Crítica a 'Wish: el poder de los deseos': Ni se toman ni se entregan

'Wish' es sencilla y literalmente (creo) tonta. Inane. Inodora. Insustancial. Bobamente moñona y no pienso que funcionen bien homenajes como poner a final de los finales de los títulos de crédiyo finales al (tonto) tío de Asha, la protagonista, tocando la melodía de 'Pinocho'. Como tampoco le funciona mezclar fondos (soberbios) creados mediante técnicas tradicionales en dos dimensiones con los personajes protagonistas plasmados mediante las ya no tan nuevas tecnologías del 3D y la digitalización. No empastan.

Pero además tampoco es que la historia interese mucho. Sus creadores han intentado que Asha sea una de esas heroinas del Disney del XXI, llenas de coraje y bravura. Pues no. Y mira que es lista y se da cuenta bastante rápido de que el rey Magnífico no hace honor a su nombre sino que más bien es un déspota ilustrado en las artes de la hechicería que se apropia los deseos de su pueblo para almacenarlos yconceder aquellos que a él le vienen bien. El pueblo,en verdad, tiene lo que se merece, ¿a quién se le ocurre entregarle a una testa coronada tus sueños, testa coronada que además hace que nada más dárselos se te olviden?

Cierto, no hay nada mejor para salvar una mala película que un supervillano en condiciones y Magnífico tiene un par de momentazos de lujo. Pero claro, los peluches que desean vender en las jugueterías no son precisamente los suyos sino los de la cabra que habla y esa estrella que quiere parecerse a un pokemón. En fin, una pena. Y gloria a Magnífico aunque merezca ser defenestrado.