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Cantos y danzas bajo un cielo gris evocan el 'milenio' de Gipuzkoa
El montaje 'Ipuscoa' de Urmuga convocó en Berastegi a cientos de personas y una amplia representación institucional
Si la danza y la música coral forman parte de la idiosincrasia guipuzcoana, lo mismo se puede decir del cielo gris que cubrió este ... domingo por la tarde Berastegi, pero no terminó por fortuna de cumplir su amenaza de lluvia. La gran carpa instalada frente al frontón de Berastegi acogió el gran espectáculo de música y danza con el que el festival Urmuga celebró por todo lo alto los mil años desde el primer registro escrito de la expresión 'Ipuscoa'.
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Aunque en un principio estaba previsto que el montaje se llevara a cabo en la campa Oihnatxiki de Uliza, situada entre las localidades de Areso y Berastegi, en la linde entre Gipuzkoa y Navarra, ya desde el jueves las previsiones de mal tiempo llevaron a la organización a cambiar la ubicación de una celebración que atrajo a cientos de personas que abarrotaron el frontón y sus aledaños. Junto al numeroso público que asistió al espectáculo 'Ypuçcoa 1000 urte ikuskaria', acudieron representantes institucionales del País Vasco, del territorio y de la Comunidad Foral de Navarra. Con Migel Zeberio como maestro de ceremonias y el soporte –y en algunas piezas, el protagonismo– musical de la Et Incarnatus Orkestra, más de doscientos músicos, cantores y dantzaris desarrollaron un cuidado y abigarrado programa que desbordó ampliamente la hora y media de actuación prevista por la organización. Así fue: la organización cumplió con lo anunciado y el espectáculo fue una celebración de cuanto en común comparte la cultura de ese territorio que va de Burgos al Valle de Aran.
Minutos después de las seis y media de la tarde, un cortejo de recepción, formado por los txistularis de los ayuntamientos de Pamplona y Tolosa –habituales de las fiestas de San Fermín–, componentes de la bordon-dantza de la localidad papelera y los del grupo Duguna de la capital navarra, acompañó a los responsables institucionales hasta la zona del frontón, a modo de apertura a 'Ipuscoa 1000'.
Entre los representantes políticos que asistieron al montaje se encontraban los presidentes del Parlamento Vasco y del Parlamento navarro, Barkartxo Tejeria y Unai Hualde; la diputada general de Gipuzkoa, Eider Mendoza; y junteros de diversos grupos, al igual que representantes locales de diversos ayuntamientos de la zona. «Tirando del hilo de 'Ipuscoa', hemos realizado un evento cultural con un cariz institucional que siendo muy importante, no es lo principal», explicó Zeberio, que resaltó los singulares elementos artísticos que atravesaron ese territorio y que tuvieron su representación en el montaje.
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A continuación, Eider Mendoza tomó la palabra para evocar a «ese pueblo que canta y baila a los dos lados de los Pirineos» para recordar que «efemérides aparte, somos una comunidad. Un pueblo que celebra y acuerda también en las cimas de los montes». Bakartxo Tejeria y Unai Hualde, por su parte, dirigieron unas palabras al público, en las que la primera ensalzó «el lenguaje universal que es la música» y el segundo recordó una identidad conformada por «paisajes y personas».
Y a partir de ahí, comenzó la representación del espectáculo de música y danza, con las voces de los 120 cantores del Orfeón Donostiarra y Orfeón Pamplonés, y los coros Leitza y de Amasa-Villabona, que acompañaron la interpretación del 'Gernikako Arbola', con el acompañamiento instrumental de Et Incarnatus. Tras la ejecución de la bordon-dantza, Jaione Olazabal y familia cantó una jota, seguida de una Alaitz Artola que bordó su pieza.
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Baile en círculos
En esta línea de abrazo cultural, hubo espacio para el ingurutxo –conjunto de danzas que se bailan en un corro de parejas y en círculo en sentido contrario a las agujas del reloj–, también conocido bajo otras denominaciones como ttun-ttun en Navarra o ball en Aragón.
Una amplia representación de varios pueblos pirenaicos ejecutaron sus propios ingurutxos y también los ajenos, todos unidos en un gran círculo. A modo de curiosidad, entre el repertorio se pudo escuchar la música del ingurutxo de Benasque, origen del Himno de Riego que luego adoptó la II República. Con la mirada puesta en el pasado y en el presente, el compositor tolosarra Jon Esnaola firmó una actualización de esta danza, cuya coreografía corrió a cargo de Amaia Elizaran.
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Hubo lugar para distintas composiciones en un espectáculo en el que también estuvieron presentes los gaiteros municipales de Baigorri y de Pamplona para interpretar una jota navarra de Sarasate, bailada por todos los dantzaris. Pero si el baile ha sido un rasgo cultural de la zona, el canto coral lo es tanto o más, lo que dio pie a que el nutrido coro formado por integrantes del Orfeón Donostiarra, el Orfeón Pamplonés, y los coros Leitza y de Amasa-Villabona se luciera en varias canciones, entre ellas, el festivo 'Gora ta gora beti' que parte del público acompañó con las palmas, 'Zazpiak oihal batetik' o 'Larrain dantza', interpretada por Et Incarnatus y los gaiteros de Iruña.
En su periplo de oeste a este por tierras del País Vasco y Navarra a través de 21 etapas que comenzaron el pasado día 11 entre el puerto de Angulo y el puerto de Urduña, los participantes en Urmuga continuarán su camino con el inicio del tramo navarro que partirá hoy desde Ujue y concluirá en San Juan de la Peña el día 26. Las últimas etapas transcurrirán principalmente por Zuberoa, a través de parajes como Auñamendi y Orhi, antes de cerrar esta edición el 31 de julio en Santa Grazi con una gran fiesta.
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