Jaume Ripoll asegura que los últimos diez años han desmostrado que plataformas como Filmin y las salas de cine «hemos podido convivir perfectamente».

Jaume Ripoll: «Los festivales de cine van a ir a la combinación del formato presencial y 'online', sin duda»

Director editorial de Filmin ·

Lunes, 8 de junio 2020, 06:45

Si el confinamiento ha supuesto un enorme crecimiento en consumo y actividad para las plataformas digitales en general, la más cinéfila de ellas, Filmin, ha ... brindado una tabla de salvación a muchos festivales pequeños, que han podido ofrecer su programación 'online' tras haber tenido que cancelar su celebración en la forma tradicional por la pandemia. Jaume Ripoll, como director editorial de la plataforma, tiene muchas de las claves de la relación de los festivales con el mundo digital, que está ante un reto que parece haberse acelerado enormemente en estos meses.

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- De pronto Filmin ha pasado a ser la sede de todos los festivales de cine de esta temporada, cada semana se celebra uno o dos 'online'. ¿Qué está pasando?

- En España se celebran muchos festivales diversos de diferentes géneros y destinados a diferentes segmentos de público, y muchos coinciden en fechas. En el festival físico no hay problema, porque cada uno se puede ceñir a su territorio. La coincidencia se da en la plataforma, porque abarca todo el territorio español. Nosotros hemos intentado que los festivales que estamos ofreciendo, si coinciden en el tiempo, no coincidan en la temática. Y nos aseguramos también de saber qué podemos absorber nosotros como plataforma, para poder gestionar los materiales, y a nivel de comunicación, sin saturar a nuestros suscriptores, y ayudando a los festivales que necesitan un aliado.

- ¿Filmin está siendo la tabla de salvación de los festivales de esta temporada, que se han visto abocados a la cancelación?

- Sí, pero con algunos de ellos llevábamos varios años colaborando, como el Docs Barcelona que hacía con nosotros una sección pequeña de ocho o diez películas. También teníamos relación con el D'A Film Festival, no ofrecíamos películas de su competición, pero sí algunas de años anteriores. Más que una tabla de salvación, hemos sido compañeros de viaje. Una de las cosas que nos hacen ser agentes importantes en el mercado nacional es que entendemos los festivales como grandes compañeros de viaje, porque se establecen relaciones de complicidad entre los festivales, las distribuidoras y nosotros.

- Y ahora con el confinamiento, ¿cómo se ha producido esa entente para sacar adelante las ediciones 'online'?

- Muchos festivales nos conocen y han trabajado con nosotros de alguna manera. De los festivales más grandes, fueron muchos los que se nos acercaron. En otros casos, a raíz del éxito del D'A, festivales más pequeños nos mostraron su intención de hacer algo conjuntamente. Después ha habido que acordar temas de derechos de las películas o complicaciones en el calendario, además de la gestión de personal en Filmin, porque hacer un festival en una plataforma como la nuestra también supone una carga de trabajo bastante importante. Hemos incorporado dos personas para poder gestionar materiales, codificaciones, subtítulos, sincronía. Es un trabajo complejo, pero de momento lo hemos llevado bien. Otra dificultad que nos hemos encontrado es el teletrabajo, que para algunas cosas está muy bien, pero para coordinar un festival no es lo más práctico.

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- El festival D'A de Barcelona salvó su edición trasladándose a Filmin y logró 230.000 visionados, en pleno confinamiento. Hay quien ha señalado que eso supone un número mayor de espectadores que los que tiene el Festival de San Sebastián en cualquier edición. ¿No es una comparación un poco tramposa?

- Quien quiera hacer comparaciones que las haga, otra cosa es que hablemos del retorno económico, de la dificultad que tiene un festival presencial, del peso que tiene un espectador que ve la película en su casa y otro que va a la sala... Más allá de comparaciones, me quedo con la cantidad de gente que ha descubierto películas que de otra manera no hubiese visto. Ese es el motivo de celebración, más allá de trifulcas cibernéticas. El D'A este año no se hubiese celebrado, si no fuera por la posibilidad de hacerlo 'online', y muchas de las películas de esta edición posiblemente no tengan distribución en cines en nuestro país. Eso significa que han conseguido llegar a público que no las hubiera podido ver porque no estarían en Barcelona si se hubiese hecho la edición presencial. Y ha dado una oportunidad a directoras como Nuria Giménez con 'My Mexican Bretzel', que ha logrado una distribución cinematográfica en salas para noviembre.

