Neilson Powless: «Fue increíble cuando me dijeron que teníamos 1:10 de ventaja»
Powless, encantado de la vida con su primera victoria, fue consciente de sus opciones al conocer la renta a pie de Murgil
Encantado de la vida. Así estuvo Neilson Powless (Education First) desde que cruzó la línea de meta en primera posición por delante de Matej Mohoric ... hasta que abandonó el salón de plenos convertido en sala de prensa. No era para menos, porque la Clásica San Sebastián ha supuesto la primera victoria profesional de su carrera.
Este corredor, quizás no muy conocido para el público general, hizo un buen Tour el año pasado y estuvo en la pugna por dos victorias de etapa, pero le dio al palo. ¿Se ha hecho larga la espera hasta conseguir levantar los brazos y sonreír? «Definitivamente, sí. Físicamente siento que soy capaz de muchísimo, pero el ciclismo es un deporte difícil. Empecé la temporada con muy buenas sensaciones tanto en el UAE Tour como en la París-Niza, pero tuve días malos que no me permitieron estar al nivel exigido en el momento requerido». El estadounidense espera «continuar haciendo lo que he hecho aquí. Parece que he encontrado el secreto», bromeó. «Exhibirse el día de la competición sintiéndote de la manera que quieres».
«Veníamos sin un favorito y teníamos que pensar en la mejor estrategia, y hemos conseguido entrar en juego»
«¿En el mismo palmarés que Valverde o Julian Alaphilippe? Antes de ser profesional les veía con el deseo de ser como ellos»
Es la segunda edición consecutiva de la Clásica en la que el pelotón no ha sido capaz de tumbar una escapada formada en el tramo final de la carrera. Evenepoel atacó en 2019 pasado Usurbil y ayer fue Simon Carr, compañero de Powless y ganador el año pasado en Ordizia, el protagonista del movimiento que resultó vencedor. «Veníamos a la carrera sin un favorito y teníamos que pensar en la mejor estrategia posible. Nada más ver que Simon ha sido lo suficientemente fuerte para saltar desde el pelotón sabíamos que ya habíamos entrado en juego», transmitió siempre con una sonrisa el ciclista de 24 años.
En un grupo de cinco, dos eran del Education First. En ocasiones es difícil controlar estas situaciones de superioridad, pero los vestidos de rosa lo hicieron a la perfección. «Cuando he seguido a varios corredores en el descenso –de Peñas de Aia hacia Oiartzun– nos hemos encontrado con dos representantes en cabeza, por lo que he pensado que la victoria era posible».
Los planes salieron bien
Pocas veces los planes salen bien, pero los pupilos de Juanma Garate consiguieron que lo mostrado en el proyector del autobús se viera reflejado sobre la carretera. «Ha sido la estrategia que habíamos planeado». Bueno, al 95%, se sinceró Neilson Powless para contar que «en teoría iba a esperar hasta la subida final porque los días anteriores me había sentido muy fuerte en los entrenamientos y en los reconocimientos, pero finalmente Simon Carr ha jugado su rol de manera perfecta y la única diferencia es que yo he terminado haciendo mi movimiento más pronto por la manera en la que se ha desarrollado la carrera».
Ese manejo de las opciones de triunfo se confirmó cuando la diferencia no hizo más que aumentar, hasta el minuto y diez segundos que tuvieron nada más coger el desvío de Igara hacia las tortuosas rampas de Murgil Tontorra. «Sabíamos que teniendo una ventaja de treinta segundos en el inicio de la subida era posible llegar arriba, por eso cuando me dijeron que teníamos esa renta fue increíble». Admitió que «ese momento fue espectacular porque sabía que la victoria o un resultado muy bueno estaba muy cerca», y eso para un corredor que su mejor puesto hasta ayer era un segundo puesto en una etapa del Tour de Polonia fue la gasolina para dar pedales con la euforia que una prueba como la Clásica te da.
Pero faltaba rematar la faena y los kilómetros finales tuvieron grandes emociones. Primero, porque Mikkel Honoré (Deceuninck) a punto estuvo de caer de cabeza al Cantábrico en una de las curvas del descenso de Igeldo. Powless fue el mejor parado, ya que Rota quedó descolgado y Mohoric tuvo que echar pie a tierra. «Nunca sabes si vas a ganar porque hemos llegado a la curva final tres corredores».
Honoré ganó su etapa parcial en la Itzulia de este año y Mohoric ha dado una exhibición en el Tour de Francia. No era tarea fácil salir vencedor. Powless hizo su análisis rápido con una conclusión clara: «Sabía que Mohoric era bastante rápido y que venía en una súper forma, ganando dos etapas en el Tour». El resultado, ya es de sobra conocido. «He tenido la fortuna de tener las piernas suficientes para luchar por el sprint y el final ha sido increíble».
Preguntado por qué supone verse en un palmarés en el que también están Alaphilippe o Valverde, afirmó que «es un honor. Antes de que fuera profesional veía a estos corredores en la televisión con el deseo de ser uno de ellos algún día».
La Clásica se sigue resistiendo al dueño del maillot arcoíris
Alaphilippe era el gran favorito de la Clásica, pero el campeón del mundo tuvo que conformarse con el sexto puesto después de una carrera que le negó sus opciones. Con su compañero Honoré por delante, el Deceuninck dejó el peso de la persecución al Trek y los compañeros de Bauke Mollema no pudieron echarla abajo, lo que tuvo como consecuencia que el francés quedara bloqueado en el segundo grupo. En el sprint por el quinto puesto fue batido por Alessandro Covi (UAE).
Ocho campeones del mundo han ganado en Donostia, incluyendo al propio Alaphilippe, pero ninguno luciendo el maillot arcoíris, una foto que los organizadores de la Clásica deberán seguir esperando un año más.
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