Chillida Leku supera las 28.000 visitas en sus cien primeros días

Y además, indican, el ritmo de visitantes va en crecimiento. En concreto, en la pasada semana fueron varios los días en los que la venta de entradas alcanzó cifras de fin de semana. Con el sábado como día de mayor afluencia y el mediodía como el momento preferido por los visitantes para acercarse al museo, Chillida Leku registra una afluencia media diaria que oscila entre las 260-300 personas.

Aunque los responsables del museo trabajan aún en el análisis de los datos, destacan la buena acogida que las visitas guiadas han obtenido entre el público. De hecho, si el programa comenzó con una visita guiada en castellano al día, en estos momentos son ya dos diarias cuyas plazas, además, se completan. Por nacionalidades, las citadas fuentes indican que «así como al principio predominaban los visitantes españoles, en las últimas semanas ha crecido el público extranjero», con especial mención para el alemán. «El inglés y el americano se mantienen, y el francés siempre ha sido un visitante habitual».

En cuanto a la respuesta del público local, desde Chillida Leku comentan que está muy vinculado a las actividades y eventos que se celebran en el museo y, en este punto, destacan la celebración del solsticio de verano, que agotó las 1.200 entradas puestas a la venta para asistir al espectáculo de Kukai. «Eso nos está marcando un camino que pasa por reforzar el programa de actividades», comentan.

Tras el cierre de sus puertas el 31 de diciembre de 2010 a causa del déficit económico que generaba su funcionamiento, Chillida Leku permaneció formalmente cerrado al público, aunque continuó recibiendo visitantes bajo solicitud. Hasta el pasado 17 de abril, cuando, de la mano de la galería suiza Hauser & Wirth abrió una nueva etapa, con la muestra temporal 'Eduardo Chillida: Ecos', cuyas obras se suman a las 43 esculturas de gran tamaño instaladas en las campas de Zabalaga. La exposición permite repasar la trayectoria del escultor donostiarra a través de un itinerario cronológico que contribuye a que el espectador comprenda la naturaleza de la evolución del artista. Se ha mejorado la iluminación dentro del caserío, así como la accesibilidad y la circulación por el interior de la parcela.

En cuanto al entorno de la villa familiar construida en Zabalaga, de acceso reservado en la anterior etapa, ahora está abierto al tránsito de visitantes. Y en el futuro también lo estará su interior, para estudiosos y públicos especializados. El precio de la entrada estándar es de doce euros.