'Juego de Tronos', ante el reto de sobrevivir sin George R. R. Martin
La sexta temporada de la serie es la primera que no tiene libros en los que apoyarse
Mikel Labastida
Jueves, 28 de abril 2016, 18:14
Desde hace seis años, fecha en que se estrenó la serie, hay dos tipos de espectadores de 'Juego de Tronos', los que habían leído previamente los libros (y se pasaban las temporadas advirtiendo que lo mejor estaba por llegar) y los que acudían cada capítulo vírgenes porque desconocían las tramas y giros por los que discurrirían las historias principales. Los primeros han renegado en muchas ocasiones de la ficción televisiva porque se desviaba de lo marcado en los libros o no lo plasmaba del modo en que lo escribió George R. R. Martin, el autor de la saga. Los segundos siempre han temido que los que habían leído las novelas no aguantasen y soltasen algún espoiler decisivo.
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Libros y serie han formado un buen equipo pero han discurrido por caminos paralelos, aunque de vez en cuando (para los tramos principales) coincidían. Era complicado realizar una adaptación fidedigna de los extensos volúmenes ideados por Martin, puesto que no es lo mismo enredarse entre personajes y acontecimientos a través de las páginas que en la televisión (donde cada minuto cuesta cientos de dólares), y se corría el peligro además de no tener alma propia.
Así en los novelas la mujer de Rob Stark se llamaba Jeyne y no Talisa, tenía otro carácter y nunca acudió a la Boda Roja, como sí ocurrió en la serie. Los Martell gozaban de un peso enorme, mientras que en la ficción televisiva han adoptado un papel secundario y en algunos casos bastante grotesco. Tampoco han tenido en la producción de la HBO demasiado protagonismo (hasta el momento) los Greyjoy, caricaturizados al centrarse únicamente en la historia de Theon. Escenas como las de las violaciones de Cersei y de Sansa fueron muy controvertidas, ya que en las novelas no aparecen descritas así y los seguidores acusaron a la serie de incluirlas de manera gratuita. Son simples ejemplos que demuestran los distintos rumbos que han corrido tinta e imágenes. De hecho George R. R. Martin siempre ha defendido la serie no porque hubiese optado por una adaptación milimétrica sino por haber encontrado su propia voz y los elementos principales en los que apoyarse. Una cosa son los libros y otra la serie y con sus diferencias hay que entenderlos.
Esta circunstancia se hace más latente ahora, en la sexta temporada, ya que la producción audiovisual se ha quedado sin recursos escritos de los que echar mano y por primera vez adelantará a las tramas planteadas en las novelas. No es que George R. R. Martin no haya tenido tiempo. Cabe recordar que el escritor publicó la primera entrega de la saga 'Canción de hielo y fuego' en 1996, es decir, hace veinte años. Y la siguiente sólo dos años después, y eso que el volumen de ambas era grande. Volvió a tardar otros dos años en mostrar la tercera parte. Pero a partir de ahí comenzaron los intervalos más largos. La lógica invitaba a pensar que si hasta el momento el autor había editado cada dos años una nueva obra en 15 años aproximadamente la serie completa (compuesta por siete partes) estaría disponible. Han pasado 20 y faltan por publicarse aún dos. La cuarta llegó en 2005 y hubo que aguardar seis años más para que disfrutar de la quinta. Los más macabros miran incluso con preocupación la edad del autor (68 años), temiendo que un susto les deje sin su ansiado final.
Consciente del enfado de los fans, Martin aseguró que aparcaría todos sus proyectos para centrarse en el sexto libro y sugirió que para que la séptima y última entrega estuviera disponible en las librerías antes de que la serie acabase ésta debería proponer más temporadas. Pero no parece que los productores tengan esa idea. El propósito original era dividir la historia en siete tandas. Finalmente aceptaron que fueran ocho, pero hace unas semanas plantearon la posibilidad de que las dos últimas contasen con menos capítulos. Martin no desiste y ya ha propuesto estirar la producción con un 'spin-off' que se centraría en los años anteriores al inicio de la trama principal.
De momento los guionistas de la ficción de HBO se han encontrado en el último año ante el reto de escribir de cero. ¿Se han inventado ellos cómo continúa la trama? No exactamente. Ya hace tiempo que George R. R. Martin reveló a los productores el destino que deberían seguir los distintos protagonistas y el final que él había imaginado. Ahora sólo falta saber cómo llegar hasta ese punto.
Los lectores temen que la serie aproveche la ausencia de una novela previa para tomarse licencias que sean efectivas en la tele. Si ya lo hacían cuando existía un texto anterior qué puede impedir que lo hagan ahora. Y también se preocupan porque algunas tramas se alargan en exceso para actuar como relleno. Martin se desentiende del resultado final. Ya ha advertido que es posible que en las novelas que faltan por publicarse algunos acontecimientos se resuelvan de un modo diferente a como se verán en la pequeña pantalla.
El primer episodio de la sexta temporada ha templado los ánimos. La mayoría de espectadores han quedado satisfechos con lo visto en el capítulo y consideran que está a la altura de temporadas anteriores. Y eso que tampoco pasó demasiado. Se trataba de volver a poner en el tablero de juego a todos los personajes para que echasen a andar. No es poco. Si a eso le añadimos la revelación final sobre Melisandre (propia de la enrevesada mente de Martin) la satisfacción es mayor. 'Juego de Tronos' puede seguir sorprendiendo aunque no tenga libros detrás. Eso es una buena noticia. Veremos cuánto dura la alegría. Tratándose de esta serie la tragedia siempre está al acecho.