco Plaza y la gente le gritó de todo, como siempre. Pero cuando le tocó el turno a Chicho, se hizo un silencio total. Al acabar, Chicho dijo: «Gracias por el silencio». Fue emocionante. Y hubo una ovación increíble», recuerda Jon.
«Guillermo del Toro, antes ser famoso, tirando latas de cerveza al público desde el escenario, fue increíble»
Imanol Murguiondo
Y sin olvidar las películas: «Lloré con 'Déjame entrar', es tan increíblemente buena...», recuerda Nuria, y Manu corrobora: «Yo me emocioné cuando ganó el premio del Público». Hay quien lleva los 30 años acudiendo a la Semana, aunque prefiere mantenerse al margen del coloquio, como Luis Beltza, quien apunta: «No os olvidéis de la visita de Ray Harryhausen, tener a alguien tan mítico aquí, con sus monstruos... Y recuerdo la proyección de 'Bad Taste', de Peter Jackson, en la primera edición, aquello fue puro rock & roll».
Las gemelas rehacen 'Rabid' y Oscar Martín trae su 'Amigo'
La sesión de esta noche es casi maratoniana, con dos largometrajes norteamericanos, y un corto. 'Rabid' es una película canadiense dirigida por las gemelas Jen y Silvia Soska, atrevidas ya desde 'American Mary', y tanto como para meterse en un 'remake' de uno de los films iniciales, y míticos, de David Cronenberg. La sesión nocturna se dobla con la estadounidense 'Bliss', de Joe Begos, que cuenta los abismos de una pintora en crisis creativa que se hace adicta a una extraña droga. Y a la sangre.
Pero por la tarde el cine español es protagonista. Óscar Martín trae su debut en el largo de ficción, 'Amigo', un filme que dicen malsano y turbio en torno a la relación de un chico con un colega al que se ofrece a cuidar después de haber sufrido un accidente.
Por otra parte se ha dado a conocer en la Semana la creación del concurso de proyectos de cortometraje Ohiua! para apoyar la producción cinematográfica en euskera que «últimamente ha cosechado grandes éxitos y ha obtenido repercusión internacional», y en particular «el género del fantástico, que está viviendo una época de florecimiento y eclosión», señalan los impulsores, Donostia Kultura, San Sebastián-Gipuzkoa Film Commission y Gaztea.
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