El mundo es raro y Parr fue su profeta
El humor que se desprende de la obra del fotógrafo británico es hijo del realismo: tendemos a ser involuntariamente graciosos
Por supuesto que la obra de Martin Parr se puede leer en clave de humor, pero no como una intención previa del autor, sino a ... fuerza de puro realismo. Cualquiera que levante la cabeza del móvil para mirar a su alrededor –y da igual que esté en una gran superficie que en una playa, en un restaurante de comida rápida que en uno de comida lenta–, se encontrará con una estampa extraña. Y la primera reacción será pensar: «Menos mal que yo no soy así».
Pero en distinto grado si se quiere, sí que lo somos. Cómo no va a resultar humorístico un mundo en el que tras viajar a París, hacer cola en El Louvre y entrar a supuestamente ver 'La Gioconda' e ignorar el resto de las salas, miles de personas se contorsionan para inmortalizarse a sí mismas con la pintura de Leonardo de fondo decorativo.
Parr fotografió todos los estratos sociales, pero fueron sus instantáneas de las clases media y obrera las que forjaron su sello. Ahí estaban todas esas personas estridentes y chillonas, tiernas y desamparadas, absortas en el acto de consumir algo, lo que sea y en sus insignificantes tragedias. La sorpresa fue que cuando giró la cámara y enfocó a quienes lo han tenido todo en la vida para instalarse en el refinamiento, se encontró la misma ramplonería. Si hay algún mensaje político en su obra es que explica por qué ganó Margaret Thatcher, por no hablar de cuantos han venido después.
Más que como autor de imágenes icónicas, Parr funciona por acumulación: es en las series dedicadas al Pueblo de las playas, de los comederos, y de los centros de entretenimiento en donde encontró su territorio. Allí donde las familias aparentan pasarlo bien y las parejas no tienen gran cosa que decirse. El mundo es un lugar muy raro y Martin Parr supo capturar esa sensación extranjerizante que nos produce contemplar no al prójimo, sino a nosotros mismos, para colmo, en unos tonos, colores y actitudes que nunca pensamos que nos pertenecerían y que evidencian más lo que somos que lo que creemos ser.
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