Crítica de 'Remordimiento': Las heridas de la guerra
Para hacer cine antibelicista, como por una vez hizo Ernst Lubitsch en 'Remordimiento', no hacen falta grandes discursos, aunque aquí, perfectamente medidos, también los haya, ... ni grandes tragedias, aunque aquí también las sintamos. Basta con esos planos iniciales en París del primer aniversario del fin de la Primera Guerra Mundial en que vemos el desfile de las tropas triunfantes, pero a través del hueco que deja la pierna perdida por un combatiente o escuchamos las salvas celebrativas, pero junto a los gritos de pánico que provocan a los enfermos en un hospital. Las heridas de las guerras siempre son más grandes que sus supuestas glorias.
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Dirección Ernst Lubitsch.
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Guión Reginald Berkeley, S. Raphaelson y E. Vajda sobre una obra de Maurice Rostand.
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Intérpretes Lionel Barrymore, Nancy Carroll, Phillips Holmes.
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Fotografía Victor Milner.
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Música W. Franke Harling.
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Nacionalidad EE.UU., 1932.
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Cine Trueba (hoy, sesión cine-club Kresala).
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Duración 77 m.
El clásico que nos propone hoy el cine-club Kresala es atípico dentro de la trayectoria del judío alemán Ernst Lubitsch. Es la única película de su etapa estadounidense en la Paramount que no es una comedia ni un musical, sino un drama. Aunque, eso sí, dentro de su seriedad haya un puñado de detalles que inviten a la sonrisa.
Basándose en la obra teatral 'L'homme que j'ai tué', del francés francés Maurice Rostand, Lubitsch nos cuenta una historia (que retomaría François Ozon en 'Frantz'), la de un soldado francés que en el frente mata, sin más motivo que el de cumplir su supuesto deber, a un soldado alemán. Se queda tan impactado y arrepentido que decide ir a visitar a su familia para pedirle perdón. Luego allí se encuentra con una casa marcada por el ausente, con los padres (encarnados por Lionel Barrymore y Louise Carter) y su prometida (Nancy Carroll) que le acogen con cariño como a un amigo del que falleció y...
Todo fluye en esta encantadora y sentida película pacifista, sencilla y sin una escena de más (77 minutos), en la que lo único flojo es el joven actor que hace del soldado francés (Phillips Holmes).
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