El trono no tiene nombre de mujer

'Juego de Tronos' superaría la prueba del test de Bechdel sin dificultad, es decir, desmentiría cualquier calificación machista. A pesar de lo que pudiera parecer, no es tan fácil lograrlo: solo las creaciones de Ryan Murphy y un puñado más en la parrilla televisiva americana lo conseguirían. Se trata de esa máxima feminista que cataloga las ficciones basándose en que las tramas incluyan al menos dos roles femeninos, que interactúen entre ellas y cuyas conversaciones no giren en torno a los hombres.

No obstante, machismo no es lo opuesto a feminismo, quitarse la etiqueta no es así de fácil, máxime analizada la extensa lista de comportamientos patriarcales presentes en la ficción de HBO.

Para desembarazarse de todas estas críticas, el argumento más repetido es aquel que hace referencia al contexto histórico, el medievo. Sin embargo, en ningún momento éste es especificado dado que se trata de un relato en tiempo y espacio absolutamente imaginario.

Menos justificable es la vinculación de los roles femeninos al reclamo erótico. Ellas protagonizan prácticamente la totalidad de los desnudos de la serie. En un salto triple mortal los hay que, incluso, recuerdan que las únicas localizaciones que conocemos de Desembarco del Rey son los prostíbulos.

En este sentido, ¿qué lugar ocupa Cersei Lannister? Los unos, defienden que es un ejemplo de mujer poderosa. Otros, que su presencia siempre permanece tras una figura masculina, reproduciendo un rol manipulador y sexualizado. A esto se suma, los consejos machistas que le ofrece a Sansa previos a su frutrado matrimonio con el rey Joffrey Baratheon. Precisamente la joven Stark, a pesar de experimentar una de las mayores evoluciones en las seis temporadas emitidas, es retratada inicialmente como la arquetípica frágil princesa que sueña con ser la prometida de un bello caballero.

En el lado opuesto tendríamos a la encarcelada reina Margaery, quien utiliza otras armas para hacerse con el poder: la inteligencia. Este ejemplo de rol femenino que no necesita esconderse tras un hombre también se puede observar en las Serpientes de Arena, o en la carismática Brienne de Tark.

La fortaleza de la pequeña de los Stark, Arya, divide al público, siendo utilizada indistintamente tanto para destacar su caracter independiente como por su imitación de roles masculinos.

Una ambigüedad que no es palpable en el caso de su madre, Catelyn Stark: madre y esposa entregada capaz de sacrificar a sus tropas y su reinado por el bien de la supervivencia de sus hijos.

La violencia sexista

La violencia sin ambages ni filtros es una de las características de 'Juego de Tronos'. Aunque su crudeza se ceba mayoritariamente con los personajes masculinos, ya se ha superado el medio centenar de violaciones en los capítulos emitidos, una cifra aún lejana de las 200 que se contabilizan en los libros por Geoge R.R. Martin

Este es el punto en el que aparece el personaje más controvertido de la serie: Daenerys Targaryen, vendida y violada en la primera temporada. Emilia Clarke, la misma que se negó a protagonizar más desnudos en la serie, confesó: "'Juego de Tronos' no refleja una igualdad en el estatus de mujer en la época sino en sus diferentes roles, y las hay muy poderosas".

Pero no hace falta irse tan lejos para buscar ejemplos de este tipo: la inclemente ejercida por Ramsay Bolton sobre Sansa Stark (quinta temporada) o la de Cersei Lannister a manos de su hermano Jaime delante de la tumba de su hijo Joffrey (cuarta temporada). Ejemplos suficientes para que la serie sea acusada de trivializar la violación masiva de mujeres.

En los tres capítulos emitidos en 2016 (a continuación SPOILERS si aún no los has visto) la violencia sexista se ha transformado en violencia hacia los menores en distintos grados de crueldad: el ahorcamiento de Ollin, la paliza a Arya y el bebé Bolton pasto de los perros.

Dicen que era la época, que era machista. O quizá, ¿será que el momento histórico desde el que analizamos estos no ha dejado de serlo?