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- Thierry Frémaux, director de Cannes, dijo hace un par de semanas que un festival que se celebra 'online' no es un festival de cine...

- Hace muchos años que se celebran festivales de cine 'online', el Atlántida va a cumplir ahora diez años y Márgenes, algo parecido. ¿Para qué sirve un festival de cine? Uno, para programar con un criterio editorial una serie de películas que puedan descubrir una audiencia determinada. Dos, poner en contacto a directores o creadores con el público. Tres, establecer ayudas o mecanismos para que la industria pueda seguir avanzando en la distribución o en la coproducción. Bueno, estas tres cosas se puedan hacer también 'online'. ¿Que la experiencia es igual que en un festival presencial? No, no lo es. En algunos casos es mejor, y en otros es peor. Si tienes la oportunidad de ir a San Sebastián o vives allí es bastante obvio que es mejor, si me tengo que quedar en Mallorca o en Barcelona, agradeceré poder ver las películas 'online'. No llamar festival de cine a un festival 'online' es una boutade, no tiene ni pies de cabeza. Es diferente, simplemente.

- Pero es verdad que festivales como Cannes, Venecia o San Sebastián han crecido y se sustentan en las ciudades que los acogen, y en el territorio que en parte los financian, y todo lo que eso conlleva es también parte importante de un festival de cine, que además es espectáculo, relación social, motor económico...

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- Entonces el debate debe centrarse en qué pasa con el territorio. Creo que el error es pensar que el festival físico tiene que mutar a festival 'online'. Se ha desmostrado en los últimos diez años que Filmin y las salas de cine hemos podido convivir perfectamente. Y que el debate o el enfrentamiento entre los dos ámbitos no era tal, porque las salas crecieron en espectadores el año pasado. Y con los festivales pasa lo mismo, no tiene ningún sentido pensar que el Festival de San Sebastián deje de celebrarse en la ciudad. Lo que quizás tenemos que plantear es si una parte del festival se pueda celebrar 'online' para que llegue a más público que no puede estar físicamente en la ciudad esos días. Esa es la clave.

- En este sentido, ¿cree que la pandemia ha acelerado algo que ya se estaba gestando?

- Sí, los festivales tienen muy claro que tienen que llegar a público nuevo. Por supuesto que San Sebastián tiene un gran poder de atracción y es una potencia económica, pero otros festivales quizás no tanto y con una plataforma 'online' pueden reforzar su marca. ¿No cree que el D'A ha reforzado su marca? El festival ha crecido porque el espectador ha dicho: «Entiendo que el D'A es una marca de calidad porque las películas que he visto me han satisfecho en su gran mayoría. Así que el año que viene, cuando esta marca vuelva a asociarse con ciertas películas, será un sello de calidad, o de credibilidad. Hoy que hay tanta abundancia, este hecho me parece fundamental.

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- Por terminar con los posibles 'handicaps', si por ejemplo Sitges programara 'online' una película, anularía ya la posibilidad de que la Semana de Terror lo hiciera un mes más tarde. En cambio esa duplicidad en festivales presenciales sí tiene sentido.

- Sí, en eso estoy de acuerdo, es uno de los problemas que hay, y existe el peligro de que para algunos festivales el 'online' pueda suponer el final. Pero también hay películas que se han pasado en el Atlántida y luego han ido a festivales presenciales, como 'Samantha Hudson', que después ganó en el LesGai Cinema de Madrid y fue la película más vista en el Abycine de Albacete. Todo depende del tamaño y las características del festival.

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- ¿Cree entonces que, tras esta coyuntura de la pandemia, los festivales tendrán que combinar ambos formatos?

- Sin duda. En algunos festivales no podrá ser, por diferentes motivos, pero otros no tengo ninguna duda de que van a ir a la combinación del festival físico y el 'online'. No serán todos, ni con todas las secciones, que es otra de las claves. Hay que buscar equilibrios y no ser maximalistas pensando que hay que volcar todo el festival 'online', con una parte vale.

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