Los dos detenidos por la muerte de Aintzane Pujana conocían a la víctima

Era cuestión de tiempo, pero los días pasaban sin novedades en la investigación del crimen de Aintzane Pujana, la mujer de 32 años que el pasado día 4 de enero fue hallada muerta junto al río Urola en Aizarnazabal, con heridas de arma blanca, hasta que ayer el Departamento de Seguridad anunció que se había arrestado a dos personas, un hombre y una mujer, en el marco de la investigación. Fuentes consultadas por este periódico señalan que su detención estaría enmarcada en la «autoría» de los hechos, y que por tanto ambos están siendo investigados como autores del homicidio de la mujer.

Los sospechosos fueron localizados y arrestados en una operación policial que se llevó a cabo ayer por la mañana en Gipuzkoa, en una localidad de Urola Kosta, la misma comarca en la que se produjeron los hechos. Ambos se encuentran desde entonces en sede policial, donde se practicarán las pruebas e interrogatorios correspondientes. Y en caso de que la Ertzaintza les impute un delito de homicidio o asesinato, pasarán a disposición judicial, donde el juez decidirá si decreta su ingreso en prisión provisional.

Tal y como han confirmado fuentes cercanas a la investigación, ambas personas conocían a la víctima y pertenecían a su círculo cercano. Asimismo, si bien el secreto de las actuaciones impide conocer más detalles sobre la implicación de los dos detenidos en el crimen y sobre en qué circunstancias murió Aintzane Pujana, los miembros de la investigación ya han logrado aclarar ambos extremos. Son los agentes del Servicio de Investigación Criminal Territorial de la Ertzaintza en Gipuzkoa, SICTG, los que se encargan del caso. No obstante, la investigación sigue abierta, por lo que aún podrían producirse nuevas operaciones.

Las detenciones practicadas ayer son el avance más importante que ha realizado la Ertzaintza desde que el cuerpo sin vida de la donostiarra fuese hallado por unos operarios que estaban retirando basura en una zona de matorrales junto al río Urola en el barrio Etxabe de Aizarnazabal, el pasado 4 de enero. En palabras del vicelehendakari y consejero de Seguridad, Josu Erkoreka, supone un «salto cualitativo muy importante» para esclarecer los hechos, y recuerda que la investigación policial «requiere su tiempo». Respecto al hecho de que el juzgado de Azpeitia haya declarado el secreto de las diligencias, Erkoreka afirma que el SICTG y la Policía Judicial de la Ertzaintza «están aportando todos los indicios, las pruebas, las evidencias y el resultado de la investigación» a la autoridad judicial, para que se puedan esclarecer los hechos y determinar las responsabilidades penales correspondientes.

Hasta que se levante el secreto de la investigación, las circunstancias en las que se produjo la muerte de Aintzane Pujana siguen siendo una incógnita. Lo último que se supo es que la donostiarra pasó la noche del 31 en una casa rural situada a unos metros de donde apareció su cadáver, la misma en la que en Nochevieja intervino la Ertzaintza por una fiesta en la que participaron 20 jóvenes de la comarca. No obstante, la mujer no constaba entre las personas identificadas por los agentes, por lo que no se ha podido relacionar por el momento que su muerte esté vinculada a esa celebración. Fuentes consultadas descartan asimismo que el crimen se cometiera en el contexto de la fiesta.

Tras no tener noticias suyas, la pareja de Aintzane denunció su desaparición el día 1 de enero en una comisaría de la Ertzaintza. La Policía vasca la incluyó en su lista de desaparecidos y elaboró un cartel con su fotografía, datos personales y descripción de la ropa que vestía cuando fue vista por última vez. En el aviso se indicaba asimismo que existía la posibilidad de que fuera localizada en el extranjero, y se precisaba que la mujer necesitaba medicación. Tres días después esa búsqueda se suspendió con la peor de las noticias, ya que el cuerpo sin vida de la mujer fue hallado sobre las 11.00 horas de la mañana, «boca abajo y con los pantalones semibajados», según una de las personas que lo encontró. A falta de que el informe final de la autopsia determine las causas de la muerte, todo apunta a que fueron las más de seis puñaladas que recibió las que terminaron con su vida. El autor o autores del crimen sin duda se ensañaron con ella.

La autopsia también aportará otros detalles importantes. El primero, cuándo murió Aintzane, si la misma noche del 31, antes o después. Por otro lado, si la mujer fue agredida sexualmente antes de morir, como podría indicar el hecho de que tuviera los pantalones semibajados. Asimismo, si el homicidio se produjo donde se halló el cuerpo, junto al río, o fue trasladado allí después. Muchas incógnitas que tras las detenciones de ayer están cerca de resolverse.