Crítica de 'La guitarra flamenca de Yerai Cortés': Un corazón tan puro
Palabra de honor, no hay una película más fresca, más libre, de corazón, cámara, guion, montaje y sonido (Lin Chang, el mismo sonidista de 'Esta ... ambición desmedida') más puros. Y basta con ver cantar y bailar a gitanos y gitanas esa maravilla que dice 'De tanto como he llorado, de tanto como me he mordido tengo los labios hechos cachos' para saber que no hay película con flamencura más intensa. Y sí, sí miro a alguien, a Carmen Chaplin. De este filme, mencionado especialmente por el jurado de la sección New Directors del Zinemaldia, debería aprender ella y toda su dinastía lo que es tener 'espíritu gitano'.
Tendrá sus defectos (yo no se los encuentro) pero es una primera obra de esas que te dejan pegado a la butaca porque te gusta que desde algún plano secuencia tremendo salte de una escena a otra, de una gente a otra, sin seguir esas pautas clasicistas y seguro que clasistas que dicen que un documental ha de ser de cierta manera. O de otras ciertas maneras.
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Dirección y guion: Antón Álvarez.
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Fotografía: Uri Barcelona, Nauzet Gaspar, Àlvar Riu Dolz, Diego Trenasrnau Valls Colomer..
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Montaje: Cristóbal Fernández, Marcos Flórez.
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Con la participación de: Yerai Cortés, María Merino de Paz, Miguel Cortés, Tania García, C.Tangana.
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Cine: Antiguo Berri.
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Duración: 95 minutos.
Pues no, 'La guitarra flamenca de Yerai Cortes' no es ni de una manera ni de otra manera. Simplemente, es. Y se te erizan los vellos. Y se te paran los pulsos. Y no muestra niuna miaja de corrección política, que arrieros somos todos y en el camino nos iremos encontrando.
Y si ustedes pensaban (con razón) que la madre de Paco y María León, lahembra brava de 'Carmina o revienta', era una fiera de la pantalla y la naturaleza, ya me dirán qué opinan de María Merino de la Paz, progenitora de Yerai, ese guitarra al que, también con mucho tino, 'los modernos le hablan como a un moderno, y los gitanos como a un gitano'. Es ella una bestia que se merienda la cámaa y se zampa la vida.
No hay en toda la cartelera ambición más arrebatada ni vibrante ni bien cuajada.
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