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Se debe mantener la mascarilla durante toda la estancia en el teatro.

Arriba el telón para los sanitarios

El Victoria Eugenia superó la prueba, en la primera reapertura de un gran escenario en Euskadi, con un sencillo homenaje a quienes han trabajado por la salud y la cultura

Jueves, 11 de junio 2020, 06:49

Tras los protocolos higiénico sanitarios, que se hicieron más llevaderos de lo esperado, y con un patio de butacas alternadas que no quedó desangelado ... como cabía pensar, en la tarde de ayer se levantó el telón del teatro Victoria Eugenia por primera vez en tres meses.

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La Gala 0, como denominó Donostia Kultura a esta jornada de reinicio, y que ha supuesto la primera reactivación de un gran escenario en Euskadi, tenía una doble función: poner a punto las medidas sanitarias que el teatro tiene que implementar para poder abrir de nuevo, y rendir un homenaje a los sanitarios que han cuidado de nuestra salud desde que se desató la crisis del coronavirus. Ambos objetivos se vieron claramente alcanzados, y la conquista del espacio de la normalidad daba otro paso importante para la cultura y para el regreso de las artes escénicas a su lugar natural, ante un público que mantuvo las distancias físicas pero no emocionales.

A la entrada, un cartel indicaba la obligación de llevar mascarilla y de frotarse las manos con gel hidroalcohólico. El dispositivo no llamaba la atención más de lo que ya hemos asumido, y casi lo más complicado era acomodarse a la nueva urbanidad: gestos de abrazar o agarrar del hombro que se quedaban a medias o distancias mantenidas con naturalidad, y sin exagerar.

«Yo creo que ha quedado muy bien, al principio es un poco raro pero te acostumbras enseguida»

PATRICK ALFAYA

«Nos ha gustado mucho, ha sido un acto muy sencillo y muy bonito que nos ha llegado al alma»

LAS SANITARIAS

La imagen del patio de butacas con los asientos alternados, uno sí y uno no, dibujaba un espacio en forma de nuevos pasillos diagonales: cuando aún estaba casi vacío podía dar una impresión algo inhóspita, pero una vez que se los sanitarios y el personal de Donostia Kultura, que era el público invitado, tomaron asiento, el querido teatro volvió a resultar acogedor como siempre. El nuevo concepto de 'llenazo' tomaba forma: en esta nueva fase, el Victoria Eugenia se mantendrá con un aforo del 50%, lo que supone un total de 391 localidades.

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Jaime Otamendi, director gerente de Donostia Kultura, dio la bienvenida desde el escenario, como suele hacerlo la voz en off antes de cada espectáculo, pero con las indicaciones extra que impone la nueva situación.

Otamendi recordó aquel 12 de marzo en que el teatro se paró: «Estábamos en DFeria, asistimos a la representación de 'Cuando todo cambia (Clic)' de Teatro Calderón, y bajó el telón. Hoy podemos levantarlo, y lo queríamos hacer con vosotras y vosotros», en referencia al personal sanitario y a los trabajadores de la cultura del organismo municipal que asistieron al acto. Un vídeo se encargó de recordar que la actividad cultural ha continuado: la etiqueta #DKEtxean ha servido para aglutinar el centenar de actividades de literatura, música, danza y teatro que ha organizado de forma virtual el personal de Donostia Kultura desde sus casas.

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Médicos: receten cultura

La transición de la realidad vivida con tanta preocupación a la ficción del escenario tuvo una divertida representación en el sketch teatral que realizaron Sara Cozar y Aitziber Garmendia, como la andereño demasiado asustada con el virus y la niña preguntona que trata de buscar la lógica a la situación. A ellas se sumó la danza de Igor Calonge como representación del temor a la enfermedad. Acabaron implicando al alcalde Eneko Goia, que tuvo que enfrentarse a la lógica infantil: «¿Por qué no puedo ir a los columpios pero sí a la taberna?».

«Parece que la nueva normalidad es desatornillar asientos y entrar con mascarilla», expresó el alcalde, «pero es lo que nos toca hacer, tratar de mantener la normalidad pero desde la responsabilidad, sabiendo cómo tenemos que actuar a partir de ahora, cuidándonos unos a otros». Agradeció a los sanitarios el trabajo que han realizado «para cuidarnos a todos», y manifestó que «ahora nos toca a todos los ciudadanos actuar con responsabilidad».

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El alcalde hizo entrega a la jefa del Servicio de Urgencias del Hospital Donostia, Arantxa Aguilo, de una placa en forma de ilustración, una 'casa confinada' realizada por Ainara Azpiazu. Tras agradecer el premio en nombre de todos los sanitarios, Aguilo recordó que «esto no ha terminado, hay que cuidarse mucho y hay muchas medidas que tomar», antes de recibir la ovación del público. Otamendi también hizo una petición: «Médicos, receten cultura».

Un aleluya por la cultura

Las distancias también se aplicaron al propio desarrollo de los espectáculos, aunque de forma sutil e imaginativa: los bailes que escogieron los cuatro dantzaris de Kresala podían mantener las formas tradicionales sin excesivos acercamientos, ya fuera en pareja o en cuarteto.

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Lo más llamativo fue la disposición de la treintena de chicos y chicas del Orfeoi Gaztea ocupando todo el semicírculo del balcón superior del teatro, para cantar desde allí el 'Hallelujah' de Leonard Cohen y 'Euritan dantzan' de Gatibu, antes de terminar su intervención con el 'Agur Jaunak'.

«Yo lo he visto muy bien todo, al principio se puede hacer un poco raro pero te acostumbras enseguida», comentaba a la salida Patrick Alfaya, que tomaba buena nota de cara a la próxima edición de la Quincena Musical que dirige.

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A la salida también daba el visto bueno el personal sanitario, tanto a las medidas tomadas por el teatro como al homenaje en sí: «Nos ha gustado mucho el acto, muy sencillo y muy bonito, nos ha llegado al alma, ahora que estamos un poco 'así así' todavía», manifestaba la médico Marta Álvarez de Arcaya. «Y estamos muy contentas de que vuelva la cultura, que es muy importante y nos ayuda mucho a todos».

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