Irun

El Real Unión volvió a ganar fuera de casa más de cuatro meses después

Ese infructuoso periplo de los irundarras por estadios de la 1ª RFEF terminó el viernes con la segunda victoria de la campaña en funciones de visitante. Las Llanas, ese campo de ambiente hóstil, sabor añejo y gusto por el fútbol más físico y guerrillero, fue el escenario ideal para que el Real Unión desplegara una nueva versión de sí mismo. Porque este equipo había mostrado a principio de temporada que sabía lo que hacía con el balón en los pies y que tenía una fe inquebrantable en que acabaría encontrando el camino hasta las redes del rival. Perdió antes esto último y, al final, también lo primero. En este proceso de reconstrucción que ahora guía Albert Carbó, el cuadro txuribeltz mostró el viernes una solidez de la que hasta ahora había adolecido. Seguramente ni en los momentos más brillantes de la primera parte de la liga, cuando su fútbol era exuberante, variado, ofensivo, rico y vistoso, llegó al nivel competitivo del viernes pasado en Sestao.

El gol llegó de penalti y demasiado pronto, si se permite la expresión. Cada vez con más gente, cada vez con más intensidad, cada vez con menos cautelas, el Sestao buscó el empate durante más de 80 minutos. En el cálculo hay que tener en cuenta los alargues porque fue en el minuto 95, cuando tuvo una buena ocasión digna de tal consideración, pero Efremov no supo aprovecharla. Alguna más tuvo, pero poco le concedió un Real Unión muy ordenado, muy intenso, muy sacrificado desde el primer al último hombre. Todo desde la sobriedad, desde el convencimiento en lo que estaba haciendo. No recordó en absoluto al equipo malherido de otros partidos a domicilio al que ya no los goles, incluso las ocasiones rivales o desaprovechar las propias le hacía mella. Carbó avisó de que con el final de la primera vuelta el grupo había escrito un «punto y final». La segunda iba a ser otra cosa: «No tengo duda de que la afición va a disfrutar con la segunda vuelta de este equipo», dijo en su entrevista con este periódico.

Internamente, el mensaje ha sido el mismo. «Empezábamos la segunda vuelta, empezábamos otra liga y queríamos arrancar con tres puntos», decía en los pasillos de Las Llanas el que había sido el goleador, Ander Vidorreta. «Lo hemos conseguido y estamos muy contentos. El doble de contentos por poder celebrar la victoria con esta afición que un viernes se viene hasta Sestao a un partido que empieza a las ocho y media de la tarde para apoyarnos. Siempre están con nosotros y nos gusta haberles podido dar esta alegría».

La oportunidad para dar continuidad a esa victoria llega este sábado a las 20.00 horas al Stadium Gal con la visita de la Gimnástica Segoviana.