«La Ertzaintza ya le tenía fichado y venía al barrio cada dos por tres»
Los vecinos del presunto homicida, con problemas de drogodependencia, le describen como alguien «muy introvertido»
Tres días después de que se descubriera el cuerpo sin vida de una mujer de 53 años en la calle Indamendi de Zarautz, los vecinos ... del presunto homicida seguían ayer divididos entre los que dicen estar «muy sorprendidos» y los que se «podían esperar» que en el vecindario se produjese un suceso grave. En lo que todos coinciden es en que E.P. es un hombre «muy introvertido» y en que es conocida su vinculación con las drogas. «El tío es un bala. La Ertzaintza venía cada dos por tres aquí y ya le tenían fichado, porque a este edificio venía mucha gente bastante rara», señalaba a este periódico un residente en un bloque cercano.
Este mismo vecino, que también conoce a la familia del presuto homicida, confiesa que la noticia no le ha extrañado. «Me ha dicho una vecina de su bloque que de tranquilo nada, que debe armar unas de escándalo durante las juntas de vecinos», comenta. «Desde mi piso se ve el suyo y por la noche veía que las luces estaban siempre encendidas y en el barrio se habla de que ahí pueden venderse drogas», continúa.
Esta hipotésis también la menciona una mujer que vive en el mismo edificio que el detenido. «Yo sabía que hace unos años le pillaron trapicheando con droga, y a la pobre chica también se le conocían problemas de drogodependencia», afirma. Esta misma persona reconoce estar «sorprendida» por el caso: «El chico parece muy amable, siempre va con una medio sonrisa y nos saludamos muy brevemente cuando nos encontramos en el ascensor. Nunca va con amigos, solo sale a pasear con su perro. Eso sí, yo no sabía que la hija de otro vecino le había puesto una orden de alejamiento», remata.
Un trabajador de uno de los establecimientos hosteleros de la zona confiesa que el trágico suceso le ha pillado «por sorpresa. No me lo esperaba. Parece una persona muy normal y de hecho es hasta amable, aunque sí que es verdad que es muy introvertido. Suele pasar por aquí pero no se relaciona con mucha gente y nunca le he visto con amigos», afirma este camarero, aunque sí reconoce que «cuando ocurren cosas como este asesinato, te hace replantearte si podría haber detectado algún comportamiento sospechoso».
A pesar de no relacionarse excesivamente, la mayoría de vecinos de la zona coinciden en que E.P. es conocido en el barrio, donde vive «de toda la vida» y porque trabaja en una empresa cercana al vecindario.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